El Gobierno quiere prohibir fumar en el coche de trabajo, pero sí permite el consumo de drogas en su interior. Una reforma de la ley que resulta contraria a la lógica

El Gobierno quiere prohibir fumar en el coche de trabajo, pero sí permite el consumo de drogas en su interior. Una reforma de la ley que resulta contraria a la lógica
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El coche es, nos demos cuenta o no, una extensión de nuestra esfera privada, es como nuestra casa. Y legislar sobre lo que se puede o no hacer en un coche es por tanto siempre delicado. Aunque sea “una esfera privada” se mueve y está sujeta a diversas reglas de uso, como un límite de alcohol para poder conducir, ya que puede influir en la integridad y seguridad de los otros automovilistas, por aquello de la libertad de uno termina donde empieza la del prójimo.

Legislar sobre esa esfera privada es tan delicado que se pueden dar situaciones muy contradictorias y hasta sencillamente incomprensibles. Así, legalmente una persona podría drogarse en su coche, pero no fumar. Como si los efectos de la droga fueran menores que los del tabaco, especialmente de cara a la libertad de los demás.

Drogas y tabaco en el coche: ¿Una doble vara de medir?

El Ministerio de Sanidad trabaja en una reforma de la Ley del Tabaco, en la que se incluirán vapeadores y cachimbas, y que incluirá la ampliación de los espacios libres de humo, sobre todo en entornos compartidos. En ese sentido se aplicará la prohibición de fumar en un vehículo particular que “tenga fines laborales”, según el proyecto de ley.

Se restringiría el consumo de cualquier tipo de tabaco en vehículos de reparto o de transporte de mercancías, así como de servicios de emergencia o de cualquier otra naturaleza en la que el conductor esté en su lugar de trabajo.

fumando en el coche

Así, aunque un repartidor vaya solo en su furgoneta no podrá fumar. El abanico de posibilidades es muy amplio y no sólo afecta a los tradicionales conductores profesionales, también a personas que no lo son. Por ejemplo, un o una comercial que se desplaza con su coche particular a ver unos clientes no podría fumar en su coche, aunque sea el suyo particular. Al fin y al cabo lo está usando para “fines laborales”. También deja la duda de si el uso del coche para ir a su lugar de trabajo se podría equiparar con un fin laboral o no.

Si bien la lucha contra el tabaquismo es loable, sorprende que con este proyecto de ley se difumina la línea entre esfera privada, es decir, el vehículo, y lo público, mientras que desde el Ministerio del Interior ha establecido que consumir drogas, o la tenencia, dentro de un coche aparcado no puede ser multado.

Esta nueva instrucción del Ministerio del Interior aclara un vacío legal: la ley sancionaba el consumo en espacios públicos o transportes colectivos, pero no especificaba cómo debían proceder los agentes en coches o vehículos de uso privado. Para la Justicia se considera distinto supuesto un coche estacionado que un coche en circulación.

Sí, conducir bajo los efectos de drogas o estupefacientes se considera un delito contra la seguridad vial y supone penas de cárcel, multas y la retirada del carnet de conducir de uno hasta cuatro años. Y esto se mantiene, pero que una persona esté sentada en su coche detrás del volante, con el vehículo aparcado en una plaza de estacionamiento pública y con el motor apagado mientras consume drogas, con lo que sea, pues es perfectamente legal. Acto seguido, puede encender el coche y salir a la carretera.

Así, esta diferencia de tratamiento entre tabaco y drogas crea la sensación de un desequilibrio a favor de las drogas. El argumento del Ministerio para no multar es que se trata de la esfera privada, es como si lo hiciera en su casa o en su trastero en el sótano del edificio.

Es verdad que del mismo modo, esa persona, después de “colocarse” en casa podría bajar a la calle, subirse a su coche y salir a la carretera. Pero queda la sensación que el legislador, en el supuesto del coche privado, no es tan duro con el uso de las drogas como con el uso del tabaco.

Quizá también se debería penalizar el consumo de drogas en un coche privado aparcado. Al fin y al cabo, también se penalizan actuaciones de la esfera privada, como tener relaciones sexuales en el balcón de casa a la vista de todos o dentro de un coche aparcado en la vía pública. ¿Por qué sí se permite de facto el uso de drogas, pero no poder fumar?

Imágenes | DGT, Pexels, Chase Stine

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