Audi A1 quattro, miniprueba (parte 1)

Hace un par de años, casi cuando salió al mercado, tuvimos la oportunidad de probar el Audi A1 1.6 TDI (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4) un coche urbano y tranquilo que quería conquistar los corazones de las niñas pijas de hoy en día. El protagonista de hoy, aunque también responde al nombre A1, se dirige al novio de esas jóvenes que es capaz de abandonarlas cada fin de semana para irse en su Audi A1 quattro a su rally favorito.

Se trata de la versión más radical y exclusiva del pequeño urbano de Audi. Desarrollada por quattro GmbH y limitado a tan solo 333 unidades para todo el mundo, es sin duda el broche perfecto para este pequeño homenaje que le estamos rindiendo a quattro GmbH por sus 30 años de vida.

Un exterior deportivo y llamativo a partes iguales

El rival más directo del Audi A1 es sin lugar a dudas el MINI. Ambos modelos seducen con su línea clásica, cada uno con personalidad propia y ambos se posicionan como modelos que entran por los ojos a los amantes de la excelencia, lo Premium y lo glamuroso en frasco pequeño. Pero el A1 quattro ha dejado de lado el smoking elegante de sus hermanos de gama para enfundarse el mono de piloto.

Ver el Audi A1 quattro por la calle puede ser motivo de un infarto al corazón para muchos integrantes de la jet set. La mayoría de ellos pensarán que se trata de una versión tuneada y transformada por algún macarra. Está claro que lo suyo son las obras de arte.

Y es que el Audi A1 quattro luce un aspecto exterior que no deja indiferente a nadie. Su carrocería ha cambiado radicalmente respecto al A1 TDI que conducía la amiga de tu hija cuando vino a buscarla ayer por la noche. Este es el tipo de coche del que nunca querrías ver bajar a tu hija.

El faldón delantero cambia drásticamente, crece de tamaño y luce ahora unas descomunales zonas negras en los extremos inferiores que imitan las entradas de aire para refrigerar el motor. Están tapiadas, así que solo cumplen una función estética. Por su parte la parrilla singleframe, va completamente pintada en color negro.

En la parte delantera también llama poderosamente la atención el perfil rojo que recorre el interior de las ópticas. Personalmente me lo hubiese ahorrado, porque es un detalle un tanto macarra que creo no realza para nada su aspecto deportivo. Al menos combina con el centro de las llantas, también en color rojo.

Y ya que hablamos de las llantas, vamos a dedicarle el tiempo que se merecen. A los que nos gustan las carreras de coches desde hace años, estas preciosas llantas de color blanco en 18 pulgadas nos recordarán inevitablemente a las llantas que llevaban los Audi IMSA que corrían a comienzos de los años 90.

También tienen cierto parecido con las que llevaban los Lancia Delta HF Integrale, la marca rival de Audi en los rally de los años 80. Las tuercas de los bujes están tapadas por una pieza plástica que imita la forma de una mono tuerca central. Es plástico, así que ten cuidado dónde aparcas el coche para que no te las roben.

La vista lateral del coche impresiona. El arco del techo pintado en color negro y los cristales traseros tintados contrastan con el blanco de la carrocería y llantas. En la parte que se une con el maletero, luce el logotipo quattro de forma discreta.

Y llegamos entonces a una de las partes más destacadas del coche, la trasera. Lo primero que merece una mención es el alerón de dos alturas, que gracias a su gran tamaño y al ser de color blanco, destaca en un entorno marcado por el color negro. Tiene tres apoyos con la carrocería, y se encarga de que la trasera esté bien pegada al suelo cuando ruedas rápido.

Por lo demás, la zona que rodea la matrícula trasera va pintada en color negro. Es un detalle que también recuerda al Audi R8 V10 S-Tronic que probamos hace unas semanas (parte 1, parte 2, parte 3 y parte 4), pero no el único ya que las dos salidas de escape redondeadas a cada lado, recuerdan también al todopoderoso R8.

Un interior con pinceladas deportivas

Si el aspecto exterior del coche no pasa precisamente desapercibido, en el interior solo podemos hablar de pequeñas pinceladas deportivas que no le diferencian tanto de un A1 normal y corriente. Lo primero que llama la atención son los asientos, deportivos y con al parte posterior carrozada en plástico brillante con el logotipo quattro en los laterales.

Son deportivos pero cómodos al mismo tiempo, y Audi ha decidido usar estos y no los baquet que ofrecen opcionalmente en otros modelos por cuestiones de espacio. Al montar los baquet las plazas traseras quedarían inutilizadas, así que mejor estos más parecidos a los Audi S, forrados en cuero y con costuras en color rojo como el resto del interior.

El color rojo también está presente en el volante, con la parte inferior achatada y una placa identificativa en la parte inferior que te recuerda que debes cuidar lo que llevas entre manos, ya que es uno de los solo 333 que se fabricarán.

Por lo demás, en el cuadro de instrumentos encontramos dos esferas como en todos los A1, pero en este caso la esfera izquierda que marca las revoluciones está pintada en color rojo, y lleva el logotipo quattro. La palanca de cambios también es específica para esta edición limitada. Es la misma de aluminio que lleva el R8, con un tacto más que excelente excepto que dejes el coche demasiado tiempo al sol.

El maletero ve reducido su tamaño debido a que el depósito ha tenido que rediseñarse para dejar hueco a la transmisión. Sus 210 litros de capacidad son tan ridículos que lo mejor que puedes meter en él son dos cascos integrales para irte a rodar a Nürburgring Nordschleife.

El equipamiento interior es de lo más completo, con la pantalla central y mando MMI integrado en el salpicadero que integra el navegador por satélite, sistema de sonido, ajustes del vehículo y otros programas. Los altavoces Bose son también de serie, ya que este coche no tiene opciones disponibles. Es único.

¿Qué esconde la mecánica del Audi A1 quattro?

Desde que lo vi por primera vez, tengo ganas de ponerme al volante de este coche. Siempre me han gustado los pequeños deportivos radicales, esos coches derivados de los que consiguen el gran volumen de ventas para las marcas, en muchas ocasiones desarrollados por el empeño y tesón de aquellos a los que realmente les siguen gustando los coches en un mundo dominado por ingenieros que solo entienden de números.

Nunca pensé que una de esas 333 unidades del Audi A1 quattro iba a estar disponible en el parque de prensa de la marca alemana en España, pero la suerte ha querido que así sea y tocaba saber si se trata de un cordero con piel de lobo o un lobo capaz de morder.

Sobre el papel debería ser un coche muy efectivo, ya que bajo el capó se esconde un motor 2.0 TFSI de cuatro cilindros que entrega 256 CV a 6.000 RPM y un par motor máximo de 350 Nm entre las 2.500 y las 4.500 RPM.

La caja de cambios es manual de seis velocidades, principalmente porque una de las modernas cajas de doble embrague S-Tronic no cabía. Así pues, han optado por una caja manual de seis velocidades, con una palanca de tacto excelente y movimientos precisos.

Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 245 km/h, pero para conseguirlo antes hay que pulsar el botón de arranque situado a la derecha del volante.

Continuará...

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