Salón de Ginebra 2017, un espectáculo que sigue adelante con la cabeza serena (con vídeo incluido)

El Salón de Ginebra tiene el aroma de los salones del automóvil de toda la vida. Venir de un Mobile World Congress en el que cualquiera se arranca a pronosticar cómo será el futuro de la automoción, y aterrizar de repente en un espectáculo como Ginebra... transmite al cronista una mezcla de sensaciones curiosa. Como de vuelta al pasado, en una primera lectura. Como de una vuelta a tocar con los pies en el suelo, en una segunda.

Bienvenido a este mi paseo por el Salón de Ginebra 2017.

El de Ginebra es un salón muy compacto que se celebra en un espacio muy bien aprovechado, de manera que no robaré muchos minutos de tu atención, porque una visita se puede hacer de forma rápida. Un vídeo montado a la carrera durante la pasada noche por el que esto escribe, y seguimos:

No es un secreto que los salones del automóvil acabarán por desaparecer, al menos los salones al uso, tal y como los conocemos. No se trata de una percepción personal solamente, es un runrún que cada vez más responsables de comunicación de diferentes firmas automovilísticas expresan. Unos lo hacen con la boca pequeña, otros aprovechan la confianza y se quejan abiertamente de la desproporcionada inversión que suponen estos eventos para el retorno que obtienen, al menos en algunos casos.

Y quienes hablan vienen a coincidir en que, en el escenario actual, con unas novedades que al llegar a los salones ya las ha visto todo el mundo (literalmente), con un calendario repleto de fechas en las que sacar a pasear los vehículos, con unos recursos tan interesantes como los que permite internet, algo cambiará en un futuro. Y quizá ese futuro no sea muy lejano. Si hacemos caso a quienes lo viven desde dentro, basta con que alguien tire la primera ficha del dominó.

Ginebra debería ser otra historia. Es LA cita con el Motor, un espectáculo que año tras año entona el 'The show must go on'. ¡Y qué show! Empezando por la imagen de esplendor que transmite el Palexpo y terminando por la imagen de entusiasmo que transmiten las marcas.

Pero hablamos de eso, de imagen. El Salón de Ginebra es, ante todo, imagen. Y contiene una buena dosis de postureo, también. Postureo de marca, en algún caso; postureo de "estar en Ginebra porque hay que estar", aunque la marca en cuestión no tenga demasiado que estrenar. Al fin y al cabo los stands todo lo aguantan. Y siempre habrá catálogo para mostrar.

Postureo asimismo de quienes se acercan en días teóricamente reservados a la Prensa y que, entre selfie y selfie, de periodismo se les intuye más bien poco, o nada. No es cuestión de repetir aquí las inmejorables palabras que nuestro compañero Javier Álvarez dedicó el año pasado a estos excesos, pero viene al caso porque de alguna forma guardan una cierta coherencia con la imagen del espectáculo per se.

Por otra parte cabe destacar el buen tono que tiene el Salón de Ginebra, al menos por lo visto durante estos pasados dos días.

Ginebra era una fiesta... que tiene los pies en el suelo

En el Palexpo hay novedades para ver. No menos de 60, aunque hay optimistas que cuentan más de un centenar (incluyendo todo tipo de versiones y ediciones y hasta colores, debe de ser). Muchas de ellas son coches de impresión. Otras no tanto, pero son imprescincibles igualmente. También encontramos un espectáculo paralelo a los estrenos en las preparaciones y en los carroceros. Y también en los ejercicios de bendita nostalgia que salpican varios rinconcitos del Salón.

Es una fiesta. Sin embargo, lo que no hay ni se percibe es la intención de hacer del Salón un escaparate de sueños que por ahora son imposibles de llevar a cabo.

Leía yo ayer por ahí un titular que resumía el 87º Salón de Ginebra hablando de la exaltación de los coches autónomos. No sé de qué salón hablaba el periodista, la verdad. Quizá se refiriera al discurso de un grupo automovilístico en concreto, pero por lo demás... Sí que hay en esta edición de Ginebra un canto a las tecnologías del futuro, como siempre. Se habla, por ejemplo, de movilidad inteligente y de movilidad cada día más limpia, pero manteniendo los pies en el suelo.

Poco coche autónomo hay en Ginebra: el de Hyundai, el anuncio de Nissan y poca cosa más. Si ni siquiera se ha dejado ver el Volkswagen Sedric en el Palexpo... En Volkswagen nos contaron ayer que como se trataba de un proyecto conjunto del Grupo, no querían que el Sedric se vinculase a una marca en concreto, atendiendo a la división por stands por la que se rigen Volkswagen, Audi, SEAT, Škoda y el resto del conglomerado alemán que ocupa casi un tercio de los pabellones 1 y 2. Pues vale.

Nada de vacías promesas, en cualquier caso, o no de ese corte. Nada de cambios de escenario en cuanto a la movilidad de las personas sin que se sepa aún cómo se sufragarán las necesidades que tendrá la conducción autónoma, por ejemplo en materia de infraestructuras (aunque se intuye quiénes lo pagarán); nada de brindis al sol, en ese sentido. Qué diferencia con el Mobile...

Por encima de todo, el Salón de Ginebra 2017 sirve para ver una evolución, más que una (por ahora) improbable revolución. Hay una evolución hacia el relevo de los carburantes fósiles por las alternativas eléctricas, por ejemplo, pero sin tropezarse al intentar correr antes que caminar. En pocas ediciones veremos la verdadera eclosión de los eléctricos, en todas las marcas y a lo grande.

Otro punto en el que este Salón de Ginebra toca con los pies en el suelo es la relativa poca cantidad de concepts de salón que se ven en el Palexpo. Años atrás nos acostumbramos a ver prototipos y más prototipos antes de cada cita. Hoy las marcas parecen haber recuperado el sentido práctico al pensar que, después de todo, las demostraciones de poderío pueden dar caché, pero no dan de comer.

En ese sentido, también, el 87º Salón Internacional del Automóvil de Ginebra parece una apuesta clara por mantener la cabeza serena, aunque sin perder de vista que el futuro que nos espera traerá numerosos cambios... pero a su tiempo. Todo se andará.

Los gastos correspondientes al viaje para cubrir el Salón de Ginebra 2017 han sido asumidos por Mercedes-Benz. Para más información, consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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