El jueves, con nocturnidad y alevosía, y prácticamente sin mucha publicidad en el viejo continente, se disputó la primera carrera del Global RallyCross Championship ya en tierras norteamericanas tras su breve gira mundial. Sin embargo, la vuelta al trazado de New Hampshire no ha cambiado la tónica general del campeonato, continuando con el absoluto dominio de los Ford Fiesta de OMSE.
A la victoria de Toomas Heikkinen, se sumó el podio de sus compañeros de estructura, Patrik Sandell y Brian Deegan. Un triplete sobre una pista muy mojada tras las lluvias caídas durante todo el día, que pone sobre el papel el claro dominio de los coches del ovalo en estas condiciones.
Un resultado que pudo ser incluso mejor, ya que la estrella local, Tanner Foust lideró claramente la prueba con su Fiesta ST Mk7, pero un error en la recta final (en la novena vuelta) de la misma le llevó contra el muro y le dejó sin premio. Tan sólo pudo ser cuarto. Topi Heikkinen no desaprovechó el regalo y superó a Sandell ayudado del joker. Quinto y sexto terminaron Ken Block y Sverre Isachsen, que poco pudieron hacer ante el dominio de los Ford.
