La escasez del diésel podría llegar en abril con precios desorbitados si no hay alternativas al fracking ni al petróleo ruso

El precio del combustible en las gasolineras está por las nubes. Y por eso todas las miradas están puestas sobre el precio del barril de petróleo. Pero no es el único, el gas también ha subido. Paradójicamente, muy pocos se fijan en la escasez de diésel y sus derivados, como el gasóleo de  calefacción y el keroseno.

"Europa importa cerca de la mitad de su gasóleo de Rusia y la otra mitad de Oriente Medio", explicó Russell Hardy, jefe del comerciante de petróleo suizo Vitol. "Ese déficit sistémico de gasóleo está ahí". Y si no se pueden compensar esas importaciones de otra forma, advirtió que “el racionamiento es una posibilidad”.

De todos los derivados del petróleo, el gasóleo es el que más puede hacer descarrilar nuestra economía por su hegemonía en el transporte (movilidad y mercancías) y la calefacción, recuerda el experto en economía de las energías Laurent Orvath.

Nos quedamos sin la mitad de nuestro diésel, venía de Rusia

La delicada situación de abastecimiento del diésel no se debe únicamente a la guerra en Ucrania. Las tensiones ya existían antes de la invasión rusa, con unos stocks muy bajos en China, Estados Unidos y Europa a consecuencia de la brusca aceleración de la economía tras dos años de pandemia. Tanto es así que a finales de 2021, China introdujo un racionamiento para los camiones, con un límite de 100 litros al día.

Las reservas estadounidenses de gasóleo están en su nivel más bajo de los últimos 14 años. Europa, por su parte, con la guerra en Ucrania, se ha quedado sin gasóleo ruso. De los 1,4 millones de barriles diarios de gasóleo importados por la Unión Europea en 2019, la mitad, es decir, 685.000 barriles, procedían de Rusia. Una buena parte viene de las refinerías de Arabia Saudí con 285.000 barriles.

Claramente es un problema para Europa. Y no sólo es una cuestión de importar gasóleo ruso, también de Rusia se importan productos derivados necesarios para el refinado del crudo en gasóleo, recuerda Orvath.

¿Qué se puede hacer? Esa es la gran incógnita. La demanda es tan alta y la oferta tan baja que los precios explotan y nadie sabe muy bien cómo solucionarlo.

El gasóleo es el que más puede hacer descarrilar nuestra economía

Jeremy Weir, director general del broker en energía Trafigura, explicó en el Financial Times que entre 2 y 2,5 millones de barriles de la producción petrolera rusa desaparecerán del mercado mundial, repartidos entre el crudo y los productos refinados.

"El mercado del gasóleo está muy ajustado. Y se va a estrechar aún más", añadió. Y eso llevará a precios desorbitados, como mínimo, y a un desabastecimiento, en el peor de los casos.

¿Hay alguna solución?

El principal problema ahora mismo es cómo compensar la falta de petróleo y sus derivados que venían de Rusia. La problemática se puede resumir así: ¿De dónde importar más petróleo y dónde refinarlo para crear gasóleo? Y es que las refinerías europeas tienen dificultades para producir gasóleo debido al aumento de los precios del gas. Hay que saber que l gas se utiliza para generar hidrógeno para eliminar el azufre del gasóleo. Y en las condiciones actuales, no parece económicamente viable.

Estados Unidos y Canadá producen petróleo de esquisto, obtenido por fracking. Pero si bien sirve para fabricar plásticos, por ejemplo, no es apto para el gasóleo. Con las refinerías europeas que consideran que no es viable producir gasóleo se debería entonces importar petróleo con menos azufre.

El petróleo de Angola y Nigeria sería un candidato, pero son incapaces de aumentar sus extracciones, asegura Orvath. El resto de países productores, incluido Irán, tienen un petróleo con alto contenido en azufre.

Entonces, se podría comprar a otros países con grandes capacidades de refinado, pero tampoco parece una opción viable. China es uno de los principales exportadores de gasóleo, pero está reduciendo sus exportaciones para ahorrar combustible en casa. Incluso Arabia Saudí, uno de los principales proveedores de gasóleo de Europa, está comprando en lugar de vender.

Si nada cambia, a principios de abril, algunos países europeos podrían tener que restringir las ventas de gasóleo para conservar el suministro, aseguran desde el Washington Post.

La solución pasaría por una bajada del precio del gas para poder refinar en Europa un petróleo con alto contenido de azufre. Sin embargo, mientras hace dos años el MWh de gas costaba 20 euros, hoy no baja de los 100 euros y ha tenido picos de hasta 300 euros el MWh.

Así, para evitar un desabastecimiento, es posible que se acabe refinando el gasóleo en Europa, lo que llevará a un precio en el surtidor inasumible para muchos. Se avecinan tiempos complicados.

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