La rectificación del ministro Soria con la reclamación del PIVE a Volkswagen... y lo que esta esconde

La rectificación del ministro Soria con la reclamación del PIVE a Volkswagen... y lo que esta esconde
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Que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, se haya enmendado la plana a sí mismo respecto a lo que dijo días atrás, cuando se vino arriba con el caso Volkswagen y anunció que reclamaría las ayudas del Plan PIVE al fabricante alemán, es un hecho que nos tiene que llamar a todos a la reflexión.

Según sus palabras, el software instalado en estos motores alteraba la medición de las emisiones de óxido de nitrógeno, pero "no tiene que ver en modo alguno con las de CO₂", tal y como detalló antes de recordar —o de explicarse a sí mismo— sobre el PIVE que "esos planes tienen que ver con las emisiones de CO₂ pero no con las NOx". Así lo aclaró el ministro Soria a los periodistas que cubrían ayer en Luxemburgo una reunión del Consejo de Competitividad de la Unión Europea. Se trata de un pequeño detalle que se sabe desde hace casi dos semanas.

Hasta aquí, los hechos. Y ahora, dos motivos para la reflexión.

El primero, que no es cierto lo explicado ayer por el ministro Soria. No, tampoco. Los NOx y el CO₂ emitido sí que guardan una relación. No es una relación directa como la que guardan el CO₂ y los litros de carburante quemado en la cámara de combustión, pero sí que existe una relación en cuanto a los sistemas que combaten los NOx, que son unos compuestos que se originan debido a las altas temperaturas de la cámara de combustión, con mayor probabilidad cuanto mayor es el régimen de compresión. El aire que se utiliza para quemar el carburante contiene oxígeno y nitrógeno, y estos elementos se combinan por efecto del calor dando lugar a óxido nítico y dióxido de nitrógeno: NO y NO₂, alias NOx. Para combatir estos gases, que son altamente tóxicos, los fabricantes utilizan técnicas que por lo general implican quemar más carburante de la cuenta, ergo aumenta el CO₂.

Dicho lo cual, resulta que no estamos ante una cuestión de química, sino de reglamentación. Y aquí viene el segundo chiste sin gracia de este primer motivo para la reflexión. En la normativa aprobada por el mismísimo ministro Soria se habla de CO₂, por lo que se hace difícil reclamar unas ayudas que se concedieron por este parámetro, y no por los NOx. Es tan sencillo como eso.

Y esto nos lleva ahora al segundo motivo para pensar. En una crisis que se origina por un problema de mediciones detectado en América, pronto se ve que las repercusiones son globales y que, como en el fondo hablamos de centralitas cuyo firmware está protegido por unas leyes de propiedad intelectual que son socialmente suicidas, puede haber más de lo que parece a poco que rasquemos la piel del problema. Total, que el asunto cobra pronto dimensiones de barra de bar sin importar demasiado la calidad de la información que se suministra, si fuera el caso. En este apartado, cabe agradecer a la gente de Volkswagen en Wolfsburgo su hermetismo inicial y su desgana comunicativa como contribuciones para que creciera la bola de nieve sin control.

Finalmente, en un escenario como este, España no se podía quedar de brazos cruzados, como viendo pasar el asunto sin más. Había que hacer algo, y Soria lo hizo. El ridículo. En primer lugar, por salir a hablar sin saber de lo que hablaba. En segundo, por no medir las consecuencias de sus palabras todo un ministro, de Industria para más inri, sin plantearse siquiera que las relaciones de Wolfsburgo con SEAT o con Volkswagen Landaben pudieran, si no peligrar, sí hacerse menos cordiales. Y todo, por un afán de recuperar 1.000 euros por coche afectado como complemento a un afán de hacer como que se hacía algo.

Puro postureo en un asunto que, siendo grave, lo es mucho más por lo que esconde que por lo que ha mostrado en forma de mediciones fraudulentas.

Vía | Expansión
En Motorpasión | Caso Volkswagen: El Gobierno pide al fabricante que le devuelva el dinero del PIVE

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