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Cuando tu coche empieza a hacer un agujero en el bolsillo es momento de cambiar

Las averías de nuestro coche son de los peores momentos que podemos vivir como propietarios. Sea el motivo que sea (por accidente, por nuestra propia negligencia o simplemente por el desgaste), a medida que pasan los años se nos plantea cada vez más el dilema entre reparar o cambiar de vehículo. Nos jugamos mucho dinero, y necesitamos poder tomar decisiones con la cabeza bien fría.

Las averías que más daño harán a nuestra cartera

Todos hemos contenido la respiración alguna vez cuando se nos ha encendido algún piloto de aviso del cuadro de mandos. O si vemos que algo nos deja de funcionar, en seguida nos ponemos a echar cuentas de por cuánto nos va a salir la broma.

RACE nos enumera aquí las averías más caras que puede sufrir nuestro vehículo; en el precio puede influir por supuesto el mayor coste de las piezas de recambio, pero también las horas de mano de obra si se trata de una reparación especialmente compleja.

  • El aire acondicionado, el fresquito que nos trae de cabeza: 3,5 horas de mano de obra y 1.380 de reparación.

  • Las bielas, la reparación más lenta: 20 horas de mano de obra y 1.450 euros de reparación.

  • El filtro de partículas, el terror de los diesel: 1,5 horas y 1.630 euros

  • El bloque de motor, por nuestros acelerones: 17 horas de mano de obra y 1.650 euros de coste.

  • El cigüeñal, la avería más inaccesible: 18 horas de taller y 1.680 euros de coste.

  • Los inyectores, reparación sencilla pero costosa: 1,5 horas de mano de obra y 1.750 de coste.

  • El volante motor, si te cuesta meter las marchas: En torno a 12 horas de reparación en taller, y unos 1.700 euros de coste.

  • El turbo, la pesadilla de los deportivos: 5,5 horas de mano de obra y 3.000 euros de coste.

  • La culata, fundamental para nuestro motor: 17 horas de mano de obra y 3.600 euros de coste.

  • Caja de cambios, el rey de las averías: 9 horas de mano de obra y 4.850 euros si es manual. 10 horas y 7.650 euros si es automático.

La Regla del 50%: cuando el mantenimiento se vuelve demasiado caro

Es fácil perder la objetividad y entrar en una espiral de gastos si le tenemos demasiado apego a nuestro coche, sobre todo si se trata simplemente de costes de mantenimiento. De manera general, sabremos que ha llegado el doloroso momento de la separación cuando los gastos de reparaciones y mantenimiento superen los del propio valor venal del coche.

También es fundamental poder hacer un ejercicio de "videncia", y saber anticiparse a los gastos que vendrán después. Es la gran incertidumbre que sufrimos ante la decisión de acometer o no una reparación especialmente costosa: ¿Valdrá la pena? ¿Qué vendrá después? Aquí entra en juego la antigüedad del propio vehículo, no sólo por que los gastos sean cada vez mayores, sino también por el coste total de adquisición en su momento y que ya hayamos amortizado. Aquí puede jugar un papel importante de consejero nuestro mecánico de confianza, que nos pueda informar con franqueza de los gastos futuros que puede tener nuestro vehículo.

Ya hemos hablado en Espacio Toyota sobre la Regla del 50% y cómo debemos aplicarla. Cuando las reparaciones de nuestro automóvil cuestan más de la mitad de su valor, es el momento de cambiarlo. Podemos hacer un cálculo rápido de este valor teniendo en cuenta que un vehículo pierde el 18% en el momento de la matriculación, un 10% anual durante los 6 primeros años, y un 5% anual de ahí en adelante.

12 años de antigüedad, ¿fecha de caducidad de nuestro vehículo?

La asociación de distribuidores AMDA se atreven a dar una fecha de caducidad en este artículo. Según sus cálculos, cuando nuestro vehículo supere los 12 años de antigüedad, es el momento de cambiarlo por otro nuevo. Influyen por supuesto los gastos de mantenimiento, que a partir de esos años se disparan con la sustitución de piezas importantes como los frenos, los amortiguadores o la correa de distribución. Pero también por otros muchos motivos, como el mayor consumo de combustible o la propia seguridad del vehículo.

A este respecto no puede estar más de acuerdo la DGT, que ha alertado por activa y por pasiva del aumento de la antigüedad media del parque automovilístico español, y en concreto de los vehículos implicados en accidentes mortales. Según la institución vial, la edad media de los turismos en los que viajaban víctimas mortales era de 13,6 años; establece además una relación directa entre la antigüedad y la probabilidad de sufrir un accidente, en parte por la mayor probabilidad de sufrir una avería o contar con elementos defectuosos u obsoletos.

Son cifras muy significativas, sobre todo teniendo en cuenta que según la asociación de fabricantes ANFAC, la edad media del parque automovilístico español es de casi 12 años. Y que según la patronal de los concesionarios FACONAUTO, la previsión para 2020 es que el 65% de los vehículos de nuestro país superen los 10 años de edad.

¿Le demostramos los españoles demasiado apego a nuestros vehículos? Está claro que influyen motivos económicos; pero parece claro que, a la hora de decidir o no continuar con nuestro automóvil, es fundamental saber marcarse determinadas líneas rojas como las que hemos visto en este artículo.

Imágenes | iStock: AndreyPopov, jacoblund, InnerVisionPRO.

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