Probamos el nuevo Mercedes-Benz GLC: un SUV que se disfruta conduciendo ya desde su motor menos potente

Ya nos hemos puesto al volante de la nueva entrega del Mercedes-Benz GLC, el SUV medio de la firma germana. Para la marca de la estrella es uno de sus coches más importantes, sino el que más, pues es su modelo más comercializado a nivel mundial, siendo segundo en nuestro mercado.

Así que le tocaban nuevos aires para no perder comba y continuar en la senda del éxito. Para ello se ha electrificado al completo, contando únicamente con variantes híbridas y por tanto de etiqueta ECO y CERO.

En el menú sigue estando presente la tracción integral común a todas las versiones, así como el cambio automático, pero se añaden más bondades técnicas para mejorar su hacer tanto dentro como fuera de la carretera.

Ponemos bajo lupa tras una primera toma de contacto a este todocamino premium, que destaca por una muy buena dinámica hablando de un SUV y que va sobrado de tecnología como los últimos estrenos de la estrella.

Las claves del nuevo GLC

Antes de entrar en faena, vamos a repasar brevemente lo más destacado de la que es la segunda generación del Mercedes-Benz GLC (sin contar al GLK, claro) y que mejora en varios aspectos a su predecesor.

Con la arquitectura del Clase C. El nuevo Mercedes-Benz GLC se reinventa por completo asentándose en la plataforma del nuevo Clase C, así que goza de varias de las bondades de esta berlina tanto a nivel de chasis como de tecnología.

Más crossover que SUV. A nivel estético, este GLC está más en línea con el segmento de los crossover, y eso que es ligeramente más alto que el anterior. Obviamente va elevado, pero su distancia al suelo es bastante comedida.

Esto se marida con un diseño que nos ha resultado muy atractivo, con un capó alargado que bebe directamente del Clase C y formas fluidas y equilibradas. En esta entrega, por cierto, mejora algo en aerodinámica: presume de 0,29 Cx frente a los 0,31 del anterior.

Todos ECO, CERO y tracción total. Sus motores al completo son o bien mild-hybrid o bien híbridos enchufables, tanto en variantes gasolina como diésel, varias disponibles en el anterior. Ya lanzadas en España, cuenta con dos versiones gasolina MHEV (GLC 200 y 300), dos diésel MHEV (220 d y 300 d) y otra PHEV de gasolina (300 e), oscilando entre los 197 CV y los 313 CV.


mecánica

potencia/par

GLC 200 4matic

Gasolina. 4 cilindros. 2.0 litros turbo MHEV

204 CV / 320 Nm

glc 300 4MATIC

Gasolina. 4 cilindros. 2.0 litros turbo MHEV

258 CV / 400 Nm

GLC 220 D 4MATIC

Diésel. 4 cilindros. 2.0 litros biturbo MHEV

197 CV / 440 Nm

glc 300 D 4MATIC

Diésel. 4 cilindros. 2.0 litros biturbo MHEV

269 CV / 550 Nm

glc 300 E 4MATIC

Gasolina. 4 cil. 2.0 litros turbo 204 CV + eléctrico (136 CV)

313 CV / 230 Nm

GLC 400 E 4MATIC

Gasolina. 4 cil. 2.0 litros turbo 252 CV + eléctrico (136 CV)

381 CV / 650 Nm

GLC 300 DE 4MATIC

Diésel. 4 cil. 2.0 litros turbo 197 CV + eléctrico (136 CV)

335 CV / 750 Nm

Más adelante se lanzarán otras dos versiones PHEV: la 400 e de 381 CV, que representa la joya de la corona de la gama, y el de gasóleo de 335 CV.

Todas estas opciones disponen siempre de cambio automático, el 9G-TRONIC de la casa, y transmiten toda la fuerza a los dos ejes mediante la tracción integral 4Matic.

Chucherías técnicas. El nuevo GLC viene acompañado de tecnología al servicio de la dinámica para mejorar su hacer sobre el asfalto y fuera de él.

Por ejemplo, el eje trasero direccional o la suspensión neumática Airmatic, pero también elementos enfocados a la conducción off road, como el sistema Agility Control (que eleva la suspensión) o el capó transparente al estilo de los Range Rover. La mala noticia es que cualquiera de estos ingredientes son siempre opcionales.

Pantallas enormes. El interior del nuevo Mercedes-Benz GLC es prácticamente el mismo que el del Clase C, así que el SUV ha digitalizado aún más su interior.

Dispone de dos pantallas, muy generosas: la del cuadro de instrumentos es de 12,3 pulgadas y la multimedia, estilo tablet en posición vertical, de 11,9 pulgadas, que integra la última generación del sistema MBUX.

Un SUV confortable y funcional

Al sentarnos a los mandos de este todocamino de la estrella, y más allá de los pulcros acabados y buenos materiales como se exige a un Mercedes-Benz, la mirada se va irremediablemente a las dos pantallas.

Y su protagonismo es total, porque prácticamente todas las funciones de este nuevo GLC se manejan desde el display multimedia, estando los mandos físicos reducidos a la mínima expresión.

Bajo el display multimedia, dispone de accesos directos, que son hápticos, reducidos a lo esencial. Y el resto de reparten en el volante multifunción, siendo también hápticos, o en los paneles de las puertas que sí que son físicos.

Como buen Mercedes-Benz, la palanca de cambio está en el volante, así que el túnel central es completamente diáfano, contando solo con el reposabrazos y el cofre en su interior y un hueco para el móvil, que también va tapado, dando una sensación de aún más amplitud.

Los mandos de la climatización van integrados en la pantalla, pero son fijos, evitando que naveguemos por menús.

No hay mandos físicos para el sistema de climatización, que se manejan al completo desde la pantalla central. Aunque se ha buscando que sean funcionales, pues imitan a los físicos, contando con ruletas y botones habituales, y se mantienen siempre fijos. Eso sí, se opera algo peor con ellos en comparación a los botones tradicionales.

Gracias a los habituales e intuitivos mandos de las puertas, podemos modificar eléctricamente la altura del asiento, su proximidad a los pedales o la inclinación del respaldo. Los dos asientos frontales son muy confortables, gracias a su textil multicapa y su ergonómica forma, que recoge muy bien la espalda y la zona lumbar.


largo

ancho

alto

batalla

maletero

Mercerdes-benz GLC 2022

4.716 mm

1.890 mm

1.640 mm

2.888 mm

600 - 1.640 l

MERCERDES-BENZ GLC 2015

4.656 mm

1.890 mm

1.644 mm

2.873 mm

550 - 1.600 l

Respecto al modelo saliente, este Mercedes-Benz GLC apenas varía en tamaño, siendo ligeramente más largo (+6 cm) pero igual de ancho y algo más alto (+4 mm). La distancia entre ejes se fija en 1,5 cm más para rozar los 2,90 m.

Así, encontramos una bancada trasera también muy cómoda, a la par de espaciosa. Dado que el techo no cae excesivamente desde el pilar C, el espacio para las cabezas es bastante generoso. E igualmente para las piernas: hasta sentados tras un conductor alto, gozamos de buena holgura.

En cuanto al maletero, no hay grandes cambios: pasa de 550 litros a 600 litros, que se quedan en 400 litros en los híbridos enchufables por la inclusión de la batería y perder el doble fondo. Eso sí, no tenemos el escalón del Clase C anterior, sino que el piso es completamente plano.

De la boca del maletero a los asientos traseros dispone de más de un metro y lo mismo de ancho. No obstante, esa capacidad al completo incluye el doble fondo, que no es diáfano: se subdivide en huecos y diferentes alturas, lo que complica la colocación de la carga.

Conduciendo el nuevo Mercedes-Benz GLC

La variante del Mercedes-Benz GLC que hemos conducido es la de acceso diésel: el 220 d. Y lo cierto es que pese a ser el menos potente de la familia, esta mecánica ya le sienta estupendamente.

Tampoco es que vaya justo de entrega: su cuatro cilindros diésel turbo firma los 197 CV. Puntualmente se añaden otros 10 kW (13,6 CV) aportados por el pequeño motor/alternador eléctrico integrado (ISG), por ejemplo en aceleraciones. Y esto se combina con un par de 440 Nm.


mercedes-benz GLC 220 d

mecánica

4 cilindros diésel + 48V

cilindrada (cm³)

1.993

potencia motor

197 CV

par máximo

440 @ 1.800 - 2.800

cambio

Automático 9G-TRONIC

tracción

Integral

velocidad máxima

219 km/h

aceleración (0-100 km/h)

8,0 segundos

consumo mixto (L/100 km)

5,9 - 5,2

emisiones co2 (g/km)

155 - 136

Al nuevo SUV de la estrella lo hemos probado tanto sobre el asfalto como fuera de él. Y sobre el firme únicamente en un trazado bastante exigente: la ruta comprendía varios puertos y valles en carretera convencional, con mucha curva donde catar su hacer.

Y lo cierto es que nos ha encantado. Pese a que no es un coche pequeño ni mucho menos ligero (clava las 2,0 toneladas), apenas acusa inercias en curvas. A ello ayuda el excelente chasis del Clase C y un buen reparto de pesos.

Tampoco es ni mucho menos torpe en los giros, y eso que la unidad que llevábamos no equipaba el eje trasero direccional, que igualmente aporta más allá de facilitar las maniobras gracias a girar las ruedas traseras hasta en un ángulo de 4,5º en el sentido de las delanteras.

La suspensión tampoco era la neumática, pero nos ha parecido muy cómoda y equilibrada. Su configuración es de cuatro brazos en el eje delantero y multibrazo en el trasero.

Sus casi 200 CV son más que suficientes ante maniobras comprometidas, respondiendo rápidamente al pisar el acelerador. También ayuda el par, que lo tenemos disponible al máximo antes de llegar a las 2.000 vueltas. Y hay que señalar que en ningún momento jugamos con los modos de conducción, yendo todo el rato con el Drive (Normal) seleccionado.

En definitiva Mercedes-Benz ha hecho un buen trabajo con este todocamino donde se minimizan las carencias de los de su categoría, que brillan menos en este tipo de trazados.

No es un todoterreno, pero se defiende bien. La marca alemana ha buscando seguir aportando al GLC de buenas actitudes off road. De serie, este SUV dispone de un nuevo modo todoterreno, operando sobre la suspensión y la dirección para adecuarlo a terrenos accidentados. Y también va dotado sin sobre precio del sistema de control de descensos (DSR por sus siglas en inglés).

La ruta contaba con algún que otro cruce de puentes, aunque bastante sencillos, y varias pendientes cortas, cercanas al 20º de inclinación, que hemos tanto subido como bajado sin problemas.

En la caída, hemos dejado hacer al DSR, que puede configurarse entre 3 y 12 km/h, lo que hacemos desde la pantalla multimedia, a golpe de uno de los accesos directos. Y opera a la perfección, frenando automáticamente sin tener que pisar el pedal.

También cruzamos un pequeño arroyo varias veces: lo superó sin problemas, aunque sus sensores siempre pitaron que dio gusto ante el roce del agua en la carrocería.

Estas bondades al menos las muestra estando equipado con el paquete técnico off road, como era el caso.

El mismo incluye la suspensión Agility Control, que eleva su distancia al suelo hasta 2 cm, los bajos reforzados o una interfaz específica para la instrumentación y la pantalla multimedia, que muestra la inclinación de los ejes o la potencia y par en tiempo real, entre otros.

El GLC disfruta de un ángulo de ataque de 19,5 º y de salida del 18,5º, siendo el ventral de 12,7º.

Bien equipado, pero con demasiados opcionales

Estamos hablando de un coche que parte de los 58.150 euros sin descuentos, por lo que en su acabado base, que es el Avantgarde Advance, el Mercedes-Benz GLC viene muy bien equipado de serie.

Incluye por ejemplo faros LED High Performance, climatización bizona, asientos tapizados en piel sintética, calefactados y con ajuste eléctrico, carga inalámbrica para dispositivos móviles, cámara trasera, sensores de aparcamiento traseros y delanteros, arranque sin llave, retrovisores de plegado eléctrico, portón eléctrico para el maletero, escáner de huella dactilar para la activación de perfiles y varias tomas USB y USB-C, entre otros.

Tampoco falta la tecnología. Tanto la instrumentación digital de 12,3 pulgadas como el display multimedia de 11,9 pulgadas son de serie, integrando éste el sistema MBUX Premium con navegador, conexión a Internet, servicios Mercedes me connect y conexión para Apple Carplay y Android Auto.

Y en cuanto a sistemas de asistencia, también sin sobreprecio, viene con frenada automática de emergencia, sistema de mantenimiento de carril, aviso activo por salida involuntaria de carril o control de crucero.

No obstante, en su amplia variedad de paquetes opcionales, tanto estéticos como de equipamiento, encontramos muchas de sus novedades más interesantes.

El capó invisible se vale de la cámara 360º para mostrarnos lo que no vemos delante.

Por ejemplo el eje trasero direccional y la suspensión adaptativa se integran en el paquete dinámico, que supone 3.860 euros. Más económico es el off road, que es un extra de 595 euros.

El capó invisible no se incluye en este pack todoterreno sino en el de aparcamiento junto a la cámara 360º, cuyo precio al completo es de 610 euros.

Por su parte el paquete enfocado al confort (2.995 euros) integra la iluminación ambiental más avanzada, el techo panorámico, el sistema Guard 360º o el control de la calidad del aire del habitáculo. Aunque muchos de estos elementos se pueden equipar por separado y no en pack.

Y en lo que respecta a sistemas de asistencia, el asistente activo Distronic, que integra la función stop & go para atascos y el asistente de señales de tráfico (adecúa la velocidad a las señales), asimismo es opcional (555 euros), como también lo es asistente de luces inteligente para carretera (1.865 euros).

Por supuesto, en el menú están disponible acabados AMG, con varios niveles, que aportan esencialmente elementos estéticos para darle una imagen más deportiva al GLC.

Precios y disponibilidad del nuevo Mercedes-Benz GLC

Los precios de la segunda generación del Mercedes-Benz GLC oscilan entre los 58.150 euros del GLC 200 4Matic a los 74.925 euros del 300 e 4Matic, que es el híbrido enchufable de gasolina, ambos sin descuentos.

De toda la gama solo resta por conocer el precio de los dos PHEV que quedan: el diésel 300 de 4Matic y el 400 e, que llegarán el año que viene. El resto ya puede configurarse en nuestro mercado.

Hay que tener en cuenta que por límite de precio, el híbrido enchufable, a pesar de que será el más barato de los tres, no puede adherirse a las ayudas del plan MOVES III, por lo que no podemos restar estos incentivos al precio.

En lo que respecta a las entregas, Mercedes-Benz nos indica que el tiempo de espera varía entre tres meses en el mejor de los casos y seis meses en el peor, debido a la carencia de algunos componentes y a los problemas de transporte y logísticos.


mecánica

etiqueta

P.V.P

200 4MATIC

Gasolina/MHEV

ECO

58.150 euros

220 D 4MATIC

Diésel/MHEV

ECO

60.850 euros

300 4MATIC

Gasolina/MHEV

ECO

65.175 euros

300 D 4MATIC

Diésel/MHEV

ECO

68.450 euros

300 e 4MATIC

Gasolina/PHEV

CERO

74.925 euros

Los gastos asociados para acudir a esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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