La "súbita" madurez de Lewis Hamilton

La "súbita" madurez de Lewis Hamilton
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Lewis Hamilton ha crecido en el mundillo de la Fórmula 1 con el estigma de ser un piloto excesivamente agresivo, que no sabe cuidar los neumáticos y que comete errores con facilidad. Pero en realidad, a mí me costaría recordar cuánto hace que Lewis Hamilton ya no es ese piloto que mucha gente sigue creyendo que es.

El nivel actual que está mostrando Lewis Hamilton en pista es extraordinario, pero no es que Hamilton haya madurado este año o el anterior, sino que simplemente ha tenido la oportunidad de demostrar el nivel de pilotaje que lleva ya mucho tiempo desarrollando en un coche que le permite aplicar toda su madurez en cada una de las vueltas de carrera.

No nos engañemos: es fácil cometer errores cuando tienes que sobreconducir un monoplaza para conseguir resultados acordes a tu nivel de pilotaje. Un piloto es totalmente consciente de cuándo su coche limita sus posibilidades reales, y entonces la tendencia a acercarse mucho más a los límites puede derivar en errores con mayor facilidad.

El Mercedes nos deja ver todas las cualidades de Hamilton

Lewis Hamilton Gp Bahrein 2015

Pero en Mercedes estamos viendo al verdadero Lewis Hamilton. Al que ha evolucionado desde su precipitado aterrizaje en McLaren allá por 2007. Ha sido capaz de canalizar esa agresividad y espectacularidad que posee de manera natural para convertirse en un piloto con una clase sin discusión, y ha encontrado el monoplaza que le permite administrar su talento de una manera dosificada.

Así que no busquemos tres pies al gato: el Lewis Hamilton que estamos disfrutando estas temporadas no es nuevo. Ahora dirige las carreras a su antojo, sabiendo cuándo toca exprimir sus neumáticos y cuándo toca conservarlos. Es capaz de hacer stints largos cuando hace falta. Dosifica el consumo de combustible de su monoplaza hasta llevar esa técnica a la categoría de arte. Es inteligente con la estrategia. Está centrado en su carrera, y no pierde la concentración fácilmente.

Y sobre todo: gestiona las carreras con una maestría de superclase, atacando únicamente cuando las circunstancias lo precisan, y administrando el resto de vueltas. Y como decía el gran Fangio, esa es la esencia de la Fórmula 1, ir lo más despacio posible para ganar.

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