Este Porsche 917K a subasta nos recuerda que el dinero no da la felicidad... ¡pero vaya si ayuda!

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En cuanto a leyendas de Le Mans se refiere, pocos coches tienen la fama y el reconocimiento del espectacular Porsche 917K, un modelo icónico inmortalizado, por ejemplo, en la película Le Mans. Este mes de agosto, con motivo de las subastas de Pebble Beach, en California, una unidad muy especial de esta bestia de carreras saldrá a la venta por entre 11 y 14 millones de euros.

Este es el precio que estima la compañía especializada que lo subasta, Gooding & Company, ya que esta unidad del 917K tiene un pasado muy interesante. Nacido en 1970 con el chasis 917-024, mantiene una de las decoraciones de competición más famosas y atractivas de la historia, pero es que además participó como coche cámara también en la película de Steve McQueen.

Este prototipo de carreras creado para Le Mans es una evolución del 917 normal, en la que la K significa 'kurz' o cola corta. Este chasis 024 en concreto fue fabricado por Porsche para utilizar en test previos a la carrera francesa en los que fue pilotado por Brian Redman y Mike Hailwood, con el primero de ellos marcando el tiempo más rápido del evento y demostrando que el 917K tenía madera de ganador (de hecho el modelo -dorsal #23- se llevaría el triunfo dos meses después).

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Un brutal coche de carreras con motor de doce cilindros y 5.0 litros (el original del 917 era un 4.5 litros), con una potencia de unos 630 CV, que era capaz de alcanzar velocidades cercanas a los 390 km/h, aunque la velocidad punta más alta registrada en Le Mans para un Porsche 917 (en la recta de Hunaudières, claro) es de 362 km/h.

Después de las pruebas en La Sarthe, Nürburgring y Ehra Lessien, el 917-024 se vendió al piloto oficial Jo Siffert, que lo alquiló a la productora Solar Productions de McQueen que en aquellos tiempos estaba grabando la conocida película Le Mans (1971). Durante la producción el coche se utilizó para grabar ciertas escenas, aunque también aparece en muchas otras. Con la muerte de Siffert a mediados de 1970, el coche pasó a manos de un coleccionista francés.

Durante prácticamente un cuarto de siglo el 917-024 estuvo desaparecido, hasta que en el año 2001 se descubriera en París cubierto de polvo, aunque aún con la decoración Gulf JWA y en su estado original (mantenía los neumáticos Firestone Super Sports GP e incluso una etiqueta colgada de la llave con instrucciones para arrancarlo -suponemos que para la producción de la película-).

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Restaurado a conciencia recientemente -terminado en 2017, para ser exactos- por el especialista suizo Graber Sportgarage, este 917K tan particular aún está en manos de una colección privada europea, aunque se espera que cambie de manos sin demasiado esfuerzo en Pebble Beach, a pesar de los entre 13 y 16 millones de dólares que se espera alcance en subasta.

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