Probamos el impactante Audi Q8: un SUV de lujo, diésel y mild hybrid para complementar al Q7

La llegada del Audi Q8 posiblemente suponga un antes y un después en la gama SUV de Audi. Este modelo, algo más corto, ancho y bajo que un Q7 viene cargado de tecnología y no pretende ser uno más. De hecho ya hablan de el como el buque insignia de la familia Q. Ya lo hemos conducido y te contamos todos sus secretos.

Un nuevo lenguaje de diseño Q

Estéticamente el Audi Q8 posiblemente sea lo más transgresor que ha lanzado Audi en los últimos años. Es más, Audi no sorprendía tanto desde el primer TT o el superdeportivo R8.

El Q8 estrena la línea de diseño que ya sabemos tendrán otros modelos como Q3 o A3, pero lo hace sobre una carrocería de líneas y dimensiones tan llamativas, que hacen que el coche parezca una fiera sobre el asfalto.

Es algo más corto en distancia total que un Q7, pero también es algo más bajo y algo más ancho. Comparte plataforma con el Lamborghini Urus y estéticamente sus líneas maestras son casi calcadas.

LARGO

ANCHO

ALTO

4.986 mm.

1.995 mm.

1.705 mm.

El frontal es espectacular, sin duda la parte más llamativa del coche, pero no por ello la más característica. La habitual parrilla Singleframe ha crecido y ahora muestra una silueta octogonal claramente marcada.

Se extiende mucho más allá de los habituales límites de esta pieza y si no fuese por la obligatoriedad de llevar matrícula delantera, posiblemente estaríamos ante el frontal más imponente del segmento SUV, con permiso del Range Rover Velar que no se queda atrás en este sentido.

La vista lateral, con un alto de la zona del habitáculo bastante limitado y la caída tan marcada de la luneta posterior le confieren al Q8 un aspecto deportivo que no tiene el Q7 ni en su configuración más radical.

En las aletas delanteras y traseras, la carrocería gana en anchura de forma considerable, dotándole de ese aspecto musculoso que tanto resalta en su figura. Los responsables de diseño dicen que se inspiraron en el mítico Audi Quattro Sport a la hora de marcar esa mayor anchura, y me creo que así haya sido.

Las llantas para vestir y calzar a este mastodonte tienen que ser acordes con sus dimensiones y tamaño. Empiezan en 19 pulgadas, llegan hasta las 22 y todo lo que esté por debajo de 21 pulgadas se ve pobre y ridículo.

Y en este repaso visual llegamos a la trasera, que sí es la parte más característica del coche y la que más le diferencia de otros competidores, salvo del Porsche Cayenne con quien comparte la línea horizontal que une ambos pilotos traseros.

La línea de la cintura baja, la luneta caída y las luces dispuestas por todo el ancho de la carrocería, de extremo a extremo, hacen que el Q8 visto por detrás sea un auténtico espectáculo. Y más si es de noche.

Porque lo que también tiene el Q8 son las luces LED activas en la parte posterior, que en función de intermitencia se van activando dinámicamente y que hacen un juego realmente llamativo cuando abres o cierras el coche con el mando a distancia.

Una pena que todo este conjunto se vea empañado por la presencia de las falsas salidas de escape plásticas, debajo de las cuales sí están las salidas de escape reales.

Un habitáculo cargado de pantallas

Si nos vamos al interior, que se percibe que está situado algo más bajo que el su hermano el Q7, nos encontramos con lo mismo que ya conocíamos en los A8 y A6.

Un habitáculo de exquisito aspecto, presidido por dos pantallas táctiles en la zona central que son idénticas a las de las berlinas, y en las que seguimos echando en falta algún complemento físico para manejarlas.

El peso del conjunto es de 2.145 kilos, unos 140 más que lo que pesa el Q7. El sobrepeso se achaca al mayor equipamiento que trae el Q8.

El sistema táctil tiene muy buen tacto, es preciso y gracias a la micro vibración que emite al activar algún comando, es fácil manejarlo, pero todo esto se hubiese redondeado con algún mando físico como tienen, por ejemplo, los Range Rover Velar y Sport.

Como es habitual en la casa, la calidad del interior es insuperable, y si tiras de talonario y equipamiento opcional para tener piel vuelta forrando techo y sus pilares, un equipo de música Bang&Olufsen y algún detalle más, estarás mejor incluso que en tu casa.

A pesar de sus dimensiones, no echarás en falta espacio ni a la altura de la cabeza ni de los hombros, y el interior está repleto de huecos para dejar los objetos cotidianos. En este sentido, nada que envidiar a un Q7.

En las plazas posteriores más de lo mismo, espacio de sobra para las piernas y una banqueta que cuenta con regulación horizontal de posición, la cual se puede mover hacia adelante o hacia atrás dejando un espacio máximo de maletero de 605 litros.

El maletero cuenta además de serie en todas las versiones con apertura y cierre mecánico y automático.

Amplio equipamiento de serie

Como decíamos al comienzo, la mayor novedad que trae a la gama Q el Q8, más allá de su llamativo y acertado diseño, es la tecnología que incorpora. Podemos hablar de él como un A8 o A6 en formato SUV, ya que no hay nada que puedan incorporar las berlinas que no pueda incorporar el Q8.

Así, dependiendo del equipamiento que elijamos para equipar nuestro Q8, podremos contar con hasta 39 asistentes a la conducción. Pero ya de serie, el Q8 viene muy equipado, ya que cuenta con llantas de 19 pulgadas, faros LED, el sistema MMI navegación Plus, el virtual cockpit, el Audi Smartphone Interface y el Audi Parking System Plus.

Un diésel, otro diésel y un gasolina

Inicialmente el Audi Q8 sale al mercado únicamente con una motorización diésel, la del motor 50 TDI de 286 CV. Se trata del 3.0 TDI en configuración V6, un motor que ofrece también 600 Nm de par y que permite al Q8 acelerar de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, siempre en combinación con la caja Triptronic de 8 velocidades.

El próximo año la gama de motores del Audi Q8 se ampliará. Lo hará con otra versión diésel, la 45 TDI que seguirá usando el bloque V6 3.0 TDI pero en este caso con una potencia de 231 caballos. Será por tanto la versión de acceso a la gama Q8, pero para ello habrá que esperar hasta el primer semestre de 2019, ya que Audi todavía no ha especificado en qué mes exacto llegará.

El otro motor con el que contará el Q8 será el 55 TFSI, un 3.0 V6 que, con 340 caballos de potencia, se situará como el tope de gama hasta la hipotética llegada en un futuro no muy lejano del posible SQ8 y el RSQ8 del que tanto se está hablando en las redes.

A pesar de la injusta demonización social del diésel, Audi apuesta por dos motorizaciones diésel y solo una de gasolina

Todas las motorizaciones, tanto la disponible ahora como las dos que llegarán el próximo año cuentan con sistema de propulsión mild-hybrid, lo cual hace que de cara a la DGT sean considerados modelos híbridos y de ahí que cuenten con etiqueta ECO, con todos los beneficios que eso conlleva pesar de que sus consumos no sean tan contenidos como en otros híbridos.

Según Audi, en el Q8 el sistema mild-hybrid es capaz de generar un ahorro respecto a un modelo idéntico sin este sistema de 0,7 l/100 km.

En marcha con el Audi Q8

Pero lo realmente interesante de todo esto, es probar el coche. Para nuestra primera toma de contacto con el Audi Q8, la marca alemana nos había preparado una ruta por los alrededores de Alicante, por la preciosa Sierra de Aitana, de unos 250 kilómetros en los que tuvimos ocasión de poner a prueba al coche tanto en autovía, como en carretera de curvas e incluso en un tramo off road.

La primera unidad que cogimos, venía equipada con la suspensión neumática Sport (hay tres niveles de suspensión, siendo esta la más alta), con llantas de 22 pulgadas y no contaba con paquete S-Line ni nada parecido.

En el primer tramo por autovía, lo más destacado es el confort de marcha y el aplomo que ofrece. Igual que su hermano el Audi Q7, con quien comparte plataforma, es un coche de esos que animan a viajar con comodidad durante muchos kilómetros, ya que se percibe suave, fino y es capaz de enmascarar cualquier irregularidad de la carretera son facilidad.

En estas circunstancias tal vez el único punto en contra esté en un sonido de rodadura un poco más perceptible de lo habitual por el gigantesco tamaño de los neumáticos, así como un murmullo del motor diésel que podría ser más discreto.

Pero con 3 metros de distancia entre ejes, una carrocería más baja y cercana al suelo y el sistema de eje direccional trasero que a alta velocidad gira hasta 5 grados las ruedas posteriores en el mismo sentido que las delanteras para simular una batalla todavía mayor, el Audi Q8 se planta en el mercado como uno de los SUV con mejor dinámica en carretera.

Más allá de estos entornos, Audi quiso que pusiésemos a prueba su nuevo modelo en una sucesión de curvas infinita que nos llevó hasta el interior de la provincia de Alicante, donde además el tiempo no era todo lo apacible que cabía esperar.

Decidimos activar en el Audi Drive Select el modo Dynamic para comprobar cómo se desenvolvía en las curvas más pronunciadas. Lo primero que destaca, es la agilidad que transmite el conjunto. A pesar de ir en un coche de casi 5 metros de largo y algo más de dos toneladas de peso, la sensación es de estar al volante de un coche mucho más pequeño y ligero.

El eje trasero direccional llega a reducir el radio de giro del coche en un metro

Una vez más la clave está en el eje trasero direccional, que al ir a una velocidad inferior que en carretera, gira las ruedas posteriores en el sentido opuesto a las delanteras, ayudando a redondear los giros y a transmitir por tanto más agilidad.

Las inercias son considerables pero quedan bien enmascaradas al tener el centro de gravedad más bajo que por ejemplo en un Q7, pero sí que echamos en falta un punto más de dureza de la suspensión que evitase cierto balanceo de la carrocería.

El punto que menos nos gustó, fue la dirección, que no es nada comunicativa. Apenas transmite lo que está ocurriendo por debajo de los neumáticos, parece flotar un poco y eso resta confianza para llevar los ritmos altos que permite el chasis.

Curiosamente, esa sensación de flotación de la dirección desapareció por completo al día siguiente en otra unidad de Q8 que en este caso no llevaba la suspensión neumática opcional ni las llantas de 22, sino unas de 21 pulgadas.

El motor empuja con fuerza más que suficiente para llevar ritmos alegres. Es sorprendente ver y comprobar como el 50 TDI le sienta igual de bien aun A8 que a un A6 o a un Q8. Es camaleónico, pero me atrevo a decir que es el motor más equilibrado de todos. Con sus 600 Nm de par desde muy abajo, permite acelerar con contundencia, y las recuperaciones también son rápidas. Solo alguien que quiera ir a ritmos impropios de los tiempos que corren puede echar en falta algo más de potencia.

Y como plato final de la prueba dinámica, también nos propusieron sacar los Q8 al campo, para hacer un tramo de algo más de 15 kilómetros por pistas. Allí pudimos comprobar cómo se comporta el coche en los dos modos específicos para este tipo de uso, el allroad y el off road. El primero es idóneo para pistas de tierra, tramos off road con poca complicación.

La altura libre al suelo con la suspensión de serie es de 22 centímetros, y con la suspensión adaptativa opcional aumenta hasta los 25,4 centímetros

Con la suspensión adaptativa opcional, la carrocería puede subir 50 milímetros. El segundo modo desactiva incluso el control de estabilidad y activa el control de velocidad en descensos, haciendo que hasta los 30 km/h baste con soltar el acelerador y dejar que el coche se frene solo para sortear las pendientes más inclinadas.

Sorprende por dónde puede pasar un coche de este tamaño, con una carrocería aparentemente tan baja y con unos neumáticos de 22 pulgadas que no parecen los más adecuados para lidiar entre piedras, tierra y demás.

Precio del Audi Q8

El precio del único motor disponible en el Q8, el 50 TDI, es de 84.840 euros. Los precios de las otras dos motorizaciones que llegarán en 2019 todavía no se han dado a conocer, pero se supone que el 45 TDI debería ser algo más asequible, mientras que el 55 TFSI será posiblemente algo más caro, al ser el modelo más alto de la gama.

Conclusión tras conocer el Audi Q8

Audi ha vuelto a sacar un producto muy completo con el Q8. Se trata de un modelo que por su aspecto más deportivo y configuración únicamente de 5 plazas, complementa por arriba a su hermano el Q7. El Audi Q8 llega con el punto de mira fijado en los BMW X6 y Mercedes GLE Coupé, que deberán ponerse las pilas en su próxima generación para estar al nivel tecnológico y de vanguardia de este nuevo modelo.

Su precio de partida es de 84.840 euros, unos 20.000 euros más que un Q7 equivalente en motor, aunque el Q8 viene más equipado de serie. Audi tiene por tanto su propuesta para atacar un segmento, de los SUV de lujo, que cada vez tiene más adeptos y que, por qué no decirlo, era ridículo no atacar teniendo la excelente base del Q7.

Los gastos asociados a esta toma de contacto han sido asumidos por Audi. Para más información, consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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