Probamos el Citroën C5 X: una berlina grande con acertados atributos SUV que destaca por su confort de marcha

Nota de Motorpasión

Citroën ha dado un paso valiente al desarrollar el coche que hoy nos ocupa. Se trata del Citroën C5 X, un coche del segmento D a medio camino entre una berlina, un familiar y un SUV. Lo hemos probado y te contamos nuestras primeras impresiones.

Tiburón, CX, XM, C6 o C5 son nombres de modelos que han permitido a Citroën a lo largo de la historia hacerse con una reputación muy robusta en el segmento de las grandes berlinas.

Mide 4.805 mm de largo, 1.865 mm de ancho y 1.485 mm de alto.

Premiando siempre la comodidad y el confort por encima de cualquier otro atributo, las grandes berlinas de Citroën vuelven a la palestra con este nuevo C5 X. Se trata de un coche que llega con un planteamiento un tanto diferente al de sus hermanos de marca, ahora más centrados en el público jóven y dinámico y también diferente a lo que hay hoy en día en su segmento.

Mientras el resto de marcas abandonan el segmento D, Citroën vuelve con este coche que mide 4,8 metros de largo, con una carrocería ligeramente elevada respecto a una berlina convencional. Es por eso que al nombre convencional C5 se le ha añadido la X, porque tiene ciertos atributos reservados a los SUV.

Un diseño digamos...atrevido

Empezando por el diseño exterior, el C5 X luce un frontal de rasgos muy marcados. La forma de las ópticas delanteras LED con dos líneas de luz haciendo forma de V hacia adentro acompaña a los chevrones en posición central.

El capó delantero de largas dimensiones tiene unas molduras cóncavas en los laterales y eso le dan un estilo muy personal. Echando la vista hacia atrás, el coche luce una cintura muy alta que da lugar a una línea de ventanillas que se extiende hacia atrás hasta cerrar el portón posterior.

La superficie del techo, que va pintado en negro junto a los pilares que lo sustentan, está marcada en su perímetro lateral por una línea cromada que enfatiza su presencia. Se la moda SUV también adopta el robusto pilar C, en este caso escondiendo en su interior una pequeña ventanilla triangular y con una grafía de líneas finas que refuerza su presencia en una carrocería de generosas dimensiones.

El techo se remata con un aleron bastante integrado, que da paso a la luneta posterior completamente inclinada. Ésta da forma a un gigantesco portón posterior que tiene como objetivo facilitar las labores de carga. Por último, en el perfil superior del portón un alerón trasero de considerables dimensiones rompe la línea redondeada y fluida de la trasera.

En esta vista se aprecia como el alerón del techo permite que el aire fluya por debajo hacia la luneta, e incida en el alerón del portón dándole apoyo a la trasera.

Flanqueando los laterales del coche, unas gigantescas ópticas en forma de boomerang invertido hacia adentro completan un conjunto donde las letras Citroën en el centro tienen mucho protagonismo.

Las llantas son de 19 pulgadas de serie, y juegan por tanto un papel importante como uno de los aspectos clave que más realza esa figura robusta y contundente.

Un salón rodante, amplio y bien resuelto

El interior de presenta con un ambiente muy acogedor, moderno en algunos aspectos y tradicional en otros. La disposición de los principales botones y mandos se reparte de forma convencional, y encontramos algunos elementos dignos de un coche de hoy en día.

El salpicadero luce unas líneas fluidas y limpias, con salidas de aireación en ambos extremos y otro conjunto de aireación en posición central, justo entre la pantalla táctil de 12" y los mandos de climatización que, acertadamente y frente a lo habitual en coches pasados de PSA, está fuera de las pantallas. Rectificar es de sabios, dicen.

Como en una segunda capa abrazando a esa sección superior del salpicadero, encontramos otra línea con material que simula madera. Esta sección recorre la línea del salpicadero de lado a lado y va más allá, extendiéndose hacia la zona interior de las puertas y dándole un estilo muy peculiar.

El sistema Proximity abre y cierra automáticamente las puertas al acercarse al coche, y permite el arranque sin llave

El volante tiene tres radios y su forma no es completamente redonda. Está ligeramente achatado en la parte superior e inferior, y dispone de mandos multifunción en los brazos laterales. El brazo inferior que lo une a la columna de dirección es una pieza en color negro piano, lo que hace que a simple vista parezca un volante de dos radios.

Calidez y serenidad son dos de las palabras que Citroën utiliza de forma más habitual cuando se refiere al interior de este coche. Lo cierto es que ambos aspectos están presentes cuando te sientas en el asiento del conductor o en cualquiera de los otros cuatro.

Por primera vez los asientos Advanced Comfort de Citroën disponen de calefacción y ventilación interior

Se trata de los asientos Advanced Comfort que como su propio nombre indica, quieren ser referencia en términos de confort. Tienen un mullido específico con napa de alta densidad y una espuma estructurada gruesa que permiten sentirse relajado e invitan a viajar muchos kilómetros en él.

Entre ambos asientos delanteros encontramos un espacio dividido en varias secciones. En la parte delantera podemos un hueco con tapa en el que podemos dejar el teléfono móvil en una plataforma con sistema de carga inalámbrica.

Inmediatamente detrás está el mando selector de marchas del cambio automático, que se seleccionan moviéndolo hacia adelante o atrás. También el selector de modos de conducción y el freno de mano eléctrico. A su lado dos porta bebidas fijos y todo ello rodeado de una pieza acabada en negro brillante. También hay una guantera con tapa doble que hace las veces de apoyabrazos.

El habitáculo es acogedor y amplio al mismo tiempo, sensación a la que ayuda la enorme superficie acristalada que rodea el perímetro del coche y el techo panorámico de cristal, disponible también en algunas versiones.

Sentarse en las plazas traseras es sinónimo de hacerlo en una de las berlinas más amplias y confortables del mundo, en la que puedes estirar notablemente las piernas sin miedo a que golpeen contra los asientos delanteros.

Detrás de ellas, el maletero de 545 litros para las versiones de gasolina o 485 litros para los híbridos, con piso plano (puede llegar hasta 1.640 litros abatiendo los asientos traseros), cuenta con una boca de carga  amplia y funcional, donde el extremo inferior se sitúa muy cerca del suelo y así facilita las labores de carga de mercancía. Por supuesto, la apertura y cierre son mecanizados.

Híbrido enchufable o gasolina, eso es todo

Existen tres motorizaciones para el C5 X. Hay un híbrido enchufable de 225 CV llamado PlugInHybrid 225 ë225 EAT8, y dos gasolina PureTech con 130 y 180 CV. No hay versiones diésel pese a que una motorización de ese tipo deberia encajar a la perfección con el planteamiento de este coche.

Para esta primera toma de contacto, comenzamos por la versión híbrida enchufable de 225 CV. Se trata de un conjunto formado por el mismo motor de gasolina PureTech de 180 CV que se complementa con un motor eléctrico de 81,2 kW y una batería de IonLitio con 12,24 kWh.

Al ponerlo en marcha pulsando el botón, el conjunto arranca en modo exclusivamente eléctrico sin hacer ningún tipo de ruido. Así salimos de las inmediaciones del Aeropuerto de Barcelona en dirección al centro de la Ciudad Condal recorriendo la Ronda de Dalt.

En marcha por ciudad y alrededores su funcionamiento es suave. Recorrimos el trayecto hasta la Sagrada Familia e hicimos un recorrido el centro de Barcelona haciendo uso exclusivamente del sistema eléctrico. Declara una autonomía eléctrica de 55 kilómetros en ciclo WLTP y lo consigue.

En estos entornos y tipo de uso, el coche destaca por una fantástica insonorización interior, por un funcionamiento suave y agradable y por ser muy refinado. Sí, creo que ese es el adjetivo que mejor define a su rodar.

No has de esperar una inmediatez abrumadora ni la contundencia al que te pueden tener acostumbrados otros sistemas eléctricos de este tipo. No, en este todo ocurre con suavidad y dulzura, especialmente en cómo se mueve y el tacto que tiene la dirección asistida eléctrica que forma parte del equipamiento de serie.

Acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos y la velocidad máxima es de 233 km/h

El sistema de navegación proyecta sobre el Head Up Display mucha información, tanta que incluso dibuja un pequeño mapa 3D indicando con exactitud los desvíos que hemos de tomar para llegar a destino. El de serie desde el acabado Shine y dicen que equivale a llevar una pantalla de 21" cuatro metros por delante del coche.

En carretera lo más destacado una vez más es la suavidad general del conjunto a todos los niveles. Si tienes batería el coche se encarga de ir moviéndote hacia adelante únicamente con el impuso eléctrico que sí nos pareció acorde con la autonomía máxima que declara de 55 kilómetros.

Cuando el eléctrico deja paso a la gasolina, mantiene como principal atributo la calidad de rodadura y el silencio por encima de otros. Se nota que el habitáculo se ha trabajado mucho a nivel confort, ya que las suspensiones filtran muy bien y hacen su trabajo de forma excelente.

Ayudan a ese confort de marcha las ventanillas acústicas, con un mayor grosor al habitual. Hacen que tanto en eléctrico como cuando tiras del motor de gasolina, apenas escuches la mecánica.

En autovía tienes la sensación de ir sobre una alfombra mágica que hace desaparecer los baches y ondulaciones. Las suspensiones son muy blandas, pero no por ello carece de aplomo.

Son capaces de filtrar absolutamente todos y transmitir mucho confort a los pasajeros y el único punto de mejora en este aspecto lo tenemos en la dirección, que no es todo lo comunicativa que nos hubiese gustado

En los apoyos más pronunciados el sobrepreso del sistema híbrido, que mete más de 200 kilos respecto al PureTech de 180 CV que probamos al día siguiente, se hace notar y tienes que tener decisión a la hora de marcar la trayectoria y mantener el gas para evitar movimientos incómodos.

Creo que es más una cuestión de adaptarse a esa puesta a punto tan puramente Citroën. El coche tiene buena estabilidad en curva, pero los apoyos exigen confianza hasta que el coche está asentado.

Así pues, el Citroën C5 X llega para devolver a Citroën a un segmento, el de las berlinas grandes, en el que ha tenido gran éxito. Lo hace mezclando de forma acertada atributos clásicos del segmento D con otros más típicos de los SUV y precisamente creo que se va a convertir en una alternativa a muchos de ellos.

Precios de la gama Citroën C5 X

El nuevo Citroën C5 X llegará al mercado español durante este segundo trimestre del año, y lo hará con una interesante oferta comercial que le permitirá un precio desde 30.900 euros.

La gama completa con sus precios, a continuación:

VERSIÓN

PRECIO MÁXIMO RECOMENDADO

PVP - PROMO

PureTech 130 S&S EAT8 FEEL PACK

34.400 €

30.900 €

PureTech 130 S&S EAT8 SHINE

36.100 €

32.600 €

PureTech 180 S&S EAT8 SHINE

42.600 €

39.100 €

PureTech 180 S&S EAT8 SHINE PACK

44.900 €

41.400 €

Plug-In Hybrid FEEL PACK

45.100 €

41.600 €

Plug-In Hybrid SHINE

46.800 €

43.300 €

Plug-In Hybrid SHINE PACK

49.100 €

45.600 €

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