Durante unos días hemos podido disfrutar del nuevo Toyota GT86; uno de los pocos deportivos puros que quedan en el mercado y, sin duda, el más económico de todos. Toyota lanzaba el GT86 en 2012, que probamos hace unos meses, enamorando a los más puristas y amantes de las sensaciones de conducción, recibiendo recientemente una actualización en su mitad de ciclo de vida para mejorar en algunos detalles y, de paso, retocar su estética y mejorar su equipamiento.
Se trata del vehículo más prestacional de Toyota. Estéticamente logra atrapar las miradas de jóvenes, mayores, niños y adultos; pero lo más interesante del Toyota GT86 son las sensaciones que logra transmitir a su conductor. Todo está enfocado hacia él, y si la mayoría de personas disfrutan de su presencia, imaginaos cómo se disfruta conduciéndolo. Bueno, mejor no lo imaginéis, que os vamos a contar todo al detalle.
Antes de nada, podemos adelantaros que si os gusta conducir, las sensaciones deportivas que otorga un motor atmosférico que envía 200 CV al tren trasero, que un coche os transmita lo que ocurre sobre el asfalto y no os importa que las plazas traseras tengan una habitabilidad reducida, será difícil, por no decir imposible, que encontréis un producto mejor que éste por poco más de 30.000 euros.
Diseño exterior
En estos tiempos en los que la gran mayoría de vehículos son diseñados para satisfacer a aquellos conductores que no buscan unas características deportivas, simplemente confort y eficiencia, es de agradecer que Toyota continúe ofreciendo este producto tan pasional y dinámico, el Toyota GT86. Ya desde fuera podemos palpar e intuir la alta deportividad que disfrutaremos una vez arranquemos el propulsor, pero debemos repasar antes su diseño.
En Toyota han debido pensar que “si algo funciona muy bien, mejor no lo cambies demasiado, simplemente mejóralo sutilmente”. Es por ello que se parezca tanto a su predecesor, pero si nos fijamos en algunos detalles podemos apreciar que este deportivo cambia estéticamente más de lo que parece, aunque manteniendo las líneas principales del modelo al que sustituye.
Encontraremos un frontal donde nuevamente el logo de Toyota se encontrará en una posición muy baja, muy cerca del suelo. Realmente, todo se sitúa muy cerca del suelo con el objetivo de reducir el centro de gravedad y, por tanto, aumentar la estabilidad y mejorar el comportamiento dinámico. La zona delantera del capó, que ha sido fabricado en aluminio, presenta una zona central más baja que en los extremos laterales, dando mayor sensación de musculatura.
Los faros delanteros ahora han cambiado levemente su diseño, y es que incorporan iluminación completamente de LED de serie. En su parte superior encontraremos la luz diurna con varios puntos de iluminación, que otorgará una mirada más profunda y agresiva. Si nos fijamos en el faro, en la zona inferior aparecen más puntos, estos serán los encargados de las luces de intermitencia. En las esquinas inferiores del paragolpes se ubican las luces de antiniebla, también de LED.
Bajo la placa de la matrícula encontramos una gran toma de aire, la única de todo el frontal. Su gran superficie servirá para enfriar el radiador del motor así como para dirigir el aire hacia otros elementos que deben refrigerarse. La parte baja del paragolpes presenta unas agresivas ondulaciones que aumentan su estética deportiva.
Si cambiamos la vista hacia el perfil, nos podemos dar cuenta de que el Toyota GT86 mantiene las mismas proporciones y líneas que antes, es decir, seguimos contemplando unas formas suaves que mejorarán la aerodinámica, junto a la ya citada contenida altura del modelo. Un detalle que nos pone una sonrisa es aquel elemento que sobresale en la parte trasera, el alerón sobre la tapa del maletero.
Lateralmente observamos como el voladizo delantero es ahora más grande. Esto conseguirá un mayor apoyo aerodinámico y, claro está, logra unas formas más agresivas, más racing, parecidas a las de un vehículo de competición. En el paso de rueda delantero tendremos el intermitente lateral. Las llantas, en 17 pulgadas y nuevo diseño de 10 radios dejan ver el sistema de frenos. En esta perspectiva podemos darnos cuenta del diseño aerodinámico, con una muy suave silueta, y de la baja altura libre al suelo ideal para mejorar el paso por curva.
Si el frontal resulta deportivo, no te pierdas su parte trasera. Describiéndolo de arriba abajo, debemos hacer una importante parada para contemplar el prominente y a la vez fino alerón que los chicos de Toyota han colocado sobre la tapa del maletero. Fabricado en aluminio y acabado en negro mate, éste se extiende en una anchura que cubre prácticamente los pilotos de luces. El toque “picante” que aporta es digno de admirar.
Pocos centímetros más abajo nos encontramos con los nuevos pilotos de luces. Mantienen las formas de los anteriormente utilizados, pero logran un mayor volumen con cada parte del mismo bien marcada. Al igual que en el caso de los faros frontales, estos pilotos posteriores recurren a la tecnología LED para su iluminación, que darán una imagen muy especial y personal a la zaga durante la conducción nocturna.
No menos espectacular que el alerón es el difusor. Pintado en color negro y con unas formas, nuevamente, muy agresivas aportan un carácter digno de mención. En su zona central se encuentran la luz de marcha atrás y el antiniebla posterior; pero ante todo destacan las dos prominentes salidas de escape circulares, por las que saldrá la dulce melodía del motor 2 litros bóxer. Por cierto, una curiosidad, el diámetro de cada una de ellas es de 86 mm, ¿casualidad? no lo creo.
Diseño interior
Ya es momento de abrir la puerta, que al tratarse de un verdadero coupé no incluye marco superior, y descubrir su interior. Nuestra unidad cuenta con el opcional “Pack Piel/Alcantara”, que será lo primero que nos llame la atención por sus tapizados de alta calidad en los asientos, puertas y salpicadero; aunque no será ni mucho menos lo único que nos hará salivar en el habitáculo de este Toyota GT86.
Nos agachamos y nos sentamos en el deportivo de Toyota. No será el coche más cómodo a la hora de entrar y salir por su baja altura, pero una vez estamos colocados en el puesto de conducción nos olvidaremos de ello. Echamos un vistazo rápido a lo que nos rodea y pronto descubrimos que lo imprescindible a la hora de conducir nos cae muy a mano. A esto hay que sumar que Toyota ha logrado un gran equilibrio en el diseño, buscando la máxima deportividad, visual y funcional, pero sin renunciar al confort a la hora viajar.
El principal elemento de todo coche es el volante. Éste recibe un diseño deportivo y contenido diámetro, pero sin caer en la tentación de achatarlo en su parte baja, algo que no resulta eficaz en los giros más cerrados y a la hora de maniobrar. En el centro del mismo aparece el logo “86”, y en los radios horizontales contamos con el control del audio, en el lado izquierdo, y del ordenador de a bordo, en el derecho. Al igual que la mayoría de los tapizados, recibe costuras en tono gris.
El salpicadero no busca distraernos con enormes pantallas y muchos botones, solo quiere que nos centremos en la conducción. Prueba de que este coche está enfocado a las altas prestaciones es su cuadro de relojes. En la zona central aparece un generoso cuentarrevoluciones cuya zona roja comienza a las 7.500 rpm, y con información de marcha engranada. En su parte izquierda otro dial nos informa de la velocidad a la que circulamos.
Al lado derecho se han sustituido los dos pequeños diales de su predecesor por una pantalla TFT a color de 4,2 pulgadas. Allí veremos, además de las típicas informaciones de consumo y cuentakilómetros, una serie de datos que nos vendrán fenomenal cuando busquemos exprimir todo su potencial. Entre otros, destacamos un gráfico con las curvas de potencia y par motor, fuerzas G longitudinales y laterales, temperaturas de refrigerante y aceite, voltaje de la batería y un cronómetro para cuando disfrutemos del circuito en una jornada de “Track Day”.
En la parte central del salpicadero tenemos una doble salida de aire, una pantalla táctil multifunción de 6,2 pulgadas Toyota Touch 2, en nuestro caso también con navegador, bluetooth y aplicaciones. Más abajo nos encontramos con los mandos para el climatizador bizona, muy deportivos, con prácticas ruletas y algunos botones que nos recuerda a los mandos de un avión de combate. En la parte más baja, a la izquierda el botón de arranque, en el centro un pequeño hueco para dejar la llave y a la derecha una toma USB.
El pomo del cambio, que queda muy cerca del volante, tiene un diseño y tacto deportivo. Como el freno de mano, ha sido tapizado en cuero. Y ya que hablamos del freno de mano, este es tradicional, y además se encuentra muy cerca del conductor, algo que gustará y mucho a los que disfrutan haciendo derrapar los vehículos de propulsión trasera, entrando ya cruzados al viraje. El contorno del cambio recibe un acabado metálico, como el pedalier y parte del volante. Más hacia el centro del coche tendremos los botones para el control de tracción y el modo “Track”.
La calidad general percibida es buena, no apareciendo ruidos al pasar sobre baches o al apretar en determinados puntos del salpicadero. Los tapizados en alcántara aportan una mejor presencia al interior y, pese a que es un coche deportivo, existen algunos huecos portaobjetos en las puertas y bajo el reposabrazos central, aunque obviamente no serán del mismo volumen que en un Toyota Prius.
El Toyota GT86 tiene una configuración 2+2. Esto significa que cuenta con plazas traseras, pero su habitabilidad es reducida y no serán cómodas para un viaje salvo que sean utilizadas por personas de muy baja estatura o niños. Un dato a tener en cuenta es que estas plazas posteriores cuentan con anclajes Isofix, lo que nos vendrá muy bien si tenemos que llevar a los más peques, lo haremos de una forma muy segura.
Maletero
Como ya te habrás dado cuenta, este Toyota GT86 es un deportivo enfocado al disfrute de la conducción en zonas de curvas y circuito. Sin embargo, este planteamiento no quita que podamos disfrutar yéndonos de viaje con él. Su maletero, de 243 litros, será suficiente para unas vacaciones de dos personas, pudiendo albergar dos maletas de tamaño medio y algún que otro bulto más. Debajo del piso se encuentra el kit de reparación de pinchazos y alguna práctica herramienta.
Equipamiento y precio
Como ya hemos citado más arriba, nuestra unidad de pruebas contaba con los opcionales de la tapicería “Pack Piel/Alcantara”, que incluye asientos calefactables en dos intensidades, con un precio de 1.500 euros. El otro opcional es el Toyota Touch 2 & Go, que cuesta 600 euros y que incluye el sistema de navegación, conectividad Bluetooth y acceso a algunas aplicaciones.
De serie, todos los Toyota GT86 traen consigo 7 airbags, el alerón posterior, iluminación completa de LED, avisador de presión de neumáticos, control de crucero, diferencial tipo Torsen de deslizamiento limitado, doble salida de escape, kit de reparación de pinchazos, lavafaros, llantas de 17 pulgadas con neumáticos en medida 214/45 R17, pedales y reposapiés izquierdo en aluminio, sensor de luces, sistema de audio con 6 altavoces, velocímetro analógico y digital y toma de 12 voltios en la consola, entre otras cosas.
El precio de nuestra unidad, contando con los extras (valorados en 2.100 euros) y las promociones vigentes a fecha de la prueba, es de 35.090 euros. De todos modos, siempre podemos contar con el método Pay per Drive que ofrece Toyota, que en este caso nos saldría por un precio de 386 euros al mes.
