The Clone Wars: SEAT Arona vs Renault Captur. Estas son las diferencias entre ambos

El SEAT Arona, el nuevo B-SUV de la marca española, se desveló ayer por primera vez ante un público selecto. El diseño que lógicamente recuerda al del resto de la gama, también fue algo criticado por recordar al Renault Captur, uno de los líderes de este segmento.

Es algo que ya se vio y comentó con la magistral operación de marketing orquestada unos días antes por SEAT en los cielos de Barcelona. ¿Entonces, realmente se parecen tanto los dos coches?

Ese extraño proceso creativo

El proceso creativo de cualquier obra es complejo y muchas veces nadie sabe realmente expresar cómo se crea. Sabemos que hay una mezcla de las vivencias del autor, de otras obras que ha visto -hayan o no tenido una influencia de manera consciente en él-, de la moda quizá, del estado de ánimo, de técnicas clásicas o nuevas y un sinfín más de imputs del mundo exterior.

En un automóvil a todo ello hay que añadir los imperativos legales (faros a 500 mm del suelo como mínimo, protección de peatones, pruebas de choque, etc) y técnico (motor transversal o longitudinal, favorecer el paso por curva o la habitabilidad, etc). Y luego están los de marketing y directivos, es decir, los que dan el OK para seguir invirtiendo en ese nuevo modelo. Y muchas veces, el equipo de diseño tiene que defender su punto de vista, a veces con éxito y otras no.

Entiendan o no de originalidad, de crear tendencias o de diseño a nivel personal, es irrelevante. Nos les pagan por eso sino para determinar lo que el mercado quiere. Y la presión es elevada, pues deben acertar. De ellos depende que el coche reciba la inversión necesaria para triunfar, que luego tirunfe efectivamente y así la marca siga ganando dinero y manteniendo sus fábricas y los miles de empleos directos e indirectos que dependen de su éxito.

Todo esto para explicar por qué, a veces, tenemos la sensación que los coches se parecen todos los unos a los otros. Lo hemos visto en el seno de una misma marca (explicamos el porqué de tanta fotocopiadora aquí) y en ocasiones incluso entre modelos de dos grupos rivales.

Las líneas claves

Con solo unas líneas claves o maestras, sabemos que se trata de un Porsche 911. Es algo válido para cualquier automóvil y nos sirve para explicar porque vemos parecidos, incluso cuando no los hay.

La mayoría de las veces los modelos son en realidad muy diferentes, pero basta con algunas líneas que atraigan al ojo para que nos quedemos con que los coches son iguales. Y es que en automóvil como en cualquier otro bien de consumo, el diseño de un producto se puede resumir en unas pocas líneas claves.

Todos conocemos el diseño clave del Porsche 911. En efecto, son esos trazos maestros que nos hacen decir que en 50 años el 911 no ha cambiado. Obviamente sí ha cambiado y mucho, pero la esencia de su estilo sigue ahí, más presente que nunca.

En el caso del SEAT Arona y del Renault Captur han concurrido una serie de circunstancias impuestas por el mercado y otras de estilo para que se produzca ese parecido razonable. No sabemos si ha sido intencionado o no, pero que tienen trazos maestros en común es indudable.

Las dimensiones del coche, dictadas por el segmento en el que se va a mover, hacen que en ocasiones los volúmenes de varios coches de grupos diferentes sean iguales. Así, con tan sólo 16 mm más de largo y 2 mm más de ancho con respecto al Renault Captur, los diseñadores de SEAT no tuvieron mucho margen de maniobra para crear unos volúmenes en los que los imperativos técnicos (packaging, motor y transmisión,etc), legales y de mercado (habitabilidad, por ejemplo) cupiesen.

Renault CapturSEAT Arona
Largo4.122 mm4.138 mm
Ancho1.778 mm1.780 mm
Alto1.556 mm1.543 mm
Batalla2.606 mmn.d.

Una sola línea lo cambia todo

Sin embargo, las líneas maestras son las que van a diferenciar el producto o provocar que el público vea un parecido razonable, aunque no lo haya. Y este es el caso del SEAT Arona y del Renault Captur. Como vemos con las líneas maestras, los coches son diferentes. El Arona juega con las lineas rectas, trapecios y triángulos -como en los León, Ateca e Ibiza-, mientras que el Captur apuesta por formas muy redondeadas y musculosas.

El problema es que ambos coches apuestan por una línea lateral que asienta las lunas idéntica. Y si además, el SEAT Arona juega con las mismas combinaciones de colores que lo hace el Renault Captur, metes el parecido razonable en la mente del público.

No sabemos si ha habido voluntad o no de meter esa idea en la mente de todo aquel que vea el coche. Y de todos modos, da un poco igual. Las marcas no están para que los petrolheads y lectores de medios del motor estemos contentos, las marcan están para vender coches. Y si para eso hay que seguir los pasos del líder o hacerle un guiño, pues se hace. Lo importante es que el cliente adquiera el coche y esté contento con su compra.

Además, si el “parecido” (entre comillas porque hemos visto que no existe) permite al público situar al Arona directamente como rival del Renault Captur por asociación con éste, es un punto a favor de SEAT. Y es que no hay nada peor que un coche que no sabes a qué segmento pertenece cuando llega al mercado, pues desconcierta al cliente (¿es muy grande? ¿demasiado pequeño?) y se va a la competencia.

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