¿Actualizará el Gobierno los límites de velocidad?

La Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados ha dado su respaldo a una proposición no de ley del Partido Popular. En dicha propuesta se pide al Gobierno que actualice los límites de velocidad “obsoletos o inadecuados” que hay en nuestras carreteras, adecuándolos a la Unión Europea.

El respaldo ha sido unánime, y conviene matizar que la revisión no implica que sean siempre al alza, también puede suceder a la baja. El objetivo es hacer que los conductores respeten más los límites al verlos más creíbles y correspondientes al nivel de riesgo real.

Desde el PP se ha señalado que es un momento propicio para abrir el debate sobre los límites de velocidad máximos, en este momento 120 km/h en nuestro país. Se ha puesto como ejemplo Alemania, Francia o Italia, donde tienen límites genéricos de 130 km/h. No es la primera vez que se propone dicha cifra.

El Grupo Parlamentario Socialista no está por la labor, aducen que unos límites de velocidad inferiores reducen los siniestros. Seamos honestos, aunque la praxis de la DGT no es del gusto de todos, la reducción de siniestralidad (considerando muertos y heridos) es uno de los éxito claros de la era Zapatero (2004-hoy).

La posibilidad de plantearnos revisiones al alza es más bien mínima, aunque sea por la única razón de no invertir la tendencia continua de descensos de siniestralidad desde 2003 (*) mientras agotan la legislatura. Mediáticamente les haría mucho daño un revés en ese sentido.

No obstante, desde CiU han pedido que los radares se coloquen más en zonas donde tengan más utilidad en cuanto a la seguridad y menos hacia la recaudación, es decir, colocar los cinemómetros en lugares conflictivos y no de baja probabilidad de siniestros, donde es más fácil “pillar” a la gente.

En la Comisión se ha hablado de diversos estudios que dicen que el 85% de los conductores excede por muy poco los límites de velocidad, entre 10 y 20 km/h, incrementos muy poco relevantes desde el punto de vista de la seguridad. Algunos límites pueden revisarse al alza para incentivar su cumplimiento voluntario.

De producirse semejante alza, cabría plantearnos si entonces hay que revisar los intervalos de sanción. Me explico. Si el límite es 120 y me lo salto en 20 km/h, voy a 140, que me supondrían 100 euros de sanción. Pero si hay un límite 130 y voy a 150, ¿deberían sancionarme también con 100 euros, o con 200 euros y puntos?

Otra forma de plantearnos la idoneidad de los límites es que se justificase mediante una señal el porqué de esa limitación, que no siempre es evidente, y que puede llevar a pensar, erróneamente, que es una limitación con el único propósito de sancionar y por tanto recaudar.

Si nos ceñimos al ámbito europeo, dudo bastante que se eleve el límite máximo de velocidad más allá de los 130 km/h, aunque haya tramos de Autobahn (no todas, ni todo el rato) donde no hay límites en Alemania, o haya algunas autopistas de Italia donde hay soporte legal para permitir 150 km/h, con un límite genérico de 130 km/h.

Es importante saber esta realidad para no llevarse a engaños. La velocidad máxima, genérica, de ámbito europeo, son 130 km/h. Además de las dos excepciones que he comentado, tenemos un par de islas que carecen de límites de velocidad pero no son ejemplos representativos. 130 km/h es una buena cifra.

No sabemos en qué va a acabar esta proposición no de ley, que no tiene por qué acatarse, y que puede que no se acate. No es la primera vez que se pide al Gobierno una revisión de límites, ni la primera vez que se investiga qué límites son adecuados o menos adecuados, para corregirlos.

¿Cómo definir límites de velocidad justos y creíbles?

Hay varios factores a tener en cuenta, y cada parte interesada tiene su propio factor fundamental. Debe ser un compendio que cumpla con todos los criterios, de forma adecuada, teniendo en cuenta lo siguiente, entre otros aspectos:

  • Una correcta movilidad en términos de rapidez
  • Que minimicen diferencias de velocidad entre los vehículos que las usen (al loro con el vídeo)
  • Adecuación a la climatología o circunstancias cambiantes, esto nos lleva a la señalización variable
  • Compatibilidad con la seguridad vial
  • Que el conductor relacione las diferencias de limitación con causas concretas, para advertir de los peligros reales, como cercanía a incorporación en cambio de rasante, o firme más peligroso, o de cualquier otro tipo
  • Ser coherentes con la tecnología de los vehículos y las aptitudes de los conductores
  • Favorezcan el interés general y el bienestar colectivo

Es decir, la gente tiene la tendencia a cumplir con los límites si les encuentra justificación, pero si no ve ninguna, puede acabar pensando únicamente en ánimo recaudatorio, cuando esa no es la finalidad de las limitaciones, sino causas justificadas. Un límite poco creíble es más fácil que sea violado.

A día de hoy existe un divorcio ideológico entre muchos conductores y la Administración. Estamos de acuerdo en que hay limitaciones poco creíbles, pero la mayoría tienen su sentido, aunque nada lo indique, incluso las limitaciones genéricas. Y hay quien piensa que las limitaciones no son para ellos.

Cuanto más adecuadas, creíbles y ajustadas a la realidad sean las normas, mejor. Si las sanciones se ajustan más a justicia y son justificadas, mejor aún. Y que el conductor crea en todo esto favorece el cumplimiento de las normas, que cuando se cumplen masivamente, el riesgo real es menor.

El sector público tiene aquí una gran responsabilidad en hacer buenas normas. Los conductores tenemos la nuestra de acatarlas en pro de la sociedad, dejando al margen necesidades, opiniones o gustos individuales. A ver qué sale de esta propuesta, aunque me temo que no va a llegar a ningún lado.

Sin embargo, como ya he dejado caer, intuyo que el Gobierno actual hará lo posible para evitar cualquier repunte en la siniestralidad que pueda suponer otro revés para ellos, más aún teniendo la cercanía de las elecciones generales en 2012. No querrán que se les critique en ese sentido.

De acuerdo, la DGT se ha vuelto más persecutoria, la mano dura se va imponiendo, los márgenes se reducen y cada vez más nos interesa cumplir con las normas, aunque nadie nos esté viendo. A cambio, otro sector de la sociedad lo entiende, lo justifica, y lo defiende, porque el resultado son menos muertos y menos heridos.

Elevar límites de velocidad difícilmente es algo que reduzca las cifras de siniestralidad, idealmente puede mantenerlos o en peor caso, empeorarlos. Este año también parece que la tendencia bajista continua, por eso albergo muy pocas esperanzas en revisiones al alza. Y si las hay, que nadie espere más de 130 km/h como tope.

NOTA: La reducción de siniestralidad está comprobada tanto con muertes a 24 horas como a muertes a 30 días (hasta 2008).

Fotografía | SubtlePanda (I), M. Peinado (II), Thristian (III), Rainer Ebert (IV), dtsomp (V), Mava (VI)
Vía | prSeguridadVial
En Motorpasión | Italia sube el límite velocidad a 150 km/h, Acerca de la velocidad media de las Autobahnen y sus normas, La DGT va a revisar límites de velocidad donde hay radares, El Congreso estudiará el aumento de los límites de velocidad

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