Volkswagen tacha al hidrógeno de ser "un sinsentido absurdo" como solución para el transporte

Recientemente la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA) ha mostrado su oposición a la decisión del Gobierno de Alemania de no apoyar lo suficiente a la tecnología de hidrógeno, pues creen que es una solución óptima de cara al futuro del transporte por carretera.

Volkswagen es uno de los fabricantes más poderosos a nivel mundial y el principal de la VDA, y se ha mostrado totalmente contrario a la opinión de la Asociación, calificando el uso de la pila de combustible de ser absurdo y un sinsentido ya no sólo en turismos, sino también en camiones.

Volkswagen rema a contracorriente con el hidrógeno

La tecnología de pila de hidrógeno es (al menos sobre el papel) la más interesante de cara a futuro para el transporte por carretera. Entre otras, la aplicación más prometedora de la pila de combustible está en los vehículos pesados que necesitan recorrer largas distancias diariamente, y más o menos ya hay un consenso en el sector al apostar por el hidrógeno.

Este interés se materializa en la Directiva 2018/2001 de la Unión Europea del 11 de diciembre de 2018 a través de la cual se trata de impulsar el uso de hidrógeno en los países de la Unión como sustitución de los derivados del petróleo. En cambio, el ejecutivo alemán ha decidido proponer algo así como una guerra libre entre los biocombustibles, la electricidad y el hidrógeno. Sí, apoyan el hidrógeno, pero con un modelo poco implicado y poco favorable para su desarrollo.

La VDA ha decidido alzar la voz, creyendo que el hidrógeno es una fuente de energía alternativa más limpia, eficiente y sostenible de cara a futuro con una aplicación real que se ajusta más a las necesidades del transporte. Son conscientes de que la infraestructura, el abastecimiento y la propia tecnología necesitan desarrollo y amortización, pero deben contar con apoyo de la industria y de los gobiernos para conseguirlo.

Dentro de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz, su principal fabricante, Volkswagen, ha rechazado de pleno el postulado favorable al hidrógeno. A través de un comunicado oficial, la casa de Wolfsburgo ha declinado su apoyo a la pila de combustible y ha calificado como un sinsentido absurdo su aplicación tanto en el transporte por carretera (camiones y autobuses) como a menor escala en turismos.

Para Volkswagen la pila de combustible es "un uso inadecuado de la electricidad limpia" y califican los beneficios del hidrógeno como "demasiado sobreestimados". Por si fuera poco, Volkswagen también arremetió contra los combustibles sintéticos procedentes de fuentes renovables, a los que tachó de ser demasiado "complejos de producir, costosos y de muy baja eficiencia".

La apuesta actual (y de futuro) de Volkswagen es por los coches eléctricos puros. Coches equipados con motores eléctricos alimentados exclusivamente a través de baterías recargables. La reinvención de Volkswagen tras el Dieselgate ha supuesto una inversión para el gigante alemán de 60.000 millones de euros, 11.000 de los cuales se han destinado directamente a vehículos eléctricos de batería (BEV).

No es de extrañar por lo tanto que en la hoja de ruta de Volkswagen no figure el hidrógeno y rechacen la pila de combustible. No es sólo una cuestión puramente económica, pues desde el punto de vista técnico también habría argumentos válidos para rechazar la apuesta por el hidrógeno (actualmente es caro, complejo y carece de infraestructura).

Lo cierto es que en una visión a largo plazo es complicado definir cuál será la tecnología predominante, pero todo apunta a una combinación de varias. Cada una tiene sus limitaciones y a futuro el hidrógeno aparentemente cuenta con mayores ventajas. Las grandes baterías necesarias para impulsar los vehículos BEV y el crecimiento exponencial de este tipo de vehículos suponen un complejísimo reto industrial y medioambiental solamente teniendo en cuenta los materiales necesarios para su fabricación o, posteriormente, su reciclaje.

De manera contraria a Volkswagen, la industria rema en otra dirección: Volvo y Daimler acaban de crear conjuntamente la mayor asociación para el desarrollo de camiones de pila de combustible, Toyota lleva años trabajando en sus camiones de hidrógeno con la tecnología del Toyota Mirai a una escala mayor, PSA está ultimando el desarrollo de coches de pila de combustible, Hyundai ya tiene listo su camión de hidrógeno o Francia liderando el camino hacia el hidrógeno invirtiendo 2.000 millones de euros de aquí a 2030 son sólo algunos ejemplos.

El Gobierno de España también apoya abiertamente el hidrógeno, calificándolo en su Hoja de Ruta del Hidrógeno como una "solución sostenible clave para la descarbonización de la economía" y "parte de la solución para lograr la neutralidad climática en 2050", anunciando unas inversiones de 8.900 millones de euros en las tres próximas décadas.

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