Se estima que el sector automovilístico no levantará cabeza hasta octubre, tras la crisis del coronavirus

Se estima que el sector automovilístico no levantará cabeza hasta octubre, tras la crisis del coronavirus
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El sector del automóvil en España no comenzará a notar su recuperación hasta el último trimestre de este ya fatídico 2020. Al menos así lo sostiene un estudio realizado por la consultora KPMG y del que se hace eco Faconauto, patronal española de concesionarios.

La crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 ha supuesto un duro varapalo económico para nuestro país, lo que incluye a la automoción: las fábricas se han visto obligadas a parar su producción en las últimas semanas y los concesionarios también han permanecido cerrados poco después de decretarse el estado de alarma en nuestro país.

Volkswagen Produccion Navarra 02

De la mano del descenso de infectados y fallecidos, las fábricas españolas ya están comenzando la desescalada. Es el caso de SEAT Martorell, Volkswagen Landaben (Navarra) o Mercedes-Benz en Vitoria, que ya han vuelto a la actividad, pero a menor ritmo productivo y extremando las medidas de seguridad para evitar el contagio entre sus empleados. Por ejemplo, en Navarra hoy se han incorporado 1.600 trabajadores en comparación a los 4.800 que habitualmente operaban antes del parón.

Por su parte, los concesionarios siguen con el cierre echado. La semana pasada, Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, ya remarcó que los puntos de venta "no podrían aguantar mucho más tiempo cerrados".

Una recuperación lenta, pero continua

En esta coyuntura y según las estimaciones de KPMG, no será hasta octubre cuando el tejido automovilístico de nuestro país comience la verdadera recuperación. Un análisis que, defiende la consultora, se basa en el del mercado chino, pues más del 80 % de los suministros a nivel mundial provienen de la República Popular, así como en las reacciones de la Unión Europea para salir de la crisis.

Concesionario 4

Además, KPMG calcula que el 80% de las empresas englobadas dentro del sector del automóvil verá afectados sus ingresos este 2020 a causa de la crisis del coronavirus.

Y pese a que en este último trimestre del año se comenzará a ver la luz, es también probable que aún persistan durante este periodo las vulnerabilidades del mercado, como las tensiones comerciales o la disminución de ventas. A lo que se sumará que estas empresas tendrán que trabajar con "inventarios ajustados y cadenas de suministro complejas".

Todo ello teniendo en cuenta que el sector automovilístico no viene precisamente de un periodo de bonanza: 2019 fue el primer año, tras seis al alza, en el que las ventas automovilísticas cayeron. Una tendencia que ha continuado este 2020 antes del impacto de la epidemia y que, como es obvio, se ha hecho muchísimo más acusada en marzo, con una caída cercana al 70 %.

Faconauto estima que las ventas de coches retrocederán un 30 % en el acumulado del año a causa de esta crisis.

La desescalada debería incluir pronto a los concesionarios

Coche Concesionario

En lo que respecta a los concesionarios, Pérez ha señalado que la recuperación del sector del automóvil "será más fácil si logramos mantener el empleo", pero que para ello será necesario que los concesionarios vuelvan a estar operativos. "Tenemos que pensar ya en la vuelta a la actividad para mantener el empleo y recuperar las ventas", apunta.

Una demanda con la que se ha alinean dirigentes regionales, como es el caso del socialista Javier Lambán, presidente de la Diputación General de Aragón, argumentando que la vuelta a la actividad de las fábricas no servirá de nada si los concesionarios siguen cerrados.

Uno de cada diez concesionarios de coches afirma no ser rentable, y pide más inversión en mecánicas alternativas

Una solicitud a la que se suma Alberto Núñez-Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia, que ya ha confirmado que defenderá ante el Ejecutivo que "puedan abrir talleres mecánicos y concesionarios de automóviles".

Además, Faconauto ha solicitado al Gobierno un 'Plan de Reactivación' en el que se incluyen demandas ya conocidas, como eliminar la incertidumbre sobre ciertas motorizaciones (refiriéndose a todas luces al diésel y en general a los motores térmicos), que ayuden a impulsar la demanda.

De igual manera, solicitan acciones fiscales que garanticen la liquidez de la empresas, además de medidas como, por ejemplo, mantener los ERTEs por fuerza mayor más allá del estado de alarma.

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