Alejandra Otero
Se le conocía como 'Chang Yai Modify', que se traduce del tailandés como "El Gran Modificador", aunque también evoca a "Gran Elefante". Un estupendo juego de palabras para un falso médico que se dedicaba a hacer cirugías ilegales de alargamiento de pene y otras mejoras genitales. Lo más surrealista es que su consulta era su coche: un viejo Toyota Corolla.
Realizaba las intervenciones en el asiento trasero del compacto japonés y promocionaba sus servicios en su cuenta de TikTok, aunque no indicaba su curiosa la sala de operaciones. Fue por lo que le pillaron: varios clientes lo denunciaron al toparse con este quirófano móvil al acudir a la cita. Ya ha sido detenido.
"Llevo haciendo esto alrededor de un año"
El "doctor" era Pittaya Moolin, de 51 años. Ofrecía sus tratamientos quirúrgicos a domicilio en Bangkok y en localidades cercanas a la capital tailandesa. Tras varias denuncias, la Oficina Central de Investigación (CIB) y la División de Policía de Protección al Consumidor (CPPD) abrieron una investigación. No tardaron en dar con él.
Moolin no tenía licencia para ejercer: no tenía formación médica, como reconoció a los agentes. Aprendió los diferentes procedimientos viendo tutoriales en redes sociales y Youtube. "Me interesé por este tipo de trabajo, así que lo estudié y lo desarrollé como una actividad secundaria para complementar mis ingresos. Llevo haciendo esto alrededor de un año", comentó según recoge Daily Mail.
Según la publicación británica, el arresto tuvo lugar mientras realizaba una de sus intervenciones en el Corolla, aparcado en la calle Kamphaeng Phet 6 de Bangkok. Esta realizando pearling, que consiste en implantar pequeñas perlas bajo la piel del pene para incrementar el placer sexual. Era una de las operaciones que realizaba, así como inyecciones de agrandamiento de pene y circuncisiones.
Además de pillarle in fraganti, incautaron amplio material en su quirófano móvil: 189 tipos diferentes de implantes de perlas, anestésicos locales, hojas de bisturí o agujas quirúrgicas, entre otros. Todas estas herramientas se utilizaron en condiciones insalubres.
El gran reclamo de los servicios de Moolin era el precio: lo hacía muchísimo barato de lo habitual. Tiene su lógica: recurriendo a su coche para las operaciones, no pagaba local alguno y el equipamiento era mínimo. Los implantes de perlas los cobraba a 1.000 baht tailandeses (unos 26 euros al cambio), las circuncisiones a 5.000 baht (133 euros) y el agrandamiento de pene a 10.000 bath, unos 266 euros. Este tipo de intervenciones aquí en España rondan entre 8.000 y 20.000 euros. En Tailandia son más asequibles, pero suelen arrancar en unos 1.300 o 1.500 euros al cambio.
El falso cirujano ha sido acusado de ejercer la medicina sin título ni autorización, que en Tailandia se castiga con tres años de cárcel y multas de hasta 30.000 baht (cerca de 797 euros al cambio). "Los implantes de perlas o las inyecciones para el agrandamiento del pene conllevan un alto riesgo de inflamación o infección, lo que puede provocar disfunción eréctil", señaló el mayor general de policía Kongkrit Lertsitthikun, comandante de la División de Policía de Protección al Consumidor.
Más aún sin cabe cuando las operaciones se hacen en un quirófano clandestino e improvisado en el asiento trasero de un coche. Surrealismo en estado puro.
Imágenes | Toyota, Pexels
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