Conducimos estresados

Conducimos estresados
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Vaya novedad, estaréis pensando. Claro que conducimos estresados, al igual que cocinamos estresados, nos duchamos estresados y hasta dormimos estresados. Pero Audi, a través de su programa Attitudes, ha realizado un estidio más exahustivo sobre la relación entre enfermedades mentales (como el estrés o la depresión) y la conducción.

Según los estudios médicos, la depresión afecta a un 10 o 15% de la población, y el estrés a un 10%. Ambos estados, y también la ansiedad, influyen en nuestra forma de conducir, haciéndonos asumir más riesgos, reduciendo nuestra capacidad de atención y aumentando la agresividad. Seguro que no os estoy contando nada nuevo.

Este estudio me viene al pelo para comentar algo en lo que llevo algún tiempo pensando. No adaptamos nuestra velocidad a nuestro estado físico y mental, y conducir siempre “al límite” (no quiere decir que no se respeten las leyes) puede acostumbrarnos mal.

El peligro de no dejarnos un margen

Hace algunas semanas, circulando por una de mis vías habituales, tuve un ejemplo muy claro de esto. Iba, como siempre, a 60 km/h, velocidad legal en esa zona (llamémosle semiurbana). Uno de los coches que venía de frente estaba demasiado pegado a la línea y acercándose más, y probablemente yo estuviese haciendo lo mismo.

La cuestión fue la sensación de descontrol que tuve durante una breve fracción de segundo. No íbamos a chocar, y de todas formas hubiera tenido tiempo de corregir la trayectoria, pero bajo ninguna circunstancia deberíamos perder el control de la situación.

El motivo fue el cansancio (y estrés) acumulado que tenía, tanto físico como mental. Aunque hayas hecho ese tramo cientos de veces a la misma velocidad, precisamente cuando estás cansado tiendes a apurar al máximo para llegar a tu destino, sin ser consciente de que, en esas circunstancias, 60 km/h no es una velocidad adecuada para mantener el control.

La conclusión es que, si no somos capaces de adaptar nuestra conducción a nuestro estado, al menos deberíamos siempre dejar un margen en nuestro día a día, para que el día que no estemos al 100% se compense.

A continuación, algunos de los datos del estudio de Attitudes, que nos sirvan a todos para reflexionar sobre nuestro modo de conducir bajo síntomas de estrés, depresión o ansiedad:

  • El 22% de los conductores españoles conduce bajo estados de depresión
  • El 11% de los conductores españoles conduce bajo estados de ansiedad
  • Los conductores españoles desconocen las consecuencias de la conducción bajo los efectos del estrés, la ansiedad y la depresión, así como de los fármacos empleados para su tratamiento
  • El 15% de los conductores españoles se encuentra bajo tratamiento farmacológico para combatir problemas psicológicos
  • El 44% de los conductores españoles se ha sentido alguna vez indispuestos para conducir. A pesar de ello, el 37% de conductores ha seguido conduciendo
  • El 46% de los conductores reconoce que su conducción se vio perjudicada en esos casos
  • Los conductores españoles reconocen que dejan de conducir antes por molestias físicas que por molestias psicológicas
  • El 22% de los conductores españoles conduce cuando se encuentran de baja laboral
  • El 84% de los conductores españoles se muestra a favor de la retirada temporal del carnet de conducir si es por prescripción médica

Fuente | Audi

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