Las vacaciones de verano que la Fórmula 1 va a comenzar después del Gran Premio de Hungría no van a ser nada relajadas para muchos. Hace un par de semanas la FIA sacó unilateralmente una misiva técnica para la temporada 2023 que tiene soliviantada a más de media parrilla, que está dispuesta a plantarse ante los pasteleos del ente organizador.
Para luchar contra el 'porpoising' la FIA pretende cambiar el reglamento técnico por tercera vez, y después de la carrera de Austria estableció que para 2023 sería obligatoria levantar 25 mm el suelo y el difusor del coche, además de endurecer las pruebas técnicas a los vehículos. Y todo parece destinado a rescatar a un equipo que está sufriendo: Mercedes.
Los equipos entienden que las normas para 2023 son un rescate encubierto a Mercedes
Según la nueva misiva técnica de la FIA, será obligatorio que todos los coches levanten en 25 mm los flancos del suelo del coche y el difusor, y además se utilizarán unos sensores muy precisos para medir el 'porpoising' y endurecer las pruebas de deflexión lateral del fondo. Lo que Mercedes lleva buscando y pidiendo toda la temporada.
Al parecer, seis equipos de la actual parrilla se han revelado contra este cambio de normas de la FIA, que anularía en gran parte el efecto suelo, la gran baza de este nuevo reglamento técnico que está permitiendo que los coches rueden más cerca entre sí. E incluso cuestionan si lo que hay detrás de esto realmente son motivos de seguridad.
Los equipos serían Red Bull, Alpha Tauri, Ferrari, Alfa Romeo, Haas y Williams. Sorprende la presencia de los últimos, el único equipo motorizado por Mercedes presente en la lista, lo que demuestra el distanciamiento existente. Y destaca también la ausencia de Alpine, otro equipo que está sufriendo con el 'porpoising'.
Desde hace semanas los movimientos políticos de Toto Wolff, Lewis Hamilton y compañía han ido encaminados a elevar la altura de todos los coches por reglamento, algo que ellos entienden que les haría volver a ser competitivos. Ya les permitieron poner hasta dos tirantes que unían el chasis al suelo, algo inicialmente prohibido por reglamento y que mató a Alpine.
Curioso fue lo que pasó con el segundo tirante, cuyo uso se aprobó por sorpresa en Canadá. Sorpresa para todos salvo para Mercedes, que casualmente ya tenía allí un segundo tirante listo para instalar en su coche mientras los demás esperaron a la siguiente carrera. Con Mohammed Ben Sulayem al frente poco ha cambiado.
Pero ahora los equipos están hartos, y salvo los clientes más cercanos a Mercedes y Alpine, se niegan a una nueva cacicada que rescate al equipo que dominio con soporífera mano de hierro los mundiales entre 2014 y 2020. "Le pueden dar el campeonato ya a Mercedes", le atribuyen a un jefe de equipo. Las aguas bajan turbias en la Fórmula 1.
Para muchos, la única esperanza es el derecho de veto que Ferrari aún retiene sobre cualquier variación de normas en la Fórmula 1, y que por una vez podría servir para implantar algo de justicia en la competición.
