Los ocho desafíos técnicos del Porsche Taycan que lo sitúan en lo alto de la cadena alimenticia de los coches eléctricos

El primer coche eléctrico de Porsche, el Taycan, ha sido un reto. No solamente porque es la primera vez que la marca se adentra en este segmento, sino porque además debe cumplir con las prestaciones y el comportamiento dinámico que lo acreditan 100 % como un Porsche ha supuesto todo un desafío técnico para la marca que le ha llevado a crear soluciones inéditas en el campo de la movilidad eléctrica.

Se suele decir que un coche eléctrico es mucho más sencillo que uno de gasolina en su concepción. Se puede decir que es cierto a nivel mecánico, pues los apartados de motor y transmisión tienen menos partes móviles. Sin embargo, eso no significa que un coche eléctrico sea más sencillo que uno de gasolina, las dificultades y retos técnicos están en otros elementos.

Desarrollar un automóvil, ya sea eléctrico o de gasolina es una operación tremendamente compleja (que se lo digan a Tesla o a Dyson). Si además, el coche eléctrico ha de estar en lo alto de la cadena alimenticia, como se le supone al Porsche Taycan, se multiplican los retos técnicos, aunque algunos de ellos pasen totalmente desapercibidos. Estos son algunos de los más llamativos.

Advanced Climate Control

El climatizador del Taycan, el Advanced Climate Control, equipa bocas de ventilación en el habitáculo que carecen de lamas de dirección. Y sin embargo, el aire llega ahí donde se indicó en el panel de control y a la buena temperatura. De la ventilación se encargan cuatro flujos de aire independientes que se cruzan.

Si los flujos son de igual intensidad, el aire sale de forma directa en la dirección de la boca de ventilación. Al contrario, si unos de los flujos de aire es más potente, este marcará la dirección de la ventilación. El sistema, además de permitir ajustes individuales de dirección, temperatura y memorizarlos, posee además una función de climatización “difusa” en la que los pasajeros no notarán la corriente de aire. A efectos prácticos, es el mismo sistemas que equipa el Tesla Model 3, pero la solución adoptada por Porsche es diferente.

Habitabilidad en un coche bajo a pesar de la batería

La mayoría de los coches eléctricos tiene su pack de batería en el suelo. Así se optimiza el espacio para albergar la batería (cuanto más grande sea la batería, más autonomía otorgará) y de paso se consigue un centro de gravedad bajo, lo cual siempre viene bien para la estabilidad del automóvil, especialmente si es un deportivo.

El problema en el Taycan es que al ser un deportivo, el techo es bajo y si se pone la batería en el suelo, la altura del habitáculo no es muy alta. Una de las consecuencias serían uno pasajeros traseros que, una vez sentados, tendrían las rodillas en la barbilla. Para evitarlo, los ingenieros de Porsche añadieron en el diseño del chasis huecos para los pies de los pasajeros traseros.

Techo panorámico ultraligero

El Porsche Taycan puede equipar en opción un techo panorámico de casi un metro cuadrado. La luminosidad que ofrece y la sensación de espacio abierto que otorga son sus principales ventajas. El problema es que normalmente un techo así suele limitar la altura libre en el habitáculo y además puede convertir el habitáculo en una sauna en verano.

Son dos consecuencias que un eléctrico como el Taycan no se puede permitir. La altura libre es ya limitada por su propio diseño y que la temperatura suba demasiado implica un mayor usa de la climatización y por ende del consumo, mermando así la autonomía. Así, el cristal del techo no mide más de 5,8 mm de espesor y cuenta con varias capas de finas láminas que filtran la totalidad de los rayos UV (UVA y UVB), reducen la radiación infrarroja y actúan además como potente aislante acústico.

Booster HV

Con su tecnología de 800 V, el Porsche Taycan puede recargar su batería en un tiempo récord en los puntos de carga de 350 kW de la red Ionity y en los Turbocargadores de la marca. Tan solo tardaría 22,5 minutos en recargar de 5 % a 80 % de su capacidad con picos de potencia de 250 kW.

Pero no todos los puntos de carga rápida públicos son de 800 V. Gracias al booster de alta tensión (Booster HV) que equipa el Taycan es posible cargar su batería en puntos de carga de 150 kW y 400 V en corriente continua.

Taloneras

Las taloneras de un coche -las que no se ven y forman parte del chasis- tienen dos grandes funciones, aportar rigidez estructural y absorber energía cinética en caso de choque sin que esa energía llegue al habitáculo (o en todo caso limitarla al máximo). En el Taycan, Porsche se inspiró de los castillos medievales, en los que tras franquear la primera muralla el enemigo tenía otra que superar y así varias veces, para las taloneras de su eléctrico.

Se componen de una capa de acero exterior que cubre un perfil de aluminio con alveolas. El método de fabricación del perfil consiste en pasar de forma comprimida el aluminio caliente a través de una red de acero (como si fuese un tamiz) para darle la forma alveolada. El perfil de aluminio extruído ofrece así más seguridad.

Servofreno electromecánico

Recuperar toda la energía que se pueda en un coche es clave para la movilidad eléctrica. En los coches de gasolina o diésel, la energía cinética se pierde en forma de calor por los frenos. En los eléctricos, la energía de la frenada se recupera y va a la batería.

Por lo general, la recuperación se pone en marcha en cuanto levantamos el pie del acelerador. No es el caso en el Taycan. Es el conductor quien decide si el coche sigue con la inercia, la recuperación de energía comienza solo cuando el conductor toca el freno. Y los frenos físicos solo actúan una vez que la frenada dinámica -la que recupera la energía cinética- llegó a su límite.

El conductor puede definir la intensidad de la recuperación de energía, aumentando así si lo desea la sensación de freno motor que le brinda el sistema. Un sistema que, por cierto, recuerda Porsche puede recuperar hasta una potencia máxima de 265 kW.

Caja de cambios de dos relaciones

Los coches eléctricos no suelen equipar caja de cambios, salvo algunos modelos especiales y el Porsche Taycan. Es el único modelo del mercado con una caja de cambios de... dos relaciones. La primera marcha es muy corta. 15 revoluciones del motor dan una revolución en las ruedas. El par máximo resultante permite así una formidable aceleración, especialmente activando el Launch Control.

La segunda marcha es mucho más larga (ocho revoluciones de motor dan una revolución en las ruedas) con el fin de llevar el Porsche Taycan velocidades elevadas. Otra curiosidad, el Taycan equipa en su transmisión dos embragues sucesivos, un poco al estilo del cambio PDK.

Estator con bobinaje en horquilla

Un motor eléctrico se compone básicamente de dos elementos un rotor que gira dentro de un estator estático dotado de un bobinaje de hilos de cobre aislados. Hasta ahora, las bobinas tenían aspecto de tambores de hilos.

Porsche equipa el estator de los motores del Taycan con un bobinaje de hilo de cobre de sección cuadrada que recuerdan, una vez instalados, a unas horquillas para el pelo y sin prácticamente intersticios entre ellos. El resultado es un motor eléctrico más compacto, más ligero y con una proporción mayor de cobre en el estator. La dispersión del calor es mejor y el rendimiento mejorado, aumentando así la autonomía.

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