Probamos el Audi RS Q8: un masivo SUV de 600 CV con mucha patada, demasiado negro piano y etiqueta ECO

Los SUV están de moda. Creo que a estas alturas de la película no te estamos haciendo ningún tipo de spoiler con esa afirmación, pero más allá de esa amplia parte del mercado de carrocerías elevadas y aptitudes camperas justas hay un nicho que cada vez cobra más fuerza: el de los SUV grandes hipervitaminados.

Hoy te traemos la prueba de uno de ellos, la prueba del Audi RS Q8. Un demoledor SUV tamaño XXL con carrocería coupé, un motor digno de un coche deportivo con 600 CV y, por si fuera poco, etiqueta ECO.

Audi RS Q8: un SUV con el toque de Audi Sport

La gama SUV de Audi está cogiendo una dimensión desconocida hasta la fecha. Durante los últimos años se han multiplicado los SUV dentro de la casa de los cuatro aros y el que hoy ocupa estas líneas es el rey de todos ellos, especialmente de aquellos que se han sumado a la tendencia de los SUV con aires de coupé.

El Audi Q8 llegó en 2018 como complemento del Audi Q7. Un SUV de grandes dimensiones que renunciaba a la posibilidad de llevar hasta siete personas en su interior para adquirir una silueta más dinámica y aprovechar el tirón del Lamborghini Urus dentro del Grupo Volkswagen. Un tirón que viene de la mano de una premisa: ser rápido. Así lo demostró antes incluso de su presentación marcando un tiempo de 7:42.253 en Nürburgring.

Pues bien, bajo esta premisa y sabiendo que no va a ser un coche fácil de ver (al menos entre los ambientes que solemos movernos los mortales), plantarse ante un Audi RS Q8 es casi un acto de fe. Los SUV suelen ser coches que en cierto modo invitan al uso, con estéticas no demasiado agresivas y habitáculos accesibles y amplios. El Audi RS Q8 mete miedo.

Las dimensiones del SUV más potente y deportivo de Audi son de 5.012 mm de largo por 1.694 de alto y 1.998 de ancho. Es más largo, más bajo y más ancho que un Q8 convencional. De hecho es casi tan largo como un Q7 (5.063 mm). Pero no todo son datos, sino que hay mucho de actitud en este Audi RS Q8. Igual que ocurre con el Audi RS6 Avant que acabamos de probar, el Audi RS Q8 se diferencia del resto de la gama por lucir un carácter amenazante.

Exteriormente el RS Q8 se distingue del resto de la gama por utilizar una parrilla delantera específica, acabada en negro y con un entramado más amplio a juego con las entradas de aire laterales. También son nuevas las enormes llantas de 22 pulgadas (de 23 pulgadas opcionales en esta unidad y acabadas en dos colores), el alerón de techo y una parte inferior de la zaga protagonizada por un considerable difusor con las tradicionales y enormes salidas de escape ovaladas de los RS.

Las salidas de escape en realidad son embellecedores y los escapes reales están en el interior. Quedan muy a la vista y bueno... no son escapes falsos pero la ejecución podría ser mejorable. Un detalle que no se ha usado en este RS Q8 y sí en los RS 6 Avant y RS 7 son los pasos de rueda ensanchados. Y menos mal, porque si no sería excesivamente ancho.

Por lo demás no hay cambios notables. La línea del techo descendente cobra más sentido en este modelo, especialmente por la prolongación que confiere el alerón trasero. Las ventanillas sin marcos son también otro de los rasgos identificativos del modelo.

Un interior de calidad pero poco diferenciado y poco deportivo

Si pasamos al interior lo cierto es que no hay demasiados cambios. El habitáculo del RS Q8 no se distingue demasiado del de un Q8 normal a excepción del volante deportivo de tres radios con el emblema RS, las placas RS en los umbrales de las puertas, la proyección Audi Sport en el suelo al abrir las puertas y otros elementos con el logotipo RS como los asientos de corte deportivo.

Sentados en el puesto de conducción es difícil saber que estamos dentro de un SUV de corte deportivo. La configuración del interior apenas cambia y no hay elementos que realcen el ADN radical del modelo. Echamos en falta algo más de personalización de serie. Opcionalmente se puede optar por aditamentos más racing en fibra de carbono. Hay poca diferenciación, pero la calidad y los ajustes son geniales.

En contra de lo que esperábamos en un inicio, el volante es muy convencional con un aro completamente circular, no hay una parte baja achatada y eso se agradece (el achatado es opcional). Su configuración es de tres radios con los botones multifunción tradicionales más el botón RS y la parte inferior de aluminio con la inscripción RS.

Por delante del volante tenemos el ya tradicional cuadro de mandos completamente digital de Audi, el virtual cockpit. Es un tablero de alta definición con unos menús modificados para ofrecer datos de conducción deportiva como medidor de fuerzas G, tiempos por vuelta, registros de aceleración o gráficas específicas para los modos más deportivos.

Es un cuadro de mandos que está bien pero que destaca por su sobriedad. Es notablemente más sencillo que el de la competencia. Los cuadros de BMW o sobre todo de Mercedes-AMG pueden hacer parecer anodino a este panel.

Los únicos indicadores que quedan fuera del cuadro son el del nivel de refrigerante a la derecha y el del depósito de combustible. Como ocurre en otros modelos están situados tan en los laterales que pueden quedar total o parcialmente tapados por el volante o las manos al conducir.

Los asientos delanteros están acabados de serie en cuero y son de corte deportivo, totalmente regulables eléctricamente y con posibilidad de dar más o menos soporte lateral tanto en el espaldo como en la banqueta. Son muy agradables dada la cantidad de opciones de ajuste y gracias a un mullido muy generoso son más confortables que deportivos.

Al igual que en el resto de modelos de última hornada, el salpicadero renuncia casi totalmente a los botones físicos en favor de dos pantallas: una para el sistema de infoentretenimiento con la última generación del MMI Navigation Plus y otra para la climatización.

La superior queda totalmente integrada en la moldura horizontal principal que da la personalidad al salpicadero, mientras que la inferior queda alojada en la consola central. Ambas son táctiles capacitivas con feedback de pulsaciones, un recurso que nos resulta interesante. Dispone además de compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay.

Lo que no es tan agradable es que todo el salpicadero y la consola están acabados en negro piano, además de complementadas por molduras que simulan madera muy oscura en esta unidad. Un imán para las huellas, la suciedad, el polvo y los arañazos por mucho cuidado que tengas en el día a día. Es imposible mantener limpio porque se ve cada mota de polvo y, por lo tanto, todo un reto a la hora de hacer las fotos para el reportaje.

La habitabilidad es buena como cabe esperar en un coche de su envergadura, salvo por la voluminosa consola central que resta espacio en las plazas delanteras. Curiosamente pese al volumen de las molduras y la consola no hay demasiado espacio para dejar objetos. Sí hay plataforma de carga inalámbrica.

En las plazas traseras el espacio mejora y aunque no hay una gran consola central, la plaza de en medio no es demasiado habitable. Para dos ocupantes es un coche amplio incluso en altura. No destaca en anchura debido a los amplísimos montantes de las puertas, en cambio sí cuenta con regulación longitudinal y de inclinación.

El maletero cubica unos generosos 605 litros de capacidad que se pueden ampliar hasta 1.755 litros. Hay mucho maletero gracias a la ausencia de la tercera fila de asientos, la contrapartida es que el plano de carga queda bastante elevado.

Un SUV rápido y divertido pero filtrado

Hacemos que el Audi RS Q8 despierte de su letargo a golpe de botón y nos eriza el vello su rugido al arrancar en frío. No, no es el típico SUV y lo deja claro desde el primer momento pero en cuanto cerramos la puerta y pasan unos segundos el rugido se convierte en murmullo.

El Audi RS Q8 es un coche que está muy bien aislado y circulando a baja velocidad con el motor girando en la parte baja del tacómetro apenas notaremos la presencia del motor. Gracias a la desmultiplicación de la dirección no se siente especialmente pesado y se deja mover bien, aunque hay que tener ojo con sus dimensiones.

Por suerte la visibilidad es buena y los asistentes de aparcamiento con cámara ayudan, ahora bien, los avisadores tienen un funcionamiento raro: a veces no avisan por delante o pasan de no pitar a alertar de que vamos a rozar el coche en un lapso muy breve de tiempo.

Dejando su tamaño al margen, el RS Q8 es un coche apto para ciudades repletas de resaltos, baches o superficies adoquinadas. Además de estar bien insonorizado, su esquema de suspensión neumática hace gala de un tarado que hará las delicias de los más urbanitas.

A la hora de salir a estirar las capacidades del SUV más deportivo de Audi. Pasamos del modo confort al modo dynamic y se cuela en el interior un sonido más poderoso. Vale, es hora de apretar el paso y ver de qué es capaz, así que pisamos el acelerador a fondo, la caja de cambios baja dos velocidades y de pronto aparece una pegada soberbia.

En el gran vano motor del RS Q8 se esconde la misma mecánica que en los RS 6 Avant y RS 7: un bloque de 4.0 litros biturbo de 600 CV y 800 Nm de par motor que se asocia a una transmisión de ocho velocidades automática por control de par y tracción integral quattro. Con esta elección de componentes Audi anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos.

En la vida real esto se traduce en un SUV muy, muy grande que puede rodar muy, muy rápido. La aceleración y las recuperaciones son de vértigo, aunque para conseguir el mejor comportamiento lo suyo es tirar de las levas del volante. Unas levas que son de plástico, por cierto, no de metal.

En total dispone de ocho modos de conducción: RS1, RS2, efficiency, confort, auto, dynamic, allroad y offroad. Todos ellos actúan sobre la respuesta del motor, el comportamiento de la caja de cambios, la regulación de la suspensión, la climatización y el sonido del motor. Los RS1 y RS2 son configurables además, desatan todo el potencial del coche y permiten desconectar el control de tracción con solo pulsar el botón RS del volante.

Teniendo en cuenta que estamos ante un coche de 2.390 kg sobre la báscula y un tamaño considerable esperaríamos un comportamiento dinámico perezoso, pero para nada. La puesta a punto del chasis incluye unas suspensiones que en los modos más deportivos pueden endurecerse bastante y que se complementan con un conjunto de barras estabilizadoras activas.

Esto favorece una conducción animada interesante. El Audi RS Q8 permite acelerar el paso, y lo hace con una gran dosis de neutralidad. Sí es cierto que las inercias se notan y hay que tirar bien de frenos para entrar en las curvas de forma controlada, pero frena bien, entra con decisión y precisión en los giros y los completa de manera digna. Además el sistema quattro reparte un 60% por defecto al eje trasero, lo que le da un toque picante a golpe de gas.

Quizá sólo le faltaría el eje trasero direccional para ganar en agilidad. Por otra parte hay que ser consciente del tipo de coche ante el que estamos y que de no ser por las ayudas electrónicas las cosas pueden complicarse de manera precipitada. El trabajo se puede acumular en manos no expertas por lo que la opción de desconectar el control de estabilidad mejor dejarla aparcada.

Por ponerle una pega al Audi RS Q8 en cuanto a comportamiento podríamos señalar que lo hace todo bien a nivel dinámico. Sí, es una contradicción, pero es que corre, gira y frena, pero lo hace de una manera tan neutra que no transmite demasiado. Se siente un coche filtrado y un escalón por debajo en cuanto a emociones en comparación con la competencia.

También pudimos probarlo brevemente por caminos no asfaltados de dificultad escasa y salvo por la elevación de la suspensión neumática y una regulación más suave tanto de ésta como de la respuesta del motor no apreciamos grandes aptitudes para transitar fuera del asfalto. Es más, dado por su tamaño, peso y dimensiones de neumáticos su comportamiento es pobre en este entorno, provocando una deriva sensible al inicio de los giros que debe compensar la electrónica.

Audi RS Q8: jugando en ligas mayores

Como hemos dicho antes, el Audi RS Q8 ofrece un empuje soberbio y unas prestaciones de deportivo, pero a cambio su consumo también se resiente incluso haciendo uso del sistema de desconexión de cilindros, start&stop y recomendaciones de eficiencia. La cifra que nos arrojó al devolverlo fue de casi 15 litros cada 100 km. Ojo, que no está tan mal, pero podría ser mejor.

Sobre todo podría mejorarse teniendo en cuenta que estamos ante un coche de 600 CV que luce en el parabrisas la etiqueta ECO. Este Audi RS Q8 está equipado de serie con el sistema mild hybrid de 48 voltios. Dispone de un motor de arranque/generador que puede generar hasta 12 kW de energía en deceleración que se acumulan en una pequeña batería de iones de litio y que permite que el motor se apague hasta 40 segundos avanzando por inercia.

El Audi RS Q8 llega destinado sólo a unos pocos afortunados que se lo puedan permitir, pues su precio de tarifa es de 160.470 euros, situándose claramente como un de los coches más caros de la marca. Es un modelo llamado a competir en la liga de los premium contra modelos como el Porsche Cayenne Turbo Coupé (171.608 euros) o el BMW X6 M (151.100 euros), y pretende restar ventas a otros extra-premium como el Aston Martin DBX (210.000 euros) o al propio Lamborghini Urus (252.677 euros) con el que comparte plataforma.

Tiene un precio intermedio con respecto al Porsche (más caro y menos potente) y el BMW (algo más barato pero más potente). Por otro lado medirse contra el Aston Martin o el Lamborghini son palabras mayores.

Moviéndose en precios que se acercan peligrosamente a los 200.000 euros a pocos extras que se escojan (y que son casi obligatorios si queremos un RS Q8 bien equipado), debería estar prohibido el uso masivo de negro piano. Visualmente puede llamar la atención pero a corto plazo desmerece un interior bien ejecutado.

Por lo demás el Audi RS Q8 es un gran coche, literalmente. Por dimensiones no es apto para todos los garajes, pero también es un coche con una grandísima calidad de rodadura, masivo en cuanto a prestaciones y que puede ser emocionante si le buscamos las vueltas.

Audi RS Q8 2020 - Valoración

7.5

Diseño exterior 8
Diseño interior 7
Calidad 8
Habitabilidad 8
Maletero 8
Motor 9
Seguridad 7
Comportamiento 7
Comodidad 7
Precio 6

A favor

  • Motor poderoso
  • Interior de calidad
  • Gran habitabilidad
  • Dinamismo para un SUV XL

En contra

  • Precio muy elevado
  • Sonido un tanto anodino
  • Opciones de equipamiento
  • Exceso de negro piano

Audi RS Q8 2020 - Ficha técnica

Audi RS6 Avant

Motor

Gasolina. Ocho cilindros en uve biturbo de 3.993 cc

Potencia máxima

600 CV a 6.000 - 6.250 rpm

Par máximo

800 Nm de 2.050 a 4.500 rpm

Transmisión

Tracción integral quattro. Caja de cambios automática de convertidor de par con ocho relaciones

Dimensiones

Largo x ancho x alto (mm): 5.012 x 1.998 x 1.694

Batalla

2.995 mm

Maletero

605 litros

Peso

2.390 kg

0 a 100 km/h

3,8 s

Velocidad máxima

250 km/h

Consumo medio homologado (ciclo WLTP)

13,7 l/100 km

Consumo medio en prueba

14,8 l/100 km

El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas

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