La edad en los coches es un tema que se ha puesto de moda. Es uno de los factores determinantes a la hora de recibir el distintivo medioambiental de la DGT (entre otros factores) y, por lo tanto, verse afectados por las restricciones al tráfico.
Hoy vamos a ver las diferencias entre un coche clásico y un coche que sencillamente ya está mayor. Ni un coche viejo es siempre un coche clásico, ni un clásico tiene por qué ser viejo, ni un clásico ha de ser necesariamente un coche histórico.
Qué es un coche clásico
Un coche talludito es sencillamente eso, un vehículo sobre el que han pasado ya un buen puñado de años y ha perdido su juventud. En cambio un coche clásico es otra historia.
De entrada para que un coche sea catalogado como clásico ha de tener al menos 25 años. Si el vehículo no ha cumplido esa edad jamás podrá recibir el trato de un clásico, entre los que se incluyen seguros especiales o rebajas en el impuesto de circulación municipal, por ejemplo, aunque hay excepciones que dependen de la normativa de cada ayuntamiento.
Qué es un coche histórico
Un paso más allá de los coches clásicos están los considerados como coches históricos, y los requisitos para ser tratados como tales son un poco (bastante) más complejos.
No basta con haber cumplido una edad mínima de 30 años. Los coches históricos tienen que destacar por su singularidad y en la medida de lo posible no haber sido modificado durante su ya larga vida. En cambio sí están permitido el 'tuning de época', es decir, las modificaciones coetáneas del coche.
Para que se recoja un coche como histórico la DGT recoge tres puntos clave:
- Que tenga al menos 30 años.
- Que esté incluido en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español o declarados bienes de interés cultural o que tengan un interés especial (pertenecer a personalidades relevantes o acontecimientos históricos).
- Que esté considerado como vehículo de colección por sus características, singularidad, escasez u otra circunstancia especial muy sobresaliente.
A partir de ahí hay que seguir una serie de pasos muy concretos para poder matricular un coche como histórico, aunque hay que decir que la matrícula original (con una H, cuatro números y tres letras).
- Que la Comunidad Autónoma catalogue el vehículo como histórico tras una inspección en laboratorio oficial.
- Pasar una inspección técnica previa a la matriculación en la provincia donde se desea matricular.
- Emisión de la nueva ficha técnica como histórico donde se recojan las limitaciones y exenciones a la circulación del vehículo.
El siguiente paso es reunir toda la documentación necesaria, incluyendo el impreso de solicitud convenientemente cumplimentado, el justificante del pago de la tasa de matriculación, la resolución de la Comunidad Autónoma, la ficha técnica nueva y los justificantes del pago de impuestos correspondientes.
Además también hay que aportar cuatro fotografías a color del vehículo (por delante, por detrás y de ambos laterales) y el permiso de circulación.
La tramitación se puede realizar de manera presencial en Jefatura o a través de internet, y tiene un coste de 98,78 euros para automóviles y de 27,57 euros para ciclomotores.
Con la nueva matrícula de coche histórico se puede acceder a una serie de beneficios. El primero de ellos es que al ser catalogado como histórico se les requiere a estos coches un cuidado especial, son vehículos mimados y el reconocimiento como históricos les permite tener un mayor valor de venta.
Más allá de lo económico, a nivel práctico, los vehículos históricos ven ampliados los plazos a la hora de pasar la ITV. Pueden tener plazos de entre dos (si tienen entre 25 y 35 años) y cuatro años (si tienen más de 45 años) dependiendo del coche, en lugar del plazo anual.
Además también pueden tener otros beneficios como la reducción o exención del impuesto de circulación (a discreción por parte de cada ayuntamiento) o seguros más baratos (en función de la aseguradora y cumpliendo ciertos requisitos como un kilometraje anual máximo).
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