Un coche nuevo es una de las cosas que más ilusión hace. El refrán de “como un niño con zapatos nuevos” debería ser “como un adulto con coche nuevo”. Sin embargo, incluso teniendo claro el automóvil que queremos, esta maravillosa experiencia puede convertirse en un estresante trance ante la incertidumbre que causan las decenas de opciones que ofrece el mercado.
Gasolina o eléctrico. ¿Por qué no un híbrido?
Será una pregunta cada vez más frecuente en los concesionarios. Si vas a hacer largos trayectos, casi seguro optarás por un vehículo de combustible. En cambio, si eres de una gran ciudad y lo necesites para callejear, quizás te plantees un modelo eléctrico ante las políticas anti contaminación de algunas ciudades.
No en vano, cada vez son más las personas preocupadas por la contaminación y concienciadas con poner su granito de arena en reducirla. En este sentido, un vehículo híbrido puede aportarte lo mejor de ambos mundos: potencia y autonomía en carretera gracias a su motor de combustión, y movilidad responsable en ciudad gracias a su motor eléctrico.
Aparca tus sentimiento ¿Qué tipo de coche necesitas realmente?
Es muy posible que hayas llegado a esta situación arrastrado por alguna necesidad: se te ha estropeado tu viejo coche, has cambiado de trabajo, tu familia ha crecido… Ello te lleva a la decisión de “qué coche me compro” en el sentido más amplio, es decir, en si necesitas un compacto para la ciudad, un monovolumen para toda la familia o un suv para las escapadas al campo. Es una decisión de lo más importante y que marcará el resto del proceso de compra. Lo más recomendable es que aparques el corazón y pienses con la cabeza bien fría. ¿Qué coche necesito realmente?
El segmento que hayas elegido acotará el número de modelos a elegir, en el que jugarán un papel fundamental tanto aspectos puramente objetivos (motorización, potencia, consumo) como otros meramente subjetivos (la estética o el prestigio de la marca). Esta decisión te llevará a visitar unos u otros concesionarios.
Elegir concesionario, toda una ciencia
A estas alturas de tu “investigación”, es posible que ya hayas acudido a uno o varios concesionarios en busca de información y consejo. Los vendedores son profesionales casi multidisciplinares que a menudo hacen de mecánico, contable e incluso de psicólogo, y que se han enfrentado a preguntas y cuestiones de todo tipo. Así que no tengas reparos en consultarles cualquier duda que tengas sobre tu futura compra, sin que por ello te sientas en compromiso con él o con el concesionario.
Si te sientes más cómodo preguntando “sin dar la cara”, otra opción es que contactes con el concesionario por teléfono o hagas uso de algún servicio online de chat o visita virtual, cada vez más frecuentes en todas las marcas. Eso sí, sea de manera presencial o en remoto, no se te olvide comparar distintos concesionarios incluso de la misma marca, pues como veremos a continuación, el precio y las condiciones pueden ser muy distintas.
Calculadora en mano: comparar precios y costes
Y es que, según la OCU, el precio de un mismo coche puede variar en un 24% de un concesionario u otro, pues no todos ofrecen los mismos descuentos, valoración de los extras u opciones de financiación (por financiera o banco). Incluso puede influir a favor nuestra si el concesionario se encuentra al final de su año fiscal y no ha cumplido con los cupos de ventas.
Sea como fuere, siempre tienes que pedir todas las condiciones por escrito, con todos los detalles pormenorizados y sin lugar a las interpretaciones. Compara distintos presupuestos, pues te servirán también como medida para arrancar al vendedor alguna mejora.
Probar el vehículo, un derecho y una obligación
Si el objetivo final de tu compra es conducir tu coche nuevo, por supuesto deberías probarlo antes de decidirte. Pero debes saber ver más allá de la gratificante experiencia de estrenar vehículo (el olor a nuevo, el suave volante, los acabados brillantes…) y hacer el ejercicio de imaginarte en tu día a día con él a lo largo de los años. Al fin y al cabo ese automóvil va a acompañarte en muchos momentos de tu vida y a envejecer contigo.
Durante la prueba, el vendedor tratará -de forma muy legítima- resaltar los puntos fuertes del vehículo. Por eso es muy importante no distraernos de lo verdaderamente importante: la necesidad que nos ha llevado hasta allí. Es conveniente que en esta fase nos tomemos nuestro tiempo con calma y seamos muy fríos y analíticos a la hora de valorar todos los pros y contras del modelo: ¿Es cómodo y fácil de conducir? ¿Hay suficiente espacio para los pasajeros y el equipaje? ¿Los extras cubren todas las necesidades que tengo?
Como veis, el proceso de compra de un vehículo puede suponer una larga maratón, sobre todo si consideramos varias opciones y debemos visitar varios concesionarios. El precio que pagaremos será importante, por lo que se trata de una decisión importante. Esto pretende ser una pequeña guía para acompañarte en tu viaje, pero al final la decisión es tuya. Así que no dudes en tomarte tu tiempo y pedir consejo si lo necesitas.
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