Las tensiones geopolíticas y el aumento de la demanda energética tras el parón de 2020 están tensando la cuerda de los precios en España, e incidiendo en el resentido bolsillo de los consumidores.
La inflación se ha disparado hasta el 6,1 % en enero, con la electricidad un 46% más cara, el diésel un 25 % y la gasolina un 23 %. El precio de los coches no se salva y continúa a niveles de 2017.
Una subida del 3,3% en el precio de los vehículos
Según el dato definitivo publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística y recogido por El País, el IPC ha terminado enero superando el 6 % respecto al año pasado.
"Los precios acumulan así 10 meses por encima del umbral del 2 % objetivo del Banco Central Europeo, y rondan su nivel más alto de las últimas tres décadas", explica la rotativa.
El precio de los vehículos baila al son de este escenario, y si en noviembre cerraba con una subida del 2,8 % y alcanzado la cifra más alta desde julio de 2017, enero ha ido peor.
De acuerdo a los datos recogidos por Europa Press, el IPC de los automóviles cerró el pasado mes de enero con una tasa interanual del 3,3 %. Hay más demanda de vehículos, y estos equipan cada vez más y más componentes tecnológicos.
La crisis de semiconductores no ayuda.
Por su parte, las piezas de repuesto y accesorios para vehículos cerraron enero con una subida de precio interanual del 4,1 % y del 0,7 % respecto al mes previo.
Mientras tanto, con los futuros del barril de Brent acercándose peligrosamente a los 100 dólares y la OPEP+ ahogando la producción, el diésel se ha encarecido un 25,7 % y la gasolina un 23,1% en los últimos 12 meses.
Todo esto, en un escenario internacional extremadamente inestable: si Rusia cumple su amenaza de volver a invadir Ucrania (recordemos que ya lo hizo en 2014) los precios podrían dispararse durante mucho tiempo.
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