Siete originales coches que acabaron siendo un fiasco

Tanto en el mundo del automóvil como en muchos otros, la originalidad puede ser una gran aliada o bien un auténtico lastre. La innovación y las ideas avanzadas a su tiempo pueden funcionar de maravilla, pero también pueden suponer un fiasco tremendo para los fabricantes.

Hoy vamos a hacer un repaso a siete modelos, casi todos de marcas europeas, que se lanzaron al mercado con enormes expectativas puestas en su éxito comercial, y que resultaron ser un fracaso total, o casi. Ya sabemos que quien no arriesga no gana, pero... ¿qué pasa cuando uno se aventura demasiado?

Todos los vehículos de la galería son especiales de una u otra manera, bien por ser realmente innovadores u originales o bien por contar con rasgos que los hacen únicos. Además, todos coinciden en algo: no funcionaron comercialmente.

Siete originales coches que acabaron siendo un fiasco ( 7 fotos)

Audi A2

Audi quiso llevar en 1999 su tecnología de carrocerías de aluminio (Audi Space Frame) a un segmento del mercado en el que quizá no convenía aventurarse tanto. El Audi A2 tuvo una buena acogida inicial en Alemania, pero después no funcionó como se esperaba y la marca acabó perdiendo miles de euros por cada unidad producida. El modelo se estrelló a nivel de ventas y aunque en la década de los 2000 se intentó refrescar el modelo, ya era tarde. Dejó de producirse en 2005, aunque años después la marca tanteó el mercado de nuevo con un prototipo.

Renault Avantime

Como su propio nombre indica, el Renault Avantime era un adelantado a su tiempo. Con aspecto de monovolumen pero con únicamente dos enormes puertas, no tenía ni lo bueno de un coupé ni lo bueno de una Espace. Además, era muy pesado debido al acristalado y a la estructura del techo panorámico. Fue un vehículo innovador como monovolumen descapotable, de estilo targa, pero comercialmente resultó ser un fracaso. Se produjeron únicamente 8.557 unidades.

Peugeot 1007

Peugeot veía en su modelo 1007, lanzado en el año 2004, un revolucionario vehículo urbano que podía cambiar el concepto de coche urbanita que teníamos hasta la fecha. Apostó por puertas corredizas y una pequeña carrocería de estilo monovolumen, una idea novedosa, pero las ventas no acompañaron. El fabricante galo perdió cerca de 2.000 millones de euros con este proyecto. Se produjeron la mitad de los vehículos planeados en su primer año y a partir de entonces todo fue todavía más cuesta abajo.

Fiat Multiplá

En respuesta a la idea de que los fabricantes de automóviles no arriesgan en sus diseños, algunas marcas han lanzado a los largo de los años modelos completamente diferentes a lo habitual. Es el caso del Fiat Multiplá del año 1998, cuyo aspecto "diferente" no convenció demasiado al público. A pesar de gozar de una gran habitabilidad y destacar por sus tres plazas delanteras, el patito feo de la marca italiana no triunfó en España. Unos años después se rediseñó, pero tampoco consiguió funcionar.

Nissan Cube

Su diseñador asegura que el interior está inspirado en un jacuzzi y que su zaga toma inspiración del trasero de Jennifer Lopez. El caso es que las formas del Nissan Cube resultan atractivas en Japón y otros mercados, donde no son nada fuera de lo normal, pero son poco agraciadas para el cliente europeo. Aunque alguno circula por nuestras carreteras, lo cierto es que esta arriesgada propuesta de Nissan, cuyo interior ofrece un gran espacio, no tuvo el éxito que se esperaba en el viejo continente.

Volkswagen Phaeton

La lujosa berlina de representación de Volkswagen, el Volkswagen Phaeton, pretendía enfrentarse de tú a tú con sus competidores de BMW, Audi y Mercedes-Benz. Tenía calidad suficiente y potentes motores, pero quizá no el prestigio de las otras marcas. El traspiés de Volkswagen fue tremendo, perdiendo miles de millones de euros por el camino. Aunque el Grupo aprovechó la plataforma para el Bentley Continental, la marca perdió unos 28.000 euros por cada Phaeton producido.

Renault Vel Satis

Renault se aventuró en el segmento de los vehículos premium con el Vel Satis, un modelo muy peculiar con un diseño enormemente arriesgado. Interesante para algunos y muy feo para otros, los números zanjaron la discusión: comercialmente resultó otro fiasco. Durante los ocho años de vida comercial del modelo se produjeron tantos Vel Satis como se esperaba fabricar en el primer año de producción. ¿El resultado? Miles de euros en pérdidas por cada unidad salida de fábrica.

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