Siempre que lavaba el coche con agua a presión se quedaba sucio. Desde que lo seco con un trapo de 15 euros se queda impecable

No me gusta nada que mi coche este sucio, así que intento limpiarlo a menudo, pero he aprendido que no basta con darle un agua rápida para que vuelva a verse limpio. 

Me refiero a lo típico de ir al lavado a presión para echar un euro y quitarle el polvo al coche; a priori, parece suficiente para dejarlo limpio, sin embargo, en cuanto el agua del lavado se seca, quedan marcas de cal de ese agua en la carrocería y los cristales o, todavía peor, se siguen viendo las gotas de la lluvia que ensució el coche y me hizo ir a lavarlo, por lo que acaba siendo peor el remedio que la enfermedad.

Me parece un accesorio imprescindible para tener el coche limpio

Me faltaba algo tan sencillo como el sacado. Primero probé las gamuzas de piel, pero no me convencieron, así que me pasé a las toallas de secado. En esencia, es un trapo de microfibra de grandes dimensiones con una cara especial para el secado.

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Absorbe muy bien el agua, no raya la carrocería ni ningún otro componente, se seca rápido y se puede lavar en la lavadora si se ensucia. Además, no huele como las gamuzas de piel y envejece bastante mejor

Ojo, lo suyo es que la toalla de secado sea de buena calidad, pero es fácil encontrar buenas opciones por unos 15 euros, por lo que también cuesta menos que las gamuzas de piel. Se pueden comprar en tiendas especializadas o en internet.

La que yo uso mide 90 cm x 60 cm, por lo que tampoco ocupa mucho espacio cuando está guardada. La llevo en el maletero y cuando lavo el coche remato la tarea secándolo. 

Basta con agarrar el trapo de dos esquinas con las puntas de los dedos, extenderlo sobre la carrocería y deslizarlo para que absorba el agua del lavado y deje la superficie seca y reluciente.

Cuando está demasiado mojado, se escurre para que siga absorbiendo agua. Te aseguro que una sola pasada es suficiente y si ves que alguna mancha ha resistido al lavado puedes utilizar la cara que no es para secar porque sirve para limpiar, como una microfibra cualquiera. Esto último es útil, por ejemplo, para quitar las salpicaduras de agua de la carretera que ensucian la parte baja de la carrocería cuando llueve.  

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Llevo varios años utilizando el mismo trapo y todavía aguanta perfectamente, y eso que lo utilizo bastante. Desde que lo tengo, llevo el coche bastante más limpio que antes, si bien es verdad que tardo más en limpiarlo porque tengo que dedicar unos minutos al secado. Pero merece la pena.