Los mapas más detallados del mundo serán para los coches (y no para los humanos)
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Los mapas más detallados del mundo serán para los coches (y no para los humanos)

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Hace unos meses, cuando Tesla presentó la segunda versión del Autopilot, lo hizo con un vídeo que mostraba a un vehículo yendo solo de casa al trabajo sin que el conductor hiciera nada.

Y aunque ahora Elon Musk asegura que esa tecnología “no está del todo lista”, las empresas trabajan para convertir ese sueño en realidad. Más allá de cámaras, sensores o radares (incluso algún LIDAR, la tecnología que mide distancias utilizando un emisor láser), una herramienta es esencial para que los coches autónomos puedan cumplir con esa promesa de un futuro sin conductores: los mapas de carreteras.

Y no serán mapas cualquiera, serán los más detallados que jamás se hayan diseñado.

Autopilot Tesla

Para conseguir que esos coches puedan moverse con precisión y, sobre todo, de manera segura, es necesario que se guíen por los patrones más detallados posibles. Parte de esa premisa es la que mueve el Autopilot de Tesla, ya que sus vehículos registran todos los kilómetros que hacen para actualizar de manera constante la cartografía que utilizan los vehículos. Pero no es suficiente y los fabricantes necesitan ir un paso más allá.

Lo que cualquiera le pide a un mapa de circulación es que sea fácilmente interpretable y que esté actualizado. Tienes que poder entender rápidamente por qué calle ir y si hay tráfico u obras. Un ordenador como el que se instala en un coche autónomo necesita lo mismo pero con un detalle mucho mayor.

"Y como se trata de una actividad crítica, los mapas que usan no son una proyección plana y más o menos ajustada a la realidad de las carreteras sino espacios tridimensionales que, con una resolución de centímetros, representan cualquier detalle de la vía: edificios colindantes, carriles, señales e incluso obstáculos inesperados". Así lo explica Javier Noguerol, responsable de inteligencia de producto en Carto, compañía española especializada en el trabajo con mapas.

Javier Noguerol, responsable de inteligencia de producto en Carto.
Javier Noguerol, responsable de inteligencia de producto en Carto.

Para hacerse una idea de la complejidad con la que van a trabajar los vehículos es interesante el ejemplo que pone Ruben Fidalgo, experto en temas de automoción: "Son más parecidos a los mapas topográficos que usan los militares, pero con una precisión mayor. Deben ser muy precisos no sólo en lo que se refiere a la ubicación en un plano (coordenadas), también en el relieve".

Basta el ejemplo de un fabricante como Nissan para saber en qué punto se encuentra la industria ahora mismo. “Nuestras aplicaciones inmediatas de autopilotaje no se basan tanto en la exactitud de los mapas como en las tecnologías que incorporan los vehículos para hacer determinadas funciones de manera autónoma como podría ser el aparcamiento o el desplazamiento en un solo carril a baja velocidad, por ejemplo en un atasco. En estos casos el funcionamiento se apoya en sensores múltiples en el vehículo, no tanto en mapas”, ilustra Juan Luis Pla, portavoz de la firma.

Altísima definición

Estos mapas, que llevarán el concepto de alta definición a una nueva dimensión, ya se están desarrollando. Compañías como Here, Civil Maps e incluso Nvidia se han subido a una tecnología que será esencial en el futuro de la automoción aunque todavía no se pueda extender al grueso de la población.

Para dar ese salto de calidad será necesarios que el mapa se convierta en una herramienta más del vehículo. Here, por ejemplo, ha utilizado uno de esos sensores colocados en lo alto de un coche con hasta 96 megapíxeles de cámaras que incluyen un LIDAR así como herramientas capaces de medir con precisión milimétrica el movimiento del vehículo respecto al espacio en el que está circulando.

Ahora saca el teléfono móvil de tu bolsillo, abre Google Maps y pídele que te localice. O recuerda aquella vez que querías enviar tu ubicación a un amigo y WhatsApp te situaba en la acera contraria a la que estabas. La tecnología GPS que utilizan los teléfonos móviles cumple perfectamente con su función, aunque tiene un margen de error de metros. En automoción, ese margen puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.

Noguerol afirma que pese a que el GPS es “fundamental” para una tarea tan sencilla como localizar el coche, es “insuficiente” para hacer cálculos seguros en circulación autónoma. “Los vehículos con los que se está experimentando suelen tener, además, sistemas inerciales de posicionamiento (¡como los misiles!), cámaras y todo tipo de sensores adicionales que mapean tridimensionalmente y con un detalle impresionante todo lo que hay en un radio de cien metros”, argumenta.

Estos mapas son más parecidos a los mapas topográficos que usan los militares, pero tienen una precisión mayor, no sólo en la ubicación respecto a un plano (coordenadas), sino también en el relieve.

Con la información que Here recaba en sus viajes, la compañía crea un mapa tridimensional no sólo de la carretera sino de su entorno más inmediato que se sube a la nube y que se actualizará de manera constante a medida que más vehículos con su tecnología circulen por esas vías. ¿Cuál es la fecha con la que trabaja la compañía de cara a su integración? La misma que se estima que supondrá el gran empujón para el coche autónomo: año 2020.

Ni Here ni otras firmas pueden esperar a que llegue ese momento para trabajar en los mapas ya que la tecnología debe estar lista antes de que los vehículos comiencen a poblar las pistas de medio mundo para evitar sobresaltos. En definitiva, una labor de prevención que está poniendo la venda antes de que surja la herida.

Para conseguirlo, además, será necesario que esos mapas se actualicen en tiempo real. De nuevo, hoy puede ser trivial que tu GPS te recomiende una ruta que está cortada ya que es la persona detrás del volante la que toma en última instancia la decisión de qué ruta seguir, pero cuando el coche sea autónomo se entra en una peliaguda zona gris que los fabricantes deben evitar.

Los mapas generados con un Lidar no sólo tienen información de la carretera sino de su entorno más inmediato.
Los mapas generados con un LIDAR no sólo tienen información de la carretera sino de su entorno más inmediato.

En este punto, los expertos señalan uno de los problemas de la tecnología actual, la dimensión de esos mapas. “Son muy pesados, contienen tanta información y son tan precisos que requieren de varios gigabytes. Transmitir toda esa información requerirá de redes de comunicaciones muy complejas que sean capaces de intercambiar todos esos millones de datos en tiempo real, sin colgarse y en zonas sin cobertura”, señala Fidalgo.

En este punto es donde entra la citada Nvidia, que ha optado por la construcción de soluciones en la nube que permitan el almacenamiento y ofrezcan el ancho de banda suficiente para poder mover toda esta información en tiempo real.

Fabricantes de coches y empresas apuntan a una misma fecha, el año 2020, para la implementación de los primeros coches enteramente autónomos y que se servirán de estos mapas.

“Los fabricantes de coches y los proveedores de mapas se enfrentan a un reto tecnológico enorme para almacenar, analizar y servir correctamente este volumen de datos. No tanto por lo detallados que son estos mapas sino porque serán más dinámicos que nunca, actualizándose en tiempo real con el data stream de los millones de coches conectados al sistema”, opina Noguerol.

El responsable de Carto pone sobre la mesa algunos datos interesantes, como “el gigabyte de información que un coche autónomo genera cada segundo”. Un dato que, en su opinión, genera problemas “de procesado y de conectividad”, además de los derivados por el almacenamiento de tamaña información.

No toda la tecnología está lista

Puede que los primeros mapas se estén generando hoy pero su consumo masivo todavía no es una realidad. Noguerol de hecho señala que esos mapas de alta resolución “ya son un producto comercializable” pero su sola existencia no garantiza que estén listas para que los utilicen millones de conductores al unísono.

Noguerol apunta a que en los próximos años veremos su implementación en “sistemas de guiado y asistencia” durante los próximos años mientras se lleva a cabo una tarea imprescindible para poder adoptar la tecnología en todo su esplendor: construir las redes que sean capaces de albergar toda la infraestructura necesaria para su funcionamiento.

Un LIDAR como el que monta el coche de Google en el techo ese esencial para poder realizar las mediciones milimétricas que requieren los mapas de los coches autónomos.
Un LIDAR como el que monta el coche de Google en el techo ese esencial para poder realizar las mediciones milimétricas que requieren los mapas de los coches autónomos.

Por ejemplo, Here asegura que ahora es capaz de estar en comunicación permanente con las autoridades para saber cuándo se van a iniciar unas obras en una carretera y enviar allí sus vehículos, pero en el futuro será necesario que esa tarea recaiga sobre los particulares.

Para lograrlo, será necesario desarrollar “plataformas de análisis geoespacial a gran escala, avanzar en el desarrollo de GPUs o implantar redes 5G para que los coches empiecen a conducir solos”, en palabras de Noguerol.

Será entonces, y sólo entonces, cuando ese futuro de rosa que pintan los fabricantes de automóviles comience a vislumbrarse y aunque la cautela pueda imperar en los conductores durante las primeras experiencias, Fidalgo hace un llamamiento a la calma: “Con los navegadores actuales, tú confirmas que te haces cargo de toda la responsabilidad por su uso. Con el coche autónomo no será así, el responsable será el proveedor del servicio, y entonces serán los primeros interesados en que todo sea perfecto”.

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