Estas son las tres razones más habituales por las que los coches suspenden en la ITV: neumáticos, frenos y amortiguadores

Más que por grandes averías, las causas que más rechazos producen en la ITV tienen que ver con los detalles más sencillos. Según un estudio realizado por la red de talleres Confortauto, un 30% de los defectos graves que surgen en las inspecciones está relacionado con el mal estado de los neumáticos, los frenos o los amortiguadores.

Todos estos componentes tienen algo en común: su deterioro aumenta considerablemente la distancia de frenado del coche, lo cual también incrementa el riesgo de sufrir un accidente grave.

Partes vitales, pero sencillas de revisar

Cómo afecta el desgaste de frenos, suspensión y neumáticos al frenado (Imagen: Confortauto)

Según los datos recopilados por la franquicia, de los más de 19 millones de vehículos que visitaron las ITV en el año 2020, cerca de cuatro millones (un 20%) no superaron la inspección al primer intento.

De los 17 millones de defectos detectados en ese ejercicio, 11 millones fueron considerados como graves. De entre estos últimos los defectos en ejes, neumáticos y suspensiones ocuparon el 18% de los casos y los relacionados con los frenos, un 12%.

En el caso de los neumáticos, se trata de los únicos puntos de apoyo que el coche tiene sobre el suelo. Esto implica que su desgaste influye directamente en el agarre, dando lugar al patinado de las ruedas cuando éste es insuficiente. Asimismo, la distancia de frenado con neumáticos gastados puede aumentar un 30% con respecto a la normal del vehículo.

Por ello es conveniente revisar cada cierto tiempo las bandas de rodadura de nuestros neumáticos para comprobar el estado de los indicadores de desgaste. También es recomendable repetir la inspección en varios puntos de la banda, para detectar con antelación si el neumático se está desgastando de forma irregular.

Por su parte, los amortiguadores tienen una vida útil que suele oscilar entre los 65.000 y los 90.000 km. Pasado ese recorrido, el líquido o el gas que actúan en su interior pierden sus propiedades, con la consiguiente pérdida de efectividad de la suspensión que (a su vez) añade un 36% más a la distancia de frenado.

A pesar de que comprobarlos 'a ojo' no es sencillo, presionar una esquina del coche durante unos segundos y soltar para observar la reacción del amortiguador sigue siendo un buen truco. Si en este proceso vemos que el amortiguador rebota cuando vuelve a su sitio, es señal de que necesitan un relevo.

Por último, los frenos son un mecanismo complejo con varios componentes susceptibles de desgaste como los discos, las pastillas o el líquido del sistema. En un uso normal, tienen unas vidas útiles aproximadas de 80.000 km, 60.000 km y 30.000 km respectivamente. Pasados estos intervalos, su menor efectividad puede incrementar la distancia de las frenadas en un 25%.

Dado que los frenos son lo único capaz de detener nuestro coche, su salud es esencial. Por ello, ante cualquier síntoma como un tacto más blando de lo normal en el pedal o chirridos en la zona de las ruedas al frenar, es conveniente realizar una revisión a fondo.

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