Aunque la Copenhaguen Wheel (la rueda de Copenhague) no es una propuesta nueva, ya que el SENSEable City Lab del Instituto tecnológico de Massachusetts (MIT) la presentó en 2009, no hemos hablado aún de ella y es un producto bastante interesante.
Se trata de una rueda para bicicleta que transforma cualquier bici convencional en una bicicleta híbrida eléctrica. Al cambiar la rueda trasera de una bici por la Copenhaguen Wheel se incorpora un motor eléctrico en el buje de la rueda, con un sistema de recuperación de energía cinética muy similar al de un sistema KERS de un monoplaza de Fórmula 1.
Este motor eléctrico puede invertir su funcionamiento. Cuando pedaleamos hacia delante el motor nos asiste en el pedaleo, para así ir más descansados y poder cubrir más distancia, como sucedería en cualquier bici eléctrica, pero cuando pedaleamos hacia atrás el motor actúa como generador de energía eléctrica con la que se recargan las baterías.
Además al pedalear hacia atrás se tiene retención del motor, y por tanto se consigue frenar la marcha sin tener que recurrir, a menos que se quiera, a los frenos tradicionales que se accionan desde la maneta del manillar. Incorpora también un cambio de tres velocidades.
A diferencia de la dbRevO, las baterías de iones de litio, integradas en la parte opaca de la rueda junto al motor, no se recargan enchufando la bici al cargador y a una toma de corriente. Sucede como en los coches híbridos convencionales, las baterías se recargan "solas" aprovechando la energía que se desperdiciaría al frenar.
Como podéis ver en las fotografías, motor, baterías, controlador y circuitos están guardados en la parte opaca de color rojo. No hay ningún cableado externo a la vista. Son muy compactos y no requieren macizar toda la llanta como si se tratara de una lenticular, sino que puede seguir teniendo radios igualmente.
La Copenhaguen Wheel añade otra función interesante y novedosa: incluye un conjunto de sensores ambientales para varios de los contaminantes más habituales en el aire de las ciudades como CO (monóxido de carbono) y NOx (óxidos de nitrógeno), pero también para medir el nivel de ruido (en decibelios), la humedad relativa, la temperatura o la congestión del tráfico.
Como no también incluye un velocímetro y un odómetro para controlar cuánta distancia hemos recorrido. La electrónica también registra cuánto esfuerzo realizamos en la pedalada, mediante un control del par, y calcula cuántas calorías hemos consumido.
Toda esta información se transmite inalámbricamente a un smartphone, por el momento solo iPhone, para visualizarla en su pantalla. Solo es necesario un soporte para el manillar para el teléfono. Estos datos se pueden compartir en la web, dentro del Copenhaguen Wheel project, y así planificar mejores rutas por la ciudad (por ejemplo menos contaminadas y con menos atascos) o encontrarte con los amigos.
Los datos de contaminación pueden ser compartidos con los servicios municipales, y entre todos los datos de diferentes usuarios y rutas, realizar mapas urbanos con los niveles de contaminación acústica y del aire de la ciudad.
Más información | MIT SENSEable City Lab Fotografías | Max Tomasinelli Vídeo | (1)YouTube, (2)YouTube En Motorpasión Futuro | Cambia tu bicicleta de normal a eléctrica en unos minutos con dbRevO
