Probamos el BMW X2, un SUV deportivo que es algo más que un X1 de aspecto desenfadado

Nota de Motorpasión

Las plataformas modulares que hoy en día utilizan prácticamente todos los fabricantes de coches y la ingeniosidad a la hora de diversificar las carrocerías sobre una misma base, han hecho que marcas como BMW tengan tres parejas de mellizos: BMW X5 y X6, X3 y X4 y desde ahora X1 y el que hoy nos ocupa, el nuevo BMW X2 que ya hemos conducido. Sí, este coqueto, robusto y jovial SUV es, básicamente, el mismo coche que el exitoso X1, pero con un carácter más desenfadado y un comportamiento bastante distinto. Lo hemos probado y estas son nuestras primeras impresiones.

De lo primero que hay que hablar, es del diseño, porque ese será uno de los criterios que más tendrán en cuenta los compradores de este nuevo modelo. El X2 está llamado a convertirse en un referente entre esos SUV, y son muchos, que priman el diseño por encima de la funcionalidad, o al menos la complementan.

Hablamos de coches como los Toyota C-HR, Volkswagen T-Roc, Audi Q2, Range Rover Evoque y un largo etcétera. Coches que más allá de su relativa habitabilidad, capacidad de carga, altura al suelo y demás atributos, buscan atraer todas las miradas a su paso y destacar entre la monotonía del tráfico.

Se trata de un diseño desenfadado y fresco si lo comparamos con el resto de modelos de la gama BMW. Podríamos considerarlo de hecho 'el MINI de BMW' por ese posicionamiento más vanguardista, alocado y sin corsés al que nos tiene acostumbrados la marca alemana.

A pesar de tener la base del BMW X1, este mide 4,36 metros, lo cual supone que es más corto y tiene unos siete centímetros menos de altura que el BMW X1, pero manteniendo la misma distancia entre ejes. Es por tanto lógico que se vea a simple vista como un coche más semejante a un compacto elevado que a un SUV de tamaño compacto.

A nivel de diseño, el trabajo que han realizado ha sido minucioso para conseguir dotarle de personalidad propia y convertirlo en algo más allá de un simple derivado del X1. Las ópticas delanteras son muy afiladas y largas, y van acompañadas de los riñones obligatorios en BMW, pero en esta ocasión con una nueva fisionomía más anchos por la parte inferior.

La paleta de colores disponible, es muy llamativa. Entre ellos destacan los colores exteriores opcionales Misano Blue o el Galvanic Gold metalizado que lucía la unidad que probamos

Los detalles en color Frozen Grey, como el dispuesto en la parte baja del paragolpes delantero, combinan con las estriberas laterales, que dependiendo del nivel de acabado pueden ir pintadas en ese tono plateado, en el mismo de la carrocería o en negro. Ellas son artífices de que el aspecto del coche se vea más robusto que, por ejemplo, el de su hermano el X1.

Por lo demás la línea lateral es bastante curiosa, con unos pasos de rueda muy marcados en los que puede albergar llantas de llamativos diseños desde las 17 hasta las 20 pulgadas. Pero sin duda, la forma de la superficie acristalada laterales es su rasgo más peculiar, ya que simula las formas de un coupé al tener una línea ascendente a medida que se reduce la altura de las ventanillas laterales.

Los logotipos de la marca en los pilares traseros están inspirados en los que lucían modelos legendarios de BMW, como el BMW 2000 CS y el BMW 3.0 CSL

El robusto pilar C con los logotipos de BMW insertados, el pequeño alerón posterior o la diminuta luneta posterior, junto con unas ópticas traseras de diseño plano y contundente, hacen que la vista en tres cuartos trasera sea la más compacta de todas.

Como detalle de diseño, también tienen gran presencia las salidas de escape, dobles o sencillas dependiendo de la motorización y con un diámetro de 90 milímetros, los mismos que tiene por ejemplo la salida de escape de un X6 M. Ah, en este caso son de verdad, no salidas de escape simuladas como ocurre en algún modelo de la competencia.

Para esta primera toma de contacto, BMW solo había dispuesto unidades equipadas con el motor xDrive 2.0d de 190 caballos, acabado M Sport X (teóricamente combina elementos de diseño de las familias BMW M y BMW X), llantas de 19 pulgadas (opcionalmente las hay de 20, pero deben hacer el coche demasiado rígido) y el llamativo color Galvanic Gold metalizado.

En España habrá otra motorización disponible inicialmente, la sDrive 20i de gasolina con 192 caballos. Más adelante, en marzo se añadirán otras como la sDrive18i de tres cilindros con 140 CV, los sDrive18d y xDrive18d de cuatro cilindros

Antes de arrancar, tocaba hacer el clásico repaso del coche. Lo primero que destaca, es que el maletero cuenta con una boca de llenado muy ancha y baja, gracias a esa altura contenida de la carrocería. Así es fácil llenar los 470 litros de capacidad, los cuales están divididos por la plancha que hace de suelo del maletero y que, si la levantas, esconde debajo otros tantos litros que por donde están situados, no necesariamente utilizarás tan a menudo.

Por lo demás, mientras el exterior del BMW X2 llama la atención allá por donde pasa, el interior podemos considerarlo continuista con el estilo habitual de BMW. Se trata de un habitáculo con una configuración tradicional, sin grandes innovaciones en cuanto a diseño, con todo lo bueno y lo malo que eso supone.

Desde que ví por primera vez en persona el BMW X2, tenía curiosidad por probar la habitabilidad interior. Parece un coche mucho más pequeño e incluso bajo que lo que realmente es con sus 4,36 metros de largo y 1,56 metros de alto.

Si os fijáis en el diseño de la carrocería, la marcada línea de su cintura sube mucho desde la parte delantera hacia la trasera, de forma que cuando se une al pilar C está muy arriba, dando lugar a una ventanilla posterior con poca altura, que podría llegar a ser algo molesta sentado en las plazas posteriores, donde la carrocería de la puerta comienza casi a la altura de los reposacabezas.

Hay tres niveles de equipamiento, el de serie y los M Sport y M Sport X. En BMW Esperan que la mayoría de la gente opte por gastarse los 1.750 euros más que cuestan cualquiera de los dos opcionales en lugar quedarse con el acabado básico

Para mi sorpresa, aunque el acceso a las plazas posteriores no es todo lo cómodo que esperaba por la prominencia que crean los pasos de ruedas posteriores, la altura disponible al techo una vez que te has sentado en la banqueta es más que suficiente, a nivel de piernas también hay espacio para que las rodillas ni se acerquen al respaldo delantero y para mi sorpresa, la superficie acristalada es suficiente para no estar para nada agobiado.

Ya pasando a la parte delantera, el BMW X2 luce un diseño de salpicadero clásico en la parte superior, con los relojes del velocímetro y cuentarevoluciones combinando lo digital con lo analógico (las escalas de valores son digitales, pero las agujas son físicas y cuentan con tecnología Black Panel que le da un aspecto muy Premium), un climatizador bizona situado en posición central y con una clara orientación al conductor, que lo tiene a menos de un palmo de la mano respecto al volante.

La pantalla central de serie es de 6,5 pulgadas, pero si lo equipas opcionalmente con navegador, tendrás el display táctil de 8,8 pulgadas

La calidad de los acabados es excelente, tanto en los ajustes como en los materiales elegidos. Así todo el salpicadero está fabricado con una goma blanda, muy agradable al tacto y con una calidad a nivel visual realmente buena.

Si nos vamos a la parte inferior del salpicadero, y especialmente de la consola central que separa ambas plazas delanteras, nos encontramos con una zona amplia para dejar pequeños objetos como el móvil, la cartera o las gafas de sol, así como dos portabotellas o latas bien dispuestos y de fácil acceso. En este sentido, el X2 es muy práctico, porque esos espacios se complementan con los huecos laterales de las puertas, también amplios.

Directo y divertido

Salimos callejeando por el centro de Lisboa, atestada de tráfico como es habitual porque muchos padres estaban llevando a sus coches a los colegios cercanos al punto de inicio de la ruta. Muchos de ellos utilizaban modelos SUV, y sobre ellos destacaba el BMW X2 por sus formas de carrocería novedosas y especialmente por el color tan llamativo que lucía esta unidad.

Ya en esos primeros compases, y especialmente al paso por las calles adoquinadas, peor conservadas y algo decadentes que dan forma a la preciosa ciudad de Lisboa, el X2 se percibe como un coche con un tacto de conducción bastante diferente a su hermano el X1. La posición de conducción es notablemente más baja, la suspensión se percibe más rígida y el tacto de la dirección más directo.

Huyendo de la ciudad hacia la preciosa localidad de Cascais y posteriormente subiendo por la montaña que nos lleva hasta Cabo da Rocha, aquel punto más occidental de Europa que visitamos precisamente en un BMW 640d Cabrio hace dos años, comenzó pronto el tramo revirado. Curvas y más curvas que nos permitieron confirmar esas primeras impresiones.

El BMW X2 tiene una puesta a punto específica que lo aleja mucho, al menos en esta versión M Sport X, de un X1, que es el modelo que podríamos tomar como referencia dentro de la gama, ya que con el comparte gran parte de elementos mecánicos y estructurales.

Parece mentira que sea mellizo del BMW X1

Se nota más asentado, con un tacto más deportivo y una forma de trazar las curvas que me hace pensar que estoy al volante de un Serie 1 elevado más que en un modelo que deriva del X1. En general, es justo decir que el tacto del conjunto es muy bueno, con un buen compromiso entre cómo lee la carretera y el confort de marcha, que no olvidemos debe ser un elemento clave en un coche de este segmento.

El tiempo comenzó a complicarse a medida que avanzábamos por la montaña, y las primeras gotas de lluvia no tardaron en llegar. En estas condiciones y con las hojas de los árboles sobre el asfalto haciendo más delicado si cabe el recorrido, el BMW X2 con sistema de tracción a las cuatro ruedas xDrive transmite la suficiente confianza como para llevar ritmos más altos de los que habitualmente acostumbras a hacer en un SUV, por mucho que este tenga un posicionamiento deportivo.

Por lo demás, el sonido del motor se percibe poco desde el puesto de conducción, algo que se agradece especialmente cuando como era el caso estás al volante de una versión diésel. Solo un pequeño ruido aerodinámico que parecía venir de los espejos retrovisores cuando se enfrentan a rachas de viento fuertes, pueden ensombrecer un poco la insonorización interior.

Hasta entonces habíamos circulado en modo normal, y los consumos que declaraba el ordenador de abordo estaban en 8,1 l/100 km. Cambiamos entonces al modo Sport con el mando selector situado al lado de la palanca de cambios, y el coche adquirió un carácter bastante distinto como es norma de la casa en BMW, donde las diferencias entre los modos de conducción disponibles, seguramente sean las más marcadas.

La dirección se volvió más directa si cabe, los movimientos de volante se percibían de forma casi instantánea y el acelerador y cambio se encargaban de, por un lado estirar más cada una de las marchas y por otro, que las reacciones del conjunto fuesen más enérgicas. La caja de cambios Steptronic de 8 velocidades, dispone además de levas detrás del volante por si quieres hacer los cambios tu mismo sin tener que separar las manos del volante.

Enlazando curvas a ritmo alto, me parece mentira que esté al volante de un coche que supera los 1.600 kilos de peso en esta versión diésel, con caja automática y tracción a las cuatro ruedas xDrive. Una vez más siento que estoy al volante de un compacto deportivo más que de un SUV de 4,36 metros de largo.

El motor 2.0d es una delicia. Ofrece mucho par desde muy abajo, con unos suficientes 400 Nm de par disponibles entre 1.750 y 2.500 RPM, lo cual hace que vayas en la marcha que vayas, siempre tengas respuesta y no sea necesario estirar hasta las 4.000 RPM que es cuando ofrece la potencia máxima de 190 CV.

Al estar al volante de un M Sport X, contábamos de serie con la suspensión deportiva M que rebaja la altura de la carrocería al suelo en 10 milímetros y con barras estabilizadoras específicas que ayudan a conseguir ese tacto tan deportivo que nos transmite el conjunto. Habrá que probar una versión más normal para conocer cómo cambia en este sentido un X2 ‘normal’ frente a este, aunque según nos dijeron en BMW, esperan que un porcentaje muy alto de las ventas opte por este nivel de acabado.

Tras infinidad de curvas en las que el BMW X2 nos demostró que tal vez sea el SUV pequeño más ágil y dinámico de toda la gama X de BMW, tocaba coger la autopista tras más de 170 kilómetros y regresar a Lisboa, nuestro punto de destino. Entonces seleccionamos el modo ECO PRO, ese que cambia por completo el carácter del coche para hacerlo más eficiente. En este modo ese carácter deportivo se eclipsa un poco por sistemas como el modo ‘a vela’ que optimiza el uso de las inercias para avanzar reduciendo los consumos, lo la caja de cambios doble embrague Steptronic, con ocho velocidades en esta versión diésel y siete en la de gasolina, que premia el uso de marchas largas para desahogar el motor.

Precios del BMW X2 para España

El BMW X2 nos ha convencido de que crear una nueva variante de la familia X y que sea algo más que un X1 con aspecto más deportivo y agresivo, es posible. Se trata de una opción interesante para aquellos que quieran tener un SUV con un punto de distinción, con personalidad y que sea capaz de destacar respecto a otros modelos de su segmento.

Por desgracia, acceder a el no es precisamente barato. El BMW X2 costará en España 40.650 euros para la versión de gasolina s20i y 42.700 euros para la x20d, un precio base bastante alto con el que, a nada que lo equipes con algunos extras, superarás con creces los 50.000 euros de precio.

Sin duda, es un precio alto, pero según nos han dicho en este segmento de los SUV 'pintones' hay gente que está dispuesta a pagar esas cantidades de dinero por coche tan llamativo y con un comportamiento tan bueno como este. Su precio le acerca por ejemplo a un Serie 5 Touring, un modelo que de estricta serie tiene un precio base de 53.400 euros. Cuestión de gustos.

Los gastos correspondientes al viaje para esta presentación han sido asumidos por BMW. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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