Análisis: Luca de Meo quiere que Renault sea una empresa tecnológica que además fabrique coches

De aquí a 2030, Renault será una compañía tecnológica que integre coches y no una compañía automovilística que integra tecnología como es en la actualidad, según ha explicado el propio Luca de Meo al final de la presentación de su plan estratégico 'Renaulution'.

Sencillamente, Renault tiene que dejar atrás la era Carlos Ghosn, que consistía en fabricar toda clase coches a mansalva, y abrazar las nuevas tecnologías y la manera que tenemos de consumir. Se avecina un cambio similar al experimentado por el cine, los videoclubs y Netflix.

Para la marca no se trata de un nuevo plan estratégico que únicamente debe volver a la senda de los beneficios, este plan debe llevarles a enfrentar con éxito el enorme cambio en el mercado que todo el mundo predice y que, de cierto modo, ya ha empezado.

Evidentemente, no es algo que puedan conseguir de un día para otro. Primero, Renault debe volver a ser una marca rentable y para ello debe cambiar su modelo de negocio, heredado de Carlos Ghosn, para luego centrarse en lo que será la verdadera revolución.

Tregua con Nissan disfrazada de subordinación

La necesidad de alcanzar elevados volúmenes de ventas en todos los mercados, debido a un portfolio tan diversificado, y la ausencia de los segmentos claves, es lo que ha llevado a Renault a tener enormes pérdidas. Esa carrera por los volúmenes es lo que también ha llevado a Nissan a tener enormes pérdidas.

Pero no únicamente, tras unos 20 años de Alianza, nunca hubo realmente sinergia entre Renault y Nissan, más allá de las plataformas el Renault Clio y del Nissan Micra. Bajo la tutela de Carlos Ghosn, las dos vertientes estaban enfrascadas en una lucha de poder, que ha llevado finalmente a la caída en desgracia de Ghosn y su huida de Japón en un baúl.

En Japón, nunca han digerido que Renault controlase de facto Nissan. Y en Renault no ha gustado que Nissan nunca compartiese realmente tecnología. Con la presentación de hoy, se abre una suerte de tregua, donde compartirán algunas plataformas, Nissan proporcionará la tecnología de conducción autónoma a Renault, pero al final cada uno será dueño de su destino en su territorio.

Y Luca de Meo tuvo que aceptar finalmente que en unas intervenciones grabadas Makoto Uchida, CEO de Nissan, diese de forma más o menos sutil su visto bueno al plan de Renault, y que el CEO de Mitsubishi, Takao Kato, expresase su apoyo al plan de Luca de Meo. Recordemos que Renault publicaba regularmente notas de prensa con las contribuciones negativas de Nissan a los resultados de Renault (-1.244 millones de euros en el segundo trimestre de 2020, por ejemplo).

En definitiva, para poder actuar libremente, Luca de Meo, tuvo que conceder al equipo nipón la última palabra, aunque sea simplemente de cara a la galería. Y es que a este nivel, las apariencias son tan importantes como el fondo. Especialmente para los inversores.

Una vez solucionado el corto plazo, con nuevos modelos como el Renault 5 eléctrico, con un tiempo de desarrollo de nuevos modelos reducido de cuatro a tan solo tres años, por cierto, la unión de Dacia y Lada con el Dacia Bigster primo del futuro Lada Niva que tendrá vocación global, Renault empezará su verdadera revolución. Dejará de ser un fabricante de coches sino una empresa tecnológica que, entre otros, fabrica y vende coches, pero también servicios y energía.

Renault, una nueva empresa tecnológica

La transformación comienza de forma tímida a corto plazo con el futuro Renault Mégane eléctrico cuyo software ha sido desarrollado en colaboración con Google. No solamente, el sistema de infoentrenimiento del coche estará basado en la tecnología de Google, sino que el cerebro del coche, por así decirlo, será de Google.

Esto permitirá contar con un asistente y controles por voz de Google, pero también actualizaciones remotas (OTA, Over The Air) de diferentes funciones del coche.

El siguiente paso se apoya en dos marcas, una es Mobilize, y la otra es Software République, con la Renault Digital Software Factory. La primera proporcionará tanto vehículos como servicios, mientras que la segunda se centrará en toda clase de software. Y las dos se necesitan para conseguir el éxito.

El próximo Renault Mégane estará integrado por una arquitectura de software y servicios de Google. Será el primer coche del mundo en llegar al mercado desarrollado con Google.

La Software République es una entidad en la que colaboran varias empresas, como Orange, Atos, Dassault Systems y, por supuesto,  Renault Digital Software Factory.

Con más de 1.000 ingenieros y centros de investigación dedicados en cada empresa, trabajarán en temas aparentemente tan diversos como las interfaces y experiencias de usuarios (UI/UX), el big data, la ciberseguridad o incluso la defensa, es decir, la industria militar. Y siempre hay algo de todos esos campos que se puede aplicar a la automoción.

Mobilize: servicios y ocasionalmente coches

Software Rrépublique es una pieza clave en esta transformación, aunque en la sombra. La cara visible de esta transformación será la nueva marca Mobilize. No se trata de una marca de coches al uso, aunque hayan desvelado varios conceptos de vehículos.

Mobilize parte del hecho que en la actualidad hay una enorme diferencia entre lo que se paga al comprar un coche y el uso que se hace de él. En palabras de Clotilde Delbos, CEO de Mobilize y CFO de Renault, “pagamos 100 y usamos solo 10”. Además, la depreciación de un coche es enorme. De media, tres años después de su matriculación ha perdido el 50 % de su valor.

Mobilize quiere proponer servicios globales tanto a particulares (B2C) como a empresas y grandes operadores de flotas (B2B) y entidades gubernamentales (B2G). Para 2030 el objetivo es que Mobilize suponga el 20 % del volumen de negocio del grupo Renault.

Para ello, Mobilize tendrá tres áreas de negocio principales. La más visible será el alquiler, leasing o pago por uso de sus vehículos, pero también contará con servicios de car sharing, gestión de flotas, reacondicionamiento de vehículos antiguos y el reciclaje de las baterías. Mobilize será mucho más que car sharing.

Así, Mobilize propondrá una gama de hasta cuatro vehículos eléctricos, desde el pequeño biplaza EZ1, fabricado con un 59 % de piezas recicladas; hasta el EZ Flex, vehículo industrial ligero para el transporte de última milla, con un Dacia Duster reciclado y electrificado en medio junto con una berlina eléctrica de 4,6 metros de largo y más de 400 km de autonomía.

Estos vehículos podrán ser vendidos, alquilados con una enorme flexibilidad, ya sea mediante leasing, renting o pago por uso. Pero también se encargará de la gestión de esos coches utilizando la experiencia adquirida con Zity en Madrid -donde si no fuera por la pandemia habría alcanzado beneficios, aseguró Delbos-.

Gracias a esa experiencia, a la Inteligencia Artificial y a los desarrollos de la Software République, podrán mejorar la disponibilidad de coches en los servicios de car sharing, pero también gestionar la flota de coches alquilados a una empresa de transporte, por ejemplo.

Los coches de Mobilize tendrán en gran medida componentes reciclados, cuando directamente no será coches reciclados. La economía circular es otro pilar importante de Mobilize. Por una parte, la Re-Factory, en Flins, será la encargada de llevar los Renault Zoe hasta el millón de km de vida útil, reacondicionándolos para que puedan tener una segunda o tercera vida.

Pero no será el único modelo, en la Re-Factory se prácticará el retrofit. Los antiguos modelos Renault de gasolina o diésel serán convertidos a coches eléctricos, los industriales ligeros, pasarán del diésel al biogas. Mobilize prevé la “refabricación” en 2030 de hasta 100.000 coches al año.

Todo ello se llevará a cabo en la factoría de Flins, que ya es actualmente la mayor empresa de reciclaje de Francia. Pero hay más, cuando esos coches eléctricos lleguen al final de su vida útil, Mobilize reciclará sus baterías, y otros componente. Por ejemplo, con cada batería reciclada, se pueden generar actualmente un mínimo de 1.000 euros.

La apuesta de Luca de Meo es muy arriesgada. Muchos son los grupos automovilísticos que pretenden reinventarse como compañías de movilidad, el grupo Ford, Porsche  y el grupo PSA son los dos ejemplos más llamativos, pero solo Renault apuesta directamente por dar un giro a 180º, reinventándose por completo, más allá de simplemente abrazar el coche eléctrico y los servicios de car sharing.

El tiempo le dará la razón o no. Con el tiempo, veremos si Renault consigue los recursos para llevar a cabo su revolución o no. En todo caso, es una cuestión de doble o nada para Renault.

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