Oslo se dejó una millonada en buses eléctricos. Pero con el frío noruego la autonomía no les da para cubrir sus rutas

Oslo se dejó una millonada en buses eléctricos. Pero con el frío noruego la autonomía no les da para cubrir sus rutas
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Oslo, la capital de Noruega, ha realizado en 2023 una gran inversión en autobuses eléctricos, calificándola de "gran victoria para el medio ambiente", recuerdan desde la televisión noruega. Sin embargo, algunos de esos autobuses eléctricos utilizados en las rutas más concurridas de Oslo no soportan los 12 grados bajo cero que hace en la capital noruega estos días.

El lunes varios autobuses vieron sus salidas canceladas y puestos fuera de servicio durante la hora punta matinal en Oslo. Esta situación se repitió el martes. En total, se habrían cancelado unas 90 salidas, con una serie de autobuses eléctricos fuera de servicio. Una de las consecuencias directas, además de los retrasos que ocasiona a todos sus usuarios, ha sido la de desatar un pequeño caos en el tráfico local.

Según Ruter, que gestiona el transporte público en Oslo, las salidas canceladas se deben a que los autobuses eléctricos de Solaris no pueden soportar el frío que se ha apoderado de la ciudad.

El frío es un problema también para los autobuses eléctricos

Oslo recibió en abril 183 autobuses eléctricos de la marca Solaris, tras firmar su compra en 2022 en un contrato por valor de 100 millones de euros. Estos autobuses eléctricos están destinados a las rutas más concurridas de Oslo y que transportan casi 150.000 personas al día.

Estos autobuses, con una batería de 520 kWh, fueron equipados con un “paquete especial de aislamiento térmico escandinavo” consistente, entre otras cosas, en un aislamiento adicional del habitáculo, lunas de doble acristalamiento, así como alfombrillas calefactoras instaladas en el suelo en la zona de las puertas de entrada.

Solaris Urbino eléctrico en Oslo, Noruega
Solaris Urbino 18.75 eléctrico operado por la municipalidad de Oslo, Noruega.

Sin embargo, no se habla de un mayor aislamiento de la batería o de la presencia de una bomba de calor, algo que permite conservar la autonomía de los coches eléctricos en climas fríos. No es la primera ciudad de clima frío que experimenta retrasos y cancelaciones con sus autobuses eléctricos.

En 2019, los autobuses eléctricos BYD de Indianapolis, donde en enero puede llegar a hacer -10ºC  tuvieron el mismo problema en 2019. La solución propuesta entonces por BYD fue la de instalar nuevos puntos de carga en las rutas.

En el caso de los autobuses de Solaris en Oslo parece repetir el patrón visto en Alaska, donde en una prueba piloto, se opera un autobús escolar eléctrico. En el duro invierno de Alaska, el consumo del autobús se dispara por la necesidad de calentar el habitáculo. En este caso, la bajada en autonomía es menos problemática ya que debe recorrer cada día mucha menos distancia que un bus urbano.

Al final, la solución en estos autobuses tendrá que ser la misma que en los turismos, equiparlos con una climatización por bomba de calor. O bien optar por la solución de BYD en Indianapolis, cargadores rápidos en ruta con paradas de 10 minutos para que puedan seguir con su labor

Los coches y autobuses eléctricos son cada vez más habituales en el tráfico noruego. Sin embargo, en invierno, la autonomía de los vehículos se ve gravemente afectada por el frío, lo que ha provocado que el transporte local ya no sea tan fiable para los habitantes de Oslo.

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