El pasado jueves tuvimos la oportunidad de disfrutar en directo de la Mini Metro Race. Un evento en el que la estación de Chamartín del Metro de Madrid se convertía en una pista improvisada. Con Keko Ochoa como maestro de ceremonias y con toda la gama John Cooper Works como elemento de trabajo, cuatro pilotos, todos ellos ganadores de la Mini Challenge en sus distintas ediciones, nos deleitaron con una serie de ejercicios de precisión a lo largo de los 400 metros de pista creados para el evento en una de las vías muertas de la estación.
Marta Suria, David Izaguirre, Luis Miguel Reyes y Javi Villa comenzaron a realizar su serie de "ejercicios" y poco a poco fueron aumentando la dificultad. Aunque mucho mejor que explicarlo con mis palabras, os dejo con el vídeo. El punto álgido llegó con la presencia de Luis Monzón y su Mini WRC con el que recientemente se ha proclamado campeón de España de Rallyes. En la pista, de tan sólo seis metros de anchura, el canario nos deleitó con el sonido de su montura y de alguna maniobra.
Pero si se disfruta viéndolo, mucho mejor era tener la oportunidad de disfrutarlo en directo desde el asiento del miedo. Con José Miguel Reyes como cicerone de lujo, tuvimos la oportunidad de vivir en nuestras propias carnes lo que se siente yendo rápido en un entorno tan peculiar. Hace unos años tuve la oportunidad de disfrutar de la pista que crearon en el Santiago Vicente Calderón con motivo del Stadium Race y ahora tocaba disfrutar de otro escenario peculiar.
La sensación de acelerar, marcha tras marcha, en dirección a un túnel oscuro es de lo más peculiar y los es aún mucho más frenar de golpe en plena oscuridad. En el trayecto de vuelta dejamos de disfrutar la velocidad para buscar la precisión. Los cuatro coches, tocándose los unos con los otros formando una serpiente, realizaron un zigzag que mostraba a la perfección las muchas horas de entrenamientos a las que se han sometido. Intenso pero corto.
