Dodge resucita el apellido Super Bee con un Charger muy bestia antes de enterrar al V8 de gasolina

En el mundo del motor hay ciertos apellidos que no necesitan presentación y Super Bee es uno de ellos. Puede que en el Viejo Continente no sea tan conocido, pero en América es toda una institución, junto al mítico logotipo de la abeja que lucía esta gama de Dodge a finales de los años 60.

Lo estrenó el Dodge Coronet en 1968 para ofrecer un muscle más salvaje a los clientes de la marca. Resucitó en 2007 de la mano del Dodge Charger y ahora, renace otra vez de sus cenizas en forma de edición especial, también con el Dodge Charger Super Bee.

La segunda de las siete oportunidades

Dodge ha recuperado el apellido Super Bee para dar nombre a la segunda de las siete ediciones limitadas “Last Call” que despedirán a los Dodge Charger y Challenger con motor V8 antes de que se electrifiquen.

El modelo que inauguró esta colección fue el Dodge Challenger Shakemaker y la fórmula del Dodge Charger Super Bee es similar: producción limitada a 1000 unidades, 500 de ellas con carrocería convencional y las otras 500 con la opción ensanchada, denominada Pack Widebody. Cada una tiene un color específico y no hay otros disponibles.

Mientras que el Charger Super Bee de carrocería estándar apuesta por el azul (B5 Blue), el Widebody tiene un llamativo color morado denominado Plum Crazy.

El primero lleva llantas de aleación de 20 pulgadas y el segundo monta unas de 18” calzadas en neumáticos de 315 mm de sección preparados para las carreras de tipo Drag (aceleración).

Ambos comparten vinilos específicos con el logotipo Super Bee en el capó y los laterales inspirados en los que decoraban el exterior del Dodge Coronet Super Bee hace más de cincuenta años. También se diferencian del resto de Charger por los emblemas de la parrilla y los pasos de rueda delanteros.

Además, su equipamiento de serie incluye una entrada de aire funcional en el capó, colas de escape negras de la división SRT de Dodge, frenos Brembo con pinzas de cuatro pistones pintadas en rojo.

Dodge Coronet Super Bee de 1970

También cuentan con kit de pasadores negros para sujetar el capó firmado por Mopar y suspensión adaptativa con un modo de conducción específico para las Drag Race.

“El Dodge Super Bee es más que una conmemoración de un nombre histórico, también es una variante del Charger basada en el Challenger 1320, un coche de carreras que se puede conducir por la calle”, ha dicho Tim Kuniskis, CEO de Dodge.

“La edición especial Dodge Charger Super Bee 2023 convierte una vez más a un Dodge en un coche que se siente igual de cómodo en la calle o en la pista de carreras”, añade Kuniskis.

Dodge Charger Super Bee de 2007

De la misma forma que el Dodge Challenger Shakemaker, el nuevo Dodge Charger Super Bee utiliza el motor V8 HEMI de 6.4 litros y 490 CV que se despedirá con esta generación de ambos muscle.

La siguiente entrega de los Dodge Charger y Challenger será la primera electrificada, aunque seguirá contando con mecánicas de combustión, especialmente en las versiones de acceso, que utilizarán bloques de seis cilindros.

Primero llegará la electrificación parcial y más tarde aterrizará en las calles la versión de producción del Dodge Charger Daytona SRT Concept completamente eléctrico.

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