Todos tenemos presente el problema que hubo con el Chevrolet Volt cuyas baterías ardieron de forma espontánea tras una prueba de choque. El mes pasado los ingenieros de General Motors y los de la NHTSA trabajaron en la reducción del riesgo de incendio en caso de choque, y apostaron por la descarga de las baterías para evitar el problema.
Sin embargo, hay otro problema que subyace cuando se emplean baterías de iones de litio y es que en ocasiones se calientan hasta arder, en un proceso que se llama "embalamiento térmico" (en inglés, "thermal runaway"), una especie de espiral en la que pueden entrar las baterías y que ha sido investigado por el departamento de Física aplicada de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore.
Este es un fenómeno por el que una reacción química que genera calor se ve acelerada por la propia temperatura que genera, lo que hace que entre en un bucle que suele acabar en incendio. Lo hemos visto en dispositivos electrónicos como ordenadores portátiles, y podríamos llegar a verlo en las baterías de un coche eléctrico sin que este fuera sometido a ninguna colisión.
Pero como no todo van a ser malas noticias, los investigadores han descubierto una forma de medir los cambios de temperatura de las celdas de la batería cuando son peligrosos para cortar la generación de calor en caso necesario. Lo hacen aplicando pequeñas cargas de corriente a unas determinadas frecuencias, lo que a la práctica supone instalar un pequeño chip de muy bajo coste que pronto podría formar parte de la fabricación estándar de las baterías. De momento, el chip ya ha sido patentado y sus responsables están negociando su instalación con los fabricantes de baterías.
Vía | Xataka En Motorpasión Futuro | Drenar la energía de las baterías: la solución para evitar un incendio en las baterías de un coche accidentado
