Más allá de la calidad audiovisual de los vídeos, estos resultan llamativos, impactantes y para bien o para mal, sobre todo son reales porque reflejan situaciones que pueden llegar a resultar cercanas para el espectador, aquí no hace falta ser un gran actor o director de cine, cualquiera puede ser el protagonista.
Los vídeos relacionados con el tráfico son algunos de los más vistos, y consecuentemente reflejados en programas de máxima audiencia y hasta en informativos. Pero ¿cómo influyen realmente en la audiencia? ¿Se está contando una noticia o se está promocionando una conducta? ¿Vale todo?
En este artículo hablamos con expertos que desde diferentes puntos de vista nos dan su opinión acerca de este tema.
YouTube el gran proveedor de vídeos
EN UNO DE CADA CUATRO VIDEOS ANALIZADOS RELACIONADOS CON EL ALCOHOL ESTÁ PRESENTE EL USO DE VEHÍCULOS
En un estudio publicado por la Research Society on Alcoholism denominado Retrato de la Intoxicación Alcohólica en Youtube (Portrayal of Alcohol Intoxication on YouTube), se identificó el contenido de los principales vídeos de YouTube relacionados con la intoxicación alcohólica y se examinaron los factores asociados con la intoxicación alcohólica en vídeos que fueron evaluados positivamente por los internautas.
De las 333.246.875 visitas de todos los vídeos examinados, la media de los “me gusta” hacía insignificante los “no me gusta” por un contundente 1.646 a 33.
Una conclusión preocupante fue que el humor se unió con el consumo de alcohol en el 79% de los vídeos, y el uso de vehículos de motor estuvo presente en el 24%.
El estudio constataba que en los vídeos raramente se muestran resultados clínicos negativos, y mientras que la intoxicación activa forma parte del 86% de los argumentos de los vídeos, tan sólo el 7% trataba el problema de la dependencia del alcohol o el abandono de este hábito.
¿Es una cuestión de audiencia?
Jesús Monclús, director del Área de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, destaca el papel de los medios de comunicación en la educación y conformación de hábitos convivenciales como algo fundamental y que a menudo está infravalorado. “En función de las caras de las personas que aparecen en las ilustraciones o de las palabras seleccionadas por el periodista, una misma noticia puede incitar a su imitación o, cuando sean eventos claramente reprochables, favorecer el imprescindible rechazo social”.
Para las víctimas de accidentes de tráfico resulta muy doloroso que se banalicen conductas que han supuesto trágicas consecuencias. Jeanne Picard, fundadora de la Asociación Stop Accidentes, considera evidente que buscar audiencia es uno de los principales objetivos de las televisiones, “Por desgracia, mucha gente se ríe de las situaciones de riesgo, hay miles de vídeos e incluso emisiones de TV que emiten vídeos donde la gente se cae o sufre accidentes y a continuación vienen las risas. No hay reproche social y eso significa una falta de educación”.
“Resulta obvio que las televisiones tienen en este tipo de vídeos un puntazo de audiencia”, nos indica el periodista Pablo Herreros, periodista y experto en comunicación, web 2.0, publicidad y autor del blog, Comunicación se llama el juego.
Según él, “la clave está en que al emitirlo en un informativo acompañen la ‘burrada’ de un mensaje que confirme que al autor le ha tocado pagar penalmente por su conducta irresponsable. Si se emite solo la imagen de “miren qué loco este conductor” es un error claro por parte del medio. Y si eso lo hace un digital, parece claro que lo que se busca es que se consuman muchos ‘pre-rolls’ más que informar”.
En este sentido, Jesús Monclús, hace un llamamiento a la responsabilidad: “Los medios de comunicación viven de sus audiencias y para sus audiencias, pero también deben ser conscientes de su responsabilidad social. Vivimos en una sociedad en la que se sublima el riesgo. Pero no es algo nuevo: el trapecista del circo que no utilizaba una red, el domador de fieras o el mago que se hacía encerrar en un angosto espacio sin apenas oxígeno son ejemplos, casi, ancestrales”.
¿Cómo debería tratarse la noticia?
Para Jeanne Picard, “lo ideal sería no publicarlas… pero reconoce que eso es imposible. Las imágenes deberían acompañarse en todo caso de una reflexión sobre las trágicas consecuencias que producen los accidentes además de las penas de cárcel, retirada de puntos, etc. Educación y cultura de la seguridad vial, eso es lo que falta en una sociedad muy permisiva”.
Además, Picard añade que “el mundo del motor también lo ha permitido con publicidad subliminal… y es importante que se impliquen más en concienciar. No deberían vender velocidad sino seguridad”.
Desde el punto de vista de un experto en comunicación como Pablo Herreros “se echa de menos que, ante este tipo de noticia, no se contraponga más a menudo la conducta errónea sobre las consecuencias reales que esa o conductas similares tienen o tuvieron en casos concretos. En un mundo en el que la televisión camina paralela a los medios digitales —y se vuelve uno más de los digitales cuando sus contenidos pasan a la web— es difícil pensar que una cadena tenga unas imágenes de alguien haciendo el loco con un coche y no las emita. Al menos, deberían ser contrapuestas por esos testimonios de afectados o de expertos que expliquen las consecuencias legales y de víctimas que provocan actitudes tan incívicas”.
MOSTRAR Y HACER MÁS HINCAPIÉ EN LAS CONSECUENCIAS DE LAS CONDUCTAS INCÍVICAS DEBE FORMAR PARTE DEL CONTENIDO DE LA NOTICIA
Partiendo de que el derecho a la información es fundamental en nuestras sociedades democráticas, Jesús Monclús hace hincapié en que “sea realmente información y no deformación, para ello debe ser completa y mostrar no sólo la parte más llamativa sino también sus consecuencias para la sociedad y para las personas individualmente”.
“A menudo se dice que una media verdad equivale a una mentira”, continúa Monclús, “Puede ser. En cualquier caso, cuando estamos hablando de situaciones que pueden poner en riesgo la salud de las personas, tendríamos que anteponer la seguridad de las personas y ‘cerrar’ los contenidos, precisamente, con las consecuencias de los comportamientos asociales tanto desde el punto de vista de las estadísticas y el impacto social como reflejando mediante testimonios las consecuencias concretas sobre las víctimas y sus familias”.
Niños y jóvenes, los más vulnerables
LA EDUCACIÓN, HERRAMIENTA FUNDAMENTAL PARA QUE LOS PROTAGONISTAS DE TEMERIDADES AL VOLANTE NO SE CONVIERTAN EN ÍDOLOS
Algunos de estos personajes se convierten en una especie de ídolos, que son seguidos e imitados. La escasa educación en valores y la menor conciencia del riesgo son factores que según Jeanne Picard hacen del colectivo de los jóvenes un colectivo sensible a este tipo de mensajes. ”El mundo virtual se ha adelantado a la educación, algunos juegos son exageradamente irrespetuosos —hay algunos en que se puede atropellar a viejecitos…— el control y la responsabilidad por parte de la familia es muy importante”.
Pablo Herreros ve claramente que los adolescentes y jóvenes son “los mejores candidatos a imitar o idolatrar conductas que solo deberían merecer desprecio. De ahí que sea crucial que cualquier imagen de este tipo sea acompañada de información que desactive el instinto de querer imitar al que actúa de forma ilegal”.
Jesús Monclús se centra sobre todo en la influencia en el grupo de los más pequeños; “Aunque todos somos vulnerables, los más vulnerables son, sin duda, los niños, quienes están aprendiendo con cada paso, con cada paseo, con cada viaje, con cada observación de sus seres queridos”.
LOS ”BUSCADORES DE EMOCIONES” A LA CAZA DE SENSACIONES FUERTES SIN IMPORTAR LAS CONSECUENCIAS
“El grupo de jóvenes, cuya personalidad está aún forjándose, se caracteriza por una menor percepción del riesgo. Frases como ‘hay que vivir deprisa, la muerte llega pronto’ o ‘vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver’, ésta segunda aparecida por primera vez en una novela estadounidense de 1947, no creo que debieran haberse pronunciado nunca, sobre todo ahora que soy padre…”, señala Monclús. “Al contrario, habría que fomentar actitudes vitales menos inmediatas y más sensatas como ‘disfruta cada día con todas tus fuerzas’ o ‘comparte tu vida y tu generosidad, y vivirás más’”.
Por último, el experto cita a los denominados “buscadores de emociones”, que son aquellos que, independientemente de su edad, buscan sensaciones fuertes o descargas de adrenalina sin valorar debidamente las posibles consecuencias. En este grupo también podrían incluirse aquellos que ven mermadas sus capacidades lógicas o su sensatez debido al consumo de sustancias desinhibidoras como las drogas.
¿Qué líneas rojas jamás se deberían sobrepasar?
MORBO, RESPETO A LAS VÍCTIMAS, DERECHO A LA INTIMIDAD E INCITACIÓN A COPIAR CONDUCTAS, LINEAS ROJAS QUE JAMÁS SE DEBERÍAN TRASPASAR
Cuando la consecuencia del accidente es la pérdida de vidas humanas encontramos una línea que no se debería traspasar. Para Pablo Herreros, “en casos de fallecimientos, creo que claramente hay que optar por no emitir el vídeo. Es una información que hiere de forma brutal y perenne a la familia de la víctima, y me parece innecesario porque solo aporta morbo”. Algo con lo que coincide Jeanne Picard quien hace especial hincapié en evitar el morbo en las noticias relacionadas con el tráfico.
Otras líneas infranqueables según Jesús Monclús, quien también está de acuerdo con la necesidad del rechazo al morbo, serían aquellas que pudieran incitar a la repetición o imitación y que afecta a todo tipo de comportamientos o situaciones. Por otra parte nos encontramos con la que afecta al derecho de las personas a su propia intimidad y su honor, incluyendo en todo caso el respeto hacia los familiares y los amigos de quienes constituyen el foco de la noticia. Lo que visto desde otro país puede considerarse anónimo, en el entorno familiar, social o laboral de la persona en cuestión puede tener importantes consecuencias.
En la sociedad en que nos movemos e inmersos en el increíble alcance de los medios digitales, evitar este tipo de imágenes es casi imposible, queda para los medios de comunicación una responsabilidad clara y es la de hacer que los contenidos contribuyan a mejorar la vida de las personas y no al contrario aunque para ello haya que renunciar a unos puntos en la cuota de pantalla.
Imágenes: Istock, Agustín Galdón, Fundación Mapfre, Stop Accidentes, Pablo Herreros.