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Estas son las 8 multas que nos han dejado sin blanca este verano

Ya se sabe que el verano es época de mucho gasto, con las vacaciones de por medio, las copas con los amigos, el abono de la piscina, el campamento del niño… A ello hay que sumarle los gastos asociados a nuestro coche si salimos de viaje: el combustible (sobre todo si no contamos con un híbrido de Toyota), la revisión en el taller antes de salir, el parking en nuestro destino… y por supuesto, las multas si no hemos sido responsables al volante. Como dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, las infracciones suelen repetirse cada verano y casi podemos recitarlas de memoria. Estas son las multas que nos han dejado sin blanca este verano.

El radar no es nuestro enemigo

En verano, los radares son protagonistas en la carretera. Como nos gusta pisarle de más al coche, y pensamos que merece la pena el tiempo que podamos acortar, tendemos a sobrepasar los límites de velocidad. Y como tampoco parece que escarmentemos con los datos de siniestralidad, nos tienen que poner radares para tocarnos donde más nos duele: el bolsillo. Las sanciones varían en función del límite de velocidad y de por cuánto superemos ese límite, pudiendo haber recibido sanciones de entre 100 euros a 600 euros y 6 puntos del carnet. Sabemos que no, pero evidentemente si alguna vez nos pusiéramos en plan kamikaze (superar en 80 km/h el límite) sufriríamos la retirada del carnet e incluso penas de cárcel.

No, el coche no es la piscina

Ya lo decíamos en Espacio Toyota. Aunque nuestro vehículo sea de nuestra propiedad, no podemos comportarnos como si estuviéramos en nuestra casa. Ni tampoco como si estuviéramos en la piscina o la playa. En verano muchos de nuestros trayectos han sido para bañarnos, y nos entran ganas de ir cómodos y fresquitos: conducir en chanclas, ir en bikini o con el torso desnudo, tumbarnos con los pies en el salpicadero o por fuera de la ventana… Todas estas formas y posturas nos entorpecen al volante, son motivo de distracción o pueden habernos causado mayores daños en caso de que hubiéramos tenido un accidente. Y todo ello está prohibido ex professo en los artículos 17.1 y 18.1 del Reglamento General de Circulación, pudiendo ser sancionados con entre 80 y 200 euros por alguna de estas acciones. Para ir más fresquitos, ya tenemos el aire acondicionado de serie en Toyota o la opción de techo solar o capota en modelos como el AYGO.

Inhibidores, arma de cobardes

En España, la DGT nos lo pone fácil con los límite de velocidad, pues su afán es disuasorio y no recaudatorio como muchos aseguran. Por eso, la institución publica la ubicación de la mayoría de los radares fijos y móviles, y permite que navegadores y asistentes a la conducción los recoja en sus bases de datos. Sin embargo, aún hay gente que quiere saltarte a la torera esta vigilancia, y recurre a inhibidores de radar para evitar ser cazados en su carrera. Usar un inhibidor es de los actos más ruines que podemos llegar a hacer con nuestro coche, pues mostramos nuestra intención de saltarnos la ley deliberadamente, nos ponemos en peligro a nosotros y a otros conductores, y podemos dañar un costoso aparato de propiedad pública. Por eso la sanción por portar un inhibidor es de 6.000 euros y 6 puntos.

Beber agua también puede ser multable

El viaje de nuestras vacaciones probablemente haya sido largo; es la gracia de esos días, cambiar de aires y desconectar de tu día a día en algún lugar alejado de nuestra ciudad. Y mientras recorríamos kilómetros, habremos pasado calor y nos habrá entrado sed, por lo que beber agua se hace casi imprescindible. Y es de hecho una de las recomendaciones básicas para conducir frescos y atentos a la carretera. Pero ojo, para hidratarnos deberíamos haber hecho parada y beber con el coche completamente parado. Como conductores, el gesto de coger una botella y llevárnosla a la boca nos distrae y entorpece al volante, por lo que es motivo de sanción con multa de 100 euros.

¿Familia demasiado numerosa?

Hace quince o veinte años era relativamente normal viajar con la familia al completo, incluyendo la abuela, el primo y los niños encima. Ahora todos tenemos claro que es ilegal viajar con más pasajeros que número de plazas, pero lo vemos menos grave si el trayecto es corto: a la piscina, al río, a la discoteca de verano… Si lo hemos hecho, nos hemos expuesto a multas de 80 euros, como norma general; o si nos hemos pasado en más de un 50%, a multa de 500 euros, pérdida de 4 puntos e incluso la retirada del carné tres meses. ¿Que cuántas son las personas que podemos llevar en el coche? Fácil, tantas como cinturones de seguridad haya. En modelos como el Prius+ encontraremos hasta 7 plazas disponibles.

La carretera no es un basurero

Cómo decíamos en el punto anterior, los viajes en verano se nos pueden hacer muy largos. Es por eso por lo que, además de beber, nos habrán entrado ganas de picar algo, bien por hambre o bien por simple aburrimiento. Si este ha sido nuestro nuestro caso, nos puede haber entrado la tentación de deshacernos de los restos por la ventana: latas de refresco, envoltorios de bollería, cáscaras de pipas o chicles... Todos estos restos pueden haber entorpecido o asustado a otros conductores detrás nuestro, con el peligro que ello conlleva. Y por ello podemos ser sancionados con multas que van desde los 200 euros, para los casos más leves, hasta los 9.800 euros, para los más graves. Peor aún es si lo que hemos arrojado es una colilla; si provocamos un incendio, podemos enfrentarnos a penas de… ¡tres a seis años de prisión! No seamos cafres, que Toyota aún monta cenicero en sus distintos modelos.

El casco siempre. ¿En serio tenemos que decirlo?

Lo sabemos, motero o motera. Este verano ha hecho mucho calor, y más cuando nos parábamos en un semáforo con el casco puesto. Los famosos tampoco dan mucho ejemplo y mola mucho verles con la melena al viento. Pero llevar el casco desabrochado o colgado del brazo no es una opción, por muy corto que sea el trayecto que vamos a realizar. Prescindir del casco aumenta un 40% las lesiones craneales graves, y son esas lesiones en la cabeza la principal causa de mortalidad entre los motoristas. Por eso, que nos hayan multado con 200 euros por no llevarlo es lo menos que nos puede pasar.

El GPS no es el móvil, pero distrae igual

Si este verano hemos viajado a un sitio diferente al de otros años, o si hemos ido a un lugar poco habitual para nosotros, es muy posible que hayamos tirado de GPS (o de móvil) para guiarnos hasta nuestro destino. Es muy probable que, tal como marca la ley, hayamos programado la ruta antes de ponernos en marcha; pero por desgracia, también es muy probable que, si hemos tenido que modificar algo sobre la marcha, lo hayamos hecho sin parar el vehículo. Con ello no sólo nos hemos expuesto a ser multados con 200 euros, sino a conducir más de 600 metros completamente a ciegas.

Estas son las infracciones en las que reincidimos cada verano, algunas muy tontas pero todas evitables. Si sumamos todas las multas, es muy probable que efectivamente nos quedemos sin blanca. Pero lo que es más raro es que, siendo tan cafres, acabemos sanos y salvos cada verano.

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