"Nada puede ser demasiado hermoso, nada puede ser demasiado costoso" era el lema de los Bugatti. Quizá contradiga estas palabras la factura del mecánico que repare la toña que se dio el domingo pasado Edmund Burgess cuando se encontraba compitiendo en el Prescott Speed Hill Climb de Winchcombe, en Gloucestershire. Corría a bordo de este Bugatti T13 que veis en la foto.
En un momento dado, los frenos le fallaron al clásico, que data de 1924, y Burgess se fue directo hacia la barrera de protección, volcando con su coche antes de chocar contra ella. Afortunadamente, podríamos decir, ya que de esta manera se evitó una colisión directa que podría haber sido letal para el pobre automóvil y, quizá, para su piloto. Las cámaras registraron toda la acción:
Quizá lo más curioso y llamativo del caso no es asistir en vivo al golpetazo del clásico de competición, que está valorado en 250.000 libras (casi 300.000 euros), sino la reacción que tuvo Burgess tras el choque. Una vez comprobó que no había sufrido daños corporales, se fue al bar a tomarse una cerveza.
El coche tardará unas ocho semanas en volver a estar sano, y ante la secuencia de imágenes que muestran el vuelco sólo podemos alegrarnos por que el dolor no fuera a más. Burgess estuvo a punto de golpearse de cabeza contra la barrera y entonces ya estaríamos hablando de un episodio funesto. Quizá después de todo la cerveza posterior sea una celebración de una segunda fecha de aniversario para Edmund Burgess, que a sus 56 años volvió a nacer.
Dolorpasión ocurre en domingo.
Foto | Barcroft vía Huffington Post UK Vídeo | Barcroft TV. ¡Un saludo para amglover y otro para Biballo!
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