Contenidos contratados por la marca que se menciona

+info

Sacamos de la pecera urbana al Toyota Yaris Electric Hybrid para probarlo en el mar de carretera

Sacamos de la pecera urbana al Toyota Yaris Electric Hybrid para probarlo en el mar de carretera
Sin comentarios

La cuarta generación del Toyota Yaris renovó con frescura la imagen del utilitario. Huía de blanduras y reclamaba méritos y distinciones a la altura de los nuevos tiempos. Han pasado dos años desde entonces y hemos querido desentrañar hasta qué punto el urbano se presta a escapar de su zona de confort.

Al tiempo que acudimos a por el coche al cuartel general de Toyota, recogimos también un guante caído con el estreno generacional. Ya por entonces comprobamos parte de su nuevo dinamismo. La idea era convertir aquel retazo en una misión que nos acercara algo más a sus límites.

Para ello, contamos con el acabado Style del Toyota Yaris Electric Hybrid. Su posición intermedia en la gama nos pareció ideal para la propuesta que elucubrábamos. El modelo nos dio su aprobación bajo la atenta mirada binocular de su cuadro de instrumentos, rasgo único de las versiones más elevadas del Toyota Yaris Electric Hybrid.

En anteriores capítulos...

Toyota Yaris 32

Contextualicemos. La última generación del Toyota Yaris Elctric Hybrid llegó cargada de detalles. ¿A qué obedecía su nueva planta? En Aichi concibieron un urbano que ajustase su semblante al cambio de década y sus tendencias. Para ello, se valieron de la plataforma modular TNGA.

Mientras los competidores están teniendo sus más y sus menos tratando de consolidar su propia tecnología híbrida eléctrica, el nuevo Toyota Yaris Electric Hybrid se ha centrado en otras tareas provechosas para el conductor medio.

Toyota tiene la asignatura de la eficiencia más que superada en vía urbana gracias a su gusto por el perfeccionamiento híbrido eléctrico. Esto permitió al fabricante nipón concentrarse en otras veleidades no tan comunes en el segmento B. No solo lo salta a la vista por su diseño, sino también por aspectos como su oferta tecnológica de serie, que incluye a la familia de ADAS de Toyota Safety Sense.

Toyota Yaris 18

Con este énfasis nos pusimos al volante de la presente generación. En mente resonaban alguna de las críticas más crueles vertidas sobre sus antecesores muchos años atrás: "si lo sacas de la ciudad pierde todo el sentido" o "no es eficiente en autovía".

Pues bien, no se hable más: saquémoslo de las calles, de los semáforos, los pasos de peatones, las zonas de bajas emisiones, los eventos multitudinarios, los estacionamientos con poco margen de error... Todas misiones que se le ajustan como anillo al dedo desde su nacimiento. ¡Cuidado spoilers! no vamos a obtener un consumo por debajo de los cuatro litros.

Una prueba con pocas calles

Toyota Yaris 19

La siguiente decisión que tomamos es descartar el modo ECO de salida. Queremos que la regulación electrónica en la entrega no nos limite nuestra experiencia. Estamos ante un modelo que prioriza la eficiencia.

El trabajo lo asume un motor de gasolina de tres cilindros y 1.5 litros de 93 CV y 120 Nm. El verdadero peso del ahorro (sobre todo en el tránsito urbano) lo soporta un motor eléctrico de 80 CV o 59 kW y 141 Nm de par. Combinados, ambos alcanzan 116 CV. Existe un tercer motor, eléctrico, que alimenta las baterías y da aún más sentido al modo ECO.

Escapando de la ciudad en modo "normal", la sensación es de una entrega algo más generosa y más al servicio del acelerador. Pronto surcamos los múltiples carriles de una autovía que carecen de tráfico y nos permiten una velocidad de tres dígitos.

Toyota Yaris 4

Aquí evaluamos cómo Toyota se ha esmerado en paliar algunos puntos negativos del utilitario. Mientras que otros urbanos son peces fuera de las mareas de la ciudad, el Toyota Yaris Electric Hybrid disimula algo su genética urbanita.

Sin duda, se ha mejorado el confort en el vehículo a través de la posición del asiento. Nos sentimos más unidos al coche, percibiendo aspectos que con la anterior generación no eran tan evidentes.

La vía rápida contribuye a que juzguemos otra de las asignaturas más comentadas en el pasado del Toyota Yaris Electric Hybrid: la armonía musical del bloque. Alejados del modo ECO, es imposible no percatarnos de la entrega del motor térmico. Sin embargo, comprobamos un gran avance en el aislamiento acústico del habitáculo. Se trata de una tendencia muy positiva que alcanza a otros modelos de Toyota y que incluye un sellado reforzado para evitar la filtración del ruido al interior.

El derroche de litros por circular al límite de la velocidad legal en autovía no se produce. Rondamos los 5 l/100 km antes de abandonarla. A cambio, obtenemos un viaje más raudo, breve y, sobre todo, más dinámico, con una pérdida mínima de eficiencia.

Con la electrónica del modo "normal" dirige unos impulsos más certeros a la hora de, por ejemplo, adelantar o movernos con mayor fluidez cuando el tráfico es más denso. La espera para contar con el punto óptimo de entrega se reduce.

Turismo de firmes rotos

Toyota Yaris 14

Fuera de la autovía, nos aventuramos por carreteras de anchura cada vez más limitada. Un puerto de montaña, toboganes y fuertes desniveles condicionan el trayecto. ¿Cómo responde el Toyota Yaris Electric Hybrid si lo llevamos un poco al límite en modo "power"?

Pues, la verdad, este entorno entre lo montañoso y lo rural no parece sentarle tan mal. Nos recordamos una y otra vez que estamos conduciendo un utilitario, marcado por la gobernanza de la eficiencia electrónica en la tracción.

Y, aun así, Toyota ha hecho un buen trabajo para diferenciarlo de sus competidores. Y es que en este hábitat, tan hostil para él, el Toyota Yaris Electric Hybrid ofrece unas prestaciones que rozan lo deportivo.

Lo notamos a la hora de asumir aceleraciones exprimiendo todo el jugo que da el bloque. La electrónica "power" intensifica la sensación de respuesta aún más inmediata, sin esperar a que cerebro y transmisión se conjuguen para dilucidar el mejor momento y régimen para la eficiencia.

Ineficiencia buscada y ¿encontrada?

Toyota Yaris 24

Hacemos valer su par y su aceleración implementada hasta los 9,7 segundos a los 100 km/h en sendas rectas tras salir de curvas complicadas. Aquí no tenemos obstáculos urbanos que frustren el intento. El Toyota Yaris Electric Hybrid no se siente traicionado, todo lo contrario.

Parece que el fabricante ha querido añadir una vertiente casi deportiva en el impulso, como si aspirase a hacerle frente con muchas garantías a la aceleración de salida de un 100 % eléctrico, pero con la ligereza de 1.080 kilogramos.

Eso sí, su estabilidad hace muy complicado que podamos ir más allá. Afrontando curvas cerradas recordamos su nuevo reparto de pesos, centro de gravedad más bajo y que estamos ante un modelo que mide menos de cuatro metros.

Toyota Yaris 13

Por cierto, la nueva posición nos hace sentir, de nuevo, más pegados al coche y a su mecánica; y no va en detrimento de la visibilidad. Es ahora, en el proceso de tomar curvas enrevesadas a mayor velocidad, cuando se ha de extremar la atención en la salida de la misma. La visibilidad mejorada nos lo pone más fácil.

Así, la energía se compacta, también con eficiencia, dentro de unos límites muy marcados, sin permitirnos desarrollar más el toque deportivo que apuntaba su impulso y la entrega de una potencia (incrementada en un 24 % en esta generación), pero al mismo tiempo, reduciendo cualquier riesgo al máximo.

Aérobico vs anaeróbico

Toyota Yaris 43

"La agilidad urbana no le sienta tan mal en este firme suelto, quebrado y que invita a la diversión", reflexionamos. En esa línea, recurrimos en ciertos curveos a probar a retener con el modo B en la transmisión. Una traición en toda regla a nosotros mismos (recordemos que nos queríamos olvidar de la eficiencia), pero que suma otro tacto y algo de diversión en la maniobra.

Nos percatamos también de la respuesta eficaz de la dirección y del comportamiento de la suspensión, más blanda. En nuestra experiencia, constatamos que salva con limpieza obstáculos de poca entidad. Ahora bien, si nos enfrentamos a un gran resalto, hay poco que hacer y filtrar.

Esto se evidencia cuando abandonamos el firme de manera puntual para tomar alguna foto, salvando algún escalón en la salida del asfalto. Aquí el coche sí saca a relucir las reticencias de su genética urbana. Se ha de maniobrar con cierta cautela.

Toyota Yaris 12

Tras más de un centenar de kilómetros por esta orografía, volvemos a carreteras en mejor estado. Es cierto que el Toyota Yaris Electric Hybrid no juega en la misma liga que su hermano deportivo con sello GR. Sin embargo, sí que enseña algo de poder, tal y como lo haría un urbanita que se ha puesto a ejercitarse en este entorno.

Es decir, más que musculatura, muestra una fibra que da para alguna floritura. Insistiendo en la odiosa comparación: mientras que el Toyota Yaris GR es puramente anaeróbico, este Toyota Yaris Electric Hybrid con acabado Style sabe sacar un lado intenso en su esencia aeróbica.

Binoculares al más puro estilo C3PO

Toyota Yaris 38

Va en consonancia con su nueva imagen estrenada hace ya más de dos años. Es innegable que transmite más dinamismo y agresividad desde todos sus perfiles.

Si enmarcamos de cerca solo el frontal, da la impresión incluso de que aspira a saltar de segmento. Esta visión se esfuma al alejarnos y observar sus definidas líneas.

Sus medidas son más que útiles en la liga urbana, con 3,94 metros de largo y 1,5 de altura. Ahora bien, Toyota también se ha esforzado para incrementar la habitabilidad en la medida de lo posible y viable. Su anchura ha crecido, al igual que la distancia entre ejes.

Toyota Yaris 22

En el interior encontramos uno de los puntos fuertes de este acabado. El cuadro de instrumentación digital y binocular añade un toque de atractivo peculiar. Sus dos pantallas circulares pueden parecer un artificio algo excesivo; pero, para ser sinceros, en nuestra prueba no hemos tardado en tomarles bastante cariño.

Contrasta con unas molduras más en la línea del utilitario medio o una palanca de cambios de dimensiones tradicionales, y no tanto como las que exigen las nuevas tendencias.

Los espacios de almacenamiento son variados, no excesivos. Bajo la pantalla central, la consola nos otorga un climatizador con botones físicos (que siempre se agradece en pro de la seguridad) y un receptáculo de carga en el que caben dos smartphones. Durante la prueba ha sido de agradecer la asistencia de los sistemas Toyota Safety Sense.

Toyota Yaris 34

Para culminar con la habitabilidad interior, hemos afrontado lo que solemos llamar... (redoble de tambores) "la prueba de las dos sillitas infantiles". Desde la instalación de las mismas podemos comprobar cómo un modelo puede bien facilitar bien complicar esta tarea minuciosa.

Aunque el ángulo de apertura de puertas no nos traía buenos augurios, una vez en el interior la colocación y el encaje ISOFIX lo afrontamos en un santiamén. Los más pequeños y sus sillas cuentan con espacio suficiente para trayectos urbanos, no tanto como los que hemos recorrido en nuestra prueba.

Eso sí, sus accesorios sufrirán algo más. Los 270 litros de maletero pueden dar para un carrito de paseo estratégicamente incrustado, sin pedir mucho más.

El consumo a examen

Toyota Yaris 6

En el último capítulo de nuestra prueba hacemos balance del consumo. Antes, una confesión: volvimos a la autovía y hacer kilómetros por ciudad con mucho menos arrojo. Esto disminuyo la cifra final de gasto de combustible.

Tras más de 300 kilómetros de conducción antieficiente, lo más que pudimos comprobar era que rozábamos los 6 l/100 km. Esta versión, que homologa un mínimo de 3,8 l/100 km, es famosa por su economía de consumos, no nos dio tregua buscando lograr más ineficiencia.

En cuanto nos relajamos con el pedal del acelerador, de camino a la ciudad, el consumo fue descendiendo, incluso por autovía y sin bajar de los 110 km/h, salvo cuando legalmente se exigía. Al final nos decidimos por hacer unas cuantas decenas de kilómetros urbanos, como aquellos ciclistas del Tour de Francia que se montan al rodillo después de un gran esfuerzo.

Toyota Yaris 35

El Toyota Yaris Electric Hybrid fue asimilando y anulando el ácido láctico. Así, entre avenidas y calles madrileñas el consumo se quedó en 4,9 litros/100 km. Mientras conducíamos entre semáforos (eso que nos juramos no hacer al inicio de la prueba), recordamos que el motor de ideología Atkison del Toyota Yaris Electric Hybrid supera el 40 % de eficiencia energética.

Con todo, no olvidamos lo vivido. Esta generación del Toyota Yaris Electric Hybrid estira estirar su rol de urbano más allá de las calles sin avergonzarse. Hemos confirmado que su libertad de movimientos es superior, conjugando sin ser del todo incompatible eficiencia y agilidad.

También te puede gustar

Comentarios cerrados