Este breve vídeo nos cuenta por qué no es buena idea conducir como si tal cosa cuando llueve a mares

Este breve vídeo nos cuenta por qué no es buena idea conducir como si tal cosa cuando llueve a mares
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Ahora que se acerca el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, que se celebra el cuarto jueves de noviembre, Travis Carpenter puede ir agradeciendo a quien le apetezca que no ocurriera nada grave cuando se estrelló con su coche mientras conducía a buen ritmo por la carretera bajo una manta de agua. El matiz de ir distraído cantando tampoco ayudaba.

Explica Carpenter que iba respetando los límites, es decir, al máximo permitido en esa carretera: 70 mph (113 km/h), cuando de repente el coche le hizo aquaplaning y acabó pegándose un costalazo. El conductor cantarín, que habitualmente se graba para estudiar y mejorar sus cualidades vocales, no sufrió daños personales, ni su coche quedó demasiado dañado: sólo un poco de chapa y pintura, y estará niquelao.

La moderación de la velocidad en condiciones adversas pasa por delante de cualquier limitación genérica de velocidad.

Vídeo en vertical, seh...

A lo que íbamos. Que coser y cantar es una cosa. Conducir y cantar, otra. Y conducir y cantar buscando unos ciertos matices, ensayando atentamente mientras tienes que estar un poco más pendiente del entorno, y más con la que está cayendo, otra muy distinta.

Por si te has quedado frustrado sin saber cómo acaba la canción, allá va otro vídeo: el tema es de Casting Crowns y se titula 'And now my lifesong sings':

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