Hay gente con mucha suerte edición XLVI: a punto de asfixiarse con monóxido de carbono

Hay gente con mucha suerte edición XLVI: a punto de asfixiarse con monóxido de carbono
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Se conoce como muerte dulce a la intoxicación por monóxido de carbono. Lo típico de las películas, cuando alguien deja el motor en marcha dentro de un garaje cerrado o, si tiene prisa por desaparecer del mapa, le conecta una manguera al tubo de escape y se lleva el humo al interior del habitáculo.

En el caso que nos ocupa, no hubo ninguna intencionalidad por parte del protagonista involuntario de nuestra historia, pero lo cierto es que el conductor que vemos en el vídeo se quedó a un paso de saludar desde el otro lado a causa de una fuga del escape hacia el interior del vehículo, un Toyota MR2, mientras el hombre daba vueltas al circuito de Ahvenisto, en Finlandia.

El vídeo muestra cómo al poco de comenzar la grabación (1:22), el piloto huele a gasolina, pero continúa recorriendo el circuito mientras su conducción se hace cada vez más torpe. Poco a poco se acerca al momento en que pierde por completo el dominio de la situación, y… ¿Lo vemos en el vídeo?

La razón por la que se denomina a este tipo de asfixia “muerte dulce” es sencilla. El que la padece va perdiendo la conciencia de forma paulatina, aletargándose y perdiendo motricidad, sin darse cuenta ni de que le falta el aire ni mucho menos del riesgo mortal que corre. En este caso, podemos decir que el conductor fue un hombre con muy buena suerte por partida doble: por superar la asfixia (gracias a la rotura del cristal en el minuto 5:43) y por no estrellarse por el camino.

Vía | Hooniverse
Vídeo | Frozen Blaze (YouTube)
En Motorpasión | Hay gente con mucha suerte (Archivo)

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