La F1 tiene un elefante en la habitación. Clásicos como Spa se han convertido en los peores circuitos, y quizá sería hora de dejar de visitarlos

Hubo un tiempo en que la Fórmula 1 corría en Nürburgring, Hockenheim o Brands Hatch, pero, aunque sus leyendas aún acompañan a la categoría, tuvo que dejar de hacerlo. Esos circuitos se volvieron demasiado inseguros y/o aburridos para los estándares de sus épocas y terminaron cayendo en el olvido. La historia siempre se repite.

A todos los fans de la Fórmula 1 nos encantan Mónaco, Spa o Suzuka, pero hay una realidad tozuda: sistemáticamente, son las peores carreras de cada temporada. Caso aparte es el de Spa-Francorchamps, un circuito que, como hemos visto este fin de semana, da carreras aburridísimas en seco y en el que no se puede correr cuando llueve.

Spa, Mónaco, Suzuka e Imola nos han dado las peores carreras de la temporada

La Fórmula 1 tiene un problema con sus circuitos clásicos. Ya se venía vislumbrando en los últimos tiempos, pero lo ocurrido este fin de semana en Spa es la gota que colma el vaso: el absurdo exceso de seguridad que rige la actual Fórmula 1 hizo que no se corriese en Spa bajo la lluvia, pero es que el espectáculo en seco no hay quien se lo trague.

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Tanto la carrera sprint como la larga fueron tediosos paseos sin emoción ni adelantamientos, lo que deja una conclusión bastante clara: Spa es un circuito en el que no se puede correr en lluvia y no se debe correr en seco. Y lo peor es que no es cosa de este año: hay que irse muy atrás para encontrar la última carrera de Fórmula 1 divertida en Spa.

Pero no es solo cosa de Spa. Si pensamos en otras carreras que puedan competir con la de Spa como la más aburrida de este año, aparecen tres nombres: Suzuka, Mónaco e Imola. La cita italiana ya ha sido abolida del calendario para 2026, y la discusión sobre Mónaco lleva años flotando, pero es que Suzuka, antiguo templo del automovilismo, ahora es un Mónaco sin muros.

No todos los clásicos sucumben. Circuitos como Silverstone o Monza todavía aguantan bien las exigencias de la Fórmula 1 actual, pero es evidente que otros trazados míticos están envejeciendo muy mal frente a los actuales monoplazas largos como autobuses, pesados como tanques y torpes como transatlánticos.

Y sí, el problema real es ese, y a todos nos gustaría que los Fórmula 1 perdiesen 300 kilos y midiesen un metro y medio menos. También estaría bien que los pilotos estuviesen dispuestos a asumir un 0,01% de riesgo de hacerse daño a cambio de ganar una millonada. Pero, siendo realistas, nada de eso va a pasar porque a ninguno de los protagonistas les interesa.

Ahora la Fórmula 1 debe elegir: seguir manteniendo sus clásicos por pura nostalgia o librarse de la infamia y apostar por lo que requieren los coches actuales.

Imágenes | Aston Martin, Fórmula 1