En verano conocíamos el plan de emergencia de Madrid para combatir los niveles excesivos de contaminación. Este incluía medidas como restringir el acceso al centro, reducir la velocidad o limitar el tráfico. Nuestra principal crítica por entonces es que los dispositivos de alerta no saltarían hasta pasados varios días.
Pues bien, en la última semana, Madrid ha alcanzado un nuevo récord en cuanto a los niveles de dióxido de nitrógeno. Los medios de comunicación han centrado sus críticas en el hecho de que el plan no haya entrado en vigor, pero en cualquier caso, aunque hubiera sido aprobado, el tráfico tampoco se habría limitado al no pasar más de cuatro días con esos niveles de contaminación simultáneos en varias estaciones de la misma zona.
¿De cuánta contaminación estamos hablando?
Vamos a intentar recordar y aclarar la normativa que se piensa establecer. Para empezar, los niveles más preocupantes publicados se refieren a dos estaciones de medición, Escuelas Aguirre, próxima al Retiro; y Ramón y Cajal, al Norte de la ciudad.
En esa primera estación se alcanzaron a últimas horas del día picos de hasta 316 μg/m3 de dióxido de nitrógeno, sin bajar de los 200μg/m 3 entre los días 27 y 30 de octubre en intervalos horarios que iban desde las 19:00 hasta las 22:00; mientras en Ramón y Cajal los mismos días y en la mismas franjas horarias se llegaron a registrar niveles superiores con picos de hasta 416 μg/m3 de NO2.
No es que restringir el tráfico en una ciudad como Madrid sea una decisión sencilla y ni mucho menos placentera para los conductores, sin embargo, semejantes niveles de contaminación son intolerables. Vamos a recordar una vez más lo que dice la la OMS del Dióxido de Nitrógeno:
¿Y cuánta contaminación hace falta para activar los avisos?
Y ahora vamos imaginar que la normativa anticontaminación estuviera en vigor. Como bien han señalado las autoridades, salvo los pre-avisos y las medidas informativas, no se aplicaría ninguno de los niveles llamados de aviso y alerta.
Para activar el primer nivel de aviso, que limita estacionamiento y velocidad en M-30, hacen falta: cuatro días de pre-aviso con dos estaciones de la misma zona superando los 200 μg/m3 durante dos horas consecutivas. Una vez superado ese tiempo, tendría que llegar un quinto día en el que durante no menos de dos horas se superasen los 250 μg/m3 durante dos horas.
Los niveles de aviso se suceden tomando medidas restrictivas hasta llegar al máximo nivel, el alerta, de alcanzarse los 400 μg/m3 de NO2 en tres estaciones de la misma zona durante tres horas seguidas. Entonces se limitaría la circulación en la ciudad, incluyendo la M-30.
Después de este ligero recordatorio (podéis consultar más a fondo las medidas y condicionantes en nuestro anterior artículo al respecto), insistimos en lo mencionado, las autoridades no habrían activado ninguno de estos niveles de aviso o alerta, porque, a pesar de superar durante horas estos picos, tienen que darse esos condicionantes: número de estaciones suficiente y que coincidan en horarios.
Esta medida fomentará sin duda el nivel de tolerancia de las vías respiratorias de los madrileños, pues en algunos casos será realmente difícil que se tomen acciones efectivas teniendo en cuenta la localización de algunas estaciones por zona, como en la Casa de Campo. Los que han elaborado la normativa parece que han cuidado (en salud no, precisamente) de prever que la situación sea realmente complicada para llegar al extremo de restringir el tráfico.
Aún así, esto no debería ser la costumbre para una gran ciudad. Como os hemos venido señalando, la movilidad alternativa propone soluciones a más largo plazo para evitar llegar a estos extremos y poder cumplir con las "exigentes" directrices de la OMS antes de vernos obligados a no poder circular porque la contaminación derivada del transporte es peligrosa para nuestra salud.
Vía | El País
Imágenes | Miguel A. Sancho (CC), Jose Maria Cuellar (CC) y mikineator (CC) en Flickr
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