Pasar la ITV con el coche siempre suele implicar cierta incertidumbre al enfrentarnos a un veredicto desfavorable. Mantener el coche en buen estado es fundamental para que recibamos el visto bueno en las inspecciones, y nosotros mismos nos podemos encargar de algunos puntos.
Hoy vamos a repasar los puntos fundamentales que nos van a revisar y lo que podemos hacer para acudir a la ITV con las máximas garantías posibles.
Cada vez que vamos a la ITV se miran los mismos puntos básicos, aunque cada estación tiene potestad para ser más menos municiosa. Teniendo en cuenta que pasan miles de coches por las ITV al día en España este proceso suele ser similar de una ITV a otra, pero no hay un orden establecido.
Siguiendo de manera aproximada el procedimiento que siguen los técnicos cuando llegamos con el coche a la ITV, vamos a hacer un repaso de los puntos fundamentales que se revisan y cómo podemos tener el coche preparado para la inspección
Revisión del exterior en la ITV
La Inspección técnica de Vehículos comienza por el exterior. Lo primero que hacemos al llegar nuestro turno es entregar la documentación, por lo que la primera tarea del inspector es revisar que el número de chasis de la ficha técnica es el mismo que aparece en nuestro coche. Aquí no podemos hacer nada más allá de ser personas legales y no haber modificado el número de bastidor por cuestiones dudosas.
En el reconocimiento exterior se revisará el estado general de la carrocería, que no haya óxido ni desperfectos que puedan suponer algún riesgo de desprendimiento o lesión a peatones. De manera manual podemos revisar que los paragolpes y retrovisores estén unidos como deben. Las lunas deben estar en buen estado. El típico impacto en el parabrisas dentro del campo visual también será considerado un defecto leve si es pequeño; si supone riesgo de agrietamiento será un defecto grave.
El resto de elementos exteriores también serán revisados, como el estado de las placas de matrícula, que deben ser perfectamente legibles, sin estar agrietadas ni rotas total o parcialmente. Lo mismo pasa con los limpiaparabrisas; deben estar en buen estado y tener agua en el depósito. Con un mantenimiento básico correcto será más que suficiente. También se revisan todos los elementos de señalización, incluyendo los catadriópticos. Si falta alguno se cuenta como un defecto grave.
Los neumáticos son uno de los elementos fundamentales para el buen funcionamiento del coche y la seguridad de todos, de ahí que se les preste una atención especial. Las medidas tienen que ser las que figuran en la ficha técnica y su estado debe ser apropiado, contando con dibujo mínimo y sin presentar un desgaste irregular en su superficie o desperfectos (grietas, cuarteos o 'huevos')
Chequear las luces para la revisión
El alumbrado será el siguiente punto a revisar, así que una de las recomendaciones más sencillas y que nos pueden ser más útiles es hacer un reconocimiento de todas las bombillas de nuestro coche antes de ir a pasar la ITV.
Posición, cruce, frenos, de carretera, intermitencias, marcha atrás y antiniebla. Todas tienen que funcionar y, en caso de haber alguna que falle, podemos echar un rato cambiando una bombilla que es barato y sencillo (dependiendo del coche). El incorrecto funcionamiento de la iluminación supone un defecto grave y nos darán como desfavorable en la ITV, salvo si es la iluminación de la matrícula que se marcará como defecto leve.
Adicionalmente, el claxon también debe funcionar apropiadamente. Revisarlo es sencillo: basta con accionarlo y escuchar un sonido claro y preciso.
Inspección también en el interior del coche
Al interior del vehículo también se le presta atención, donde nos revisarán que el coche cuente con las plazas indicadas en ficha técnica y que todas ellas tengan cinturones de seguridad y que funcionen apropiadamente.
Los asientos además deben estar bien anclados al vehículo. Por lo demás no se le presta una gran atención al habitáculo más allá de que no hay aristas u objetos que puedan presentar un riesgo para la seguridad de los ocupantes.
Lo que nos van a mirar de mecánica en la ITV
En una ITV no nos van a hacer un inspección minuciosa, pero sí van a hacer una revisión general en la que se fijarán si hay filtraciones de algún líquido. Por eso antes de ir a la ITV podemos revisar que donde dejamos aparcado el coche no quedan goteos de aceite o combustible.
También nos van a revisar el sistema de dirección, suspensiones y frenos. Si percibimos algún sonido raro procedente de las ruedas, vibraciones o alguna holgura es probable que nos encuentren algún defecto. En la prueba de frenado sobre los rodillos del frenómetro es importante avisar (si no nos preguntan) en caso de tener un freno de mano eléctrico y, sobre todo, frenar progresivamente según nos indique el técnico. El fallo de frenos es la principal causa por la que los turismos no superan la ITV.
El freno de mano será otro de los puntos a revisar. Si notamos que al aparcar el coche en una pendiente no frena demasiado o tenemos que tirar mucho de la palanca es probable que tengamos que tensar el freno de mano para pasar las pruebas con garantía.
Medición de emisiones del coche
La medición de emisiones contaminantes es una prueba clave, supone en un 11% de las ITV desfavorables, un dato que está principalmente relacionado con un parque móvil demasiado envejecido en nuestro país.
Para que la medición sea lo mejor posible dentro de nuestras posibilidades podemos realizar preventivamente un cambio de filtro de aire, para que la admisión sea lo mejor posible. A la hora de hacer la revisión, lo mejor es que la prueba la realicemos con el motor caliente; los motores en frío es cuando más consumen y también más emiten.
Otros tratamientos que podemos realizar al motor si tenemos dudas de que vayamos a pasar la prueba de emisiones es, antes de ir a la ITV en carretera, pegar un buen pisotón al motor en caliente para que los catalizadores del escape se limpien o, a mayores, realizar una limpieza de inyectores o del sistema de admisión en general.
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