"El problema no es el precio, es que los coches chinos son realmente mejores". Y lo dice el CEO de una marca asociada a Volkswagen

A estas alturas ya sabemos que los fabricantes de coches chinos van camino de conquistar el mundo. O al menos esa es la intención, apoyadas por el estado chino. Una de las ventajas que tienen, y que ha provocado la puesta en marcha de aranceles restrictivos a los coches eléctricos chinos desde EEUU hasta Europa pasando por  Canadá, son los precios muy bajos de sus coches, posibles gracias a las ayudas estatales y una guerra de precios que les podría pasar factura. 

Pero los precios de esos coches no son el verdadero problema para las marcas occidentales, como hemos visto en Europa donde no eran drásticamente más baratos antes de los aranceles, sino que son coches simplemente mejores. Así lo cree RJ Scaring, el fundador y CEO de Rivian.

Coches eléctricos chinos: el problema no es el precio, sino que son mejores

En el podcast Plugged-In de InsideEVs, el director ejecutivo de Rivian, RJ Scaringe, habló largo y tendido sobre los vehículos eléctricos chinos y su posible impacto en la industria automovilística eléctrica estadounidense. El director ejecutivo cree que “todo el mundo” debería planificar sus coches teniendo en cuenta la llegada de los coches eléctricos chinos al mercado estadounidense.

De hecho, Scaringe afirma que la tecnología china debería preocupar a los fabricantes estadounidenses. “Lo alarmante, si se analiza el sector en su conjunto, es que la tecnología es mucho mejor”, afirma en referencia a la industria china de vehículos eléctricos. “Si yo fuera un fabricante ya establecido, me preocuparía menos por el coste y me centraría más en el hecho de que los coches son realmente mejores”.

Esa es la frase clave: “los coches son realmente mejores”. Ya no importa si los fabricantes de automóviles chinos se adelantaron a los occidentales, nipones y coreanos gracias a las inversiones del Gobierno, a los costes laborales ridículamente bajos o al aprovechamiento de la propiedad intelectual occidental, por decirlo suavemente, ahora se trata de una cuestión de producto frente a producto.

Y es algo que experimentamos todos los días en Europa. Los modelos chinos todavía no están a la altura de la mayoría de las propuestas de las marcas históricas en cuestiones de detalles o de comportamiento dinámico, simplemente porque todavía no están adaptados al 100% a los gustos europeos. 

Pero la tecnología, especialmente cuando hablamos de baterías o software, es suficientemente avanzada para que marcas como Renault confíen en marcas chinas para el desarrollo de nuevos modelos, como el futuro Renault Twingo eléctrico, o que Volkswagen haya ido a pedir ayuda a XPeng, así como a Rivian, para su software.

En todo caso, aunque los coches sean mejores, los fabricantes chinos tienen todavía un largo camino por recorrer si desean vender sus productos en el mercado estadounidense. Los reguladores y fabricantes de automóviles estadounidenses adoptan constantemente una postura proteccionista frente a los fabricantes extranjeros, y esto es aún más cierto en el caso de los coches procedentes de China, uno de los países con los que Estados Unidos mantiene una relación política, digamos, delicada. El riesgo para ellos es quedarse fuera de juego, mientras las marcas chinas siguen avanzando.

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Imágenes | Richard Truesdell, XPeng, InsideEVs, Peugeot

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