Este anuncio del Ford Mustang ha sido baneado absurdamente por incitar a la conducción agresiva

Estamos en una época en la que la facilidad de acceso a la información, la falsa proximidad de las redes sociales y la sencillez para elevar nuestras opiniones desde nuestros smartphone está cambiando la forma de mirar al mundo. Tanto es así que, quizá, nos estamos convirtiendo en seres humanos con la piel excesivamente fina.

Puede que haya sido por eso por lo que Ford ha tenido que retirar un anuncio del nuevo Ford Mustang en Reino Unido. Un anuncio que llama al placer de conducir como una vía de escape a las tensiones del día a día donde algunos han visto algo más de lo que se enseña.

"El anuncio en su forma actual incita a liberar la rabia acumulada en el día a día"

De hecho, después de haber visto el vídeo, tratándose de todo un icono como el Ford Mustang nos parece un comercial bastante inocente. No le ha parecido lo mismo a las 12 personas que se han quejado a la Advertising Standards Authority (ASA, que sería como el homólogo de nuestra Autocontrol), argumentando que este tipo de mensajes pueden incitar a la conducción agresiva.

ASA ha argumentado que además de la manera en la que el Mustang sale del aparcamiento, el poema de Dylan Thomas que se recita de fondo incita a actitudes violentas detrás del volante para liberar la agresividad contenida con la frase: "Rabia. Rabia, contra la muerte de la luz".

Según la sentencia de ASA, el anuncio infringe el artículo 19.2 del Comité de Prácticas Publicitarias que postula que "las comunicaciones no deben alentar a la conducción insegura o irresponsable", obligando a que el anuncio en su forma actual sea retirado.

¿Te acuerdas del '¿te gusta conducir?'? Gente conduciendo sus BMW acariciando el aire con la mano por la ventanilla podrían estar ahora peor vistos. Vale que no son comportamientos totalmente correctos al volante, pero no hay que perder de vista que son justo eso, ficciones publicitarias. Igual que nadie se pondría a hacer danza sincronizada sobre hielo con un Alfa Romeo Stelvio y un Alfa Romeo Giulia, por poner un ejemplo.

Y hablando de anuncios no podemos evitar acordarnos de aquel fantástico ejercicio de marketing realizado por un cineasta para vender el viejo Honda Accord de 1996 de su novia. Un anuncio en el que el precio arrancaba en 499 dólares y las pujas en eBay subieron más allá de los 150.000 dólares pero misteriosamente fue borrado. Dos veces.

Finalmente una empresa de compraventa de vehículos ofreció 20.000 dólares por el Accord con más de 220.000 km, pero la locura siguió hasta ofrecer 5.000 dólares por el gato, 2.000 dólares por la taza y 3.500 dólares por la cafetera. Un ejercicio de cómo vender coches de segundamano similar al de este otro fantástico Peugeot 206 argentino. Te dejamos ambos a continuación para que disfrutes de ellos:

Aprende, Tesla. No hace falta mandar un Roadster al espacio.

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