¿Quién da más? El Renault Scénic Vision es un SUV eléctrico con 10 pantallas a bordo y que nos adelanta el aspecto del futuro Scénic

El Renault Scénic ha dejado de fabricarse a principios de mayo. Dijo adiós de forma discreta tras varios años de superventas, siendo uno de los líderes del segmento de los monovolúmenes. Todavía se fabricará unos meses la versión larga Grand Scénic, pero dejara de fabricarse también dentro de unos meses.

Treinta años después de su lanzamiento, el Renault Scenic volverá al mercado en 2024. Pero ya no lo hará como monovolumen, sino como un SUV eléctrico.

Para ir abriendo boca, Renault ha presentado el Renault Scénic Vision. El Renault Scénic seguirá la nuevo lenguaje estético de la marca y se convertirá en el hermano mayor del Mégane E-Tech eléctrico. Al igual que éste, saldrá de la fábrica de Douai (Francia).

El Scénic Vision mide 4,49 metros de largo, es decir, 9 cm más que el Scénic que ha dejado de fabricarse. Debido a su plataforma eléctrica, específica, tiene una distancia entre ejes de 2,83 m (10 cm más larga con respecto al Scénic).

Sin embargo, el coche destaca sobre todo por su diseño, que a pesar de querer seguir el lenguaje estético de la marca, según sus creadores, rompe también con lo establecido en la marca.

Su silueta es maciza y sencilla, es la de un SUV familiar, pero el tratamiento de las superficies no es propio de Renault. La marca nos tiene acostumbrados a formas suaves, sin aristas, mientras que el Scénic Vision parece hacer suyo las superficies complejas propias de Lexus o el 'Flame Surfacing' de cuando Chris Bangle estaba al frente de BMW. Y para colmo, es inevitable ver bajo ciertos ángulos una pizca de CUPRA y de Skoda Enyaq.

En todo caso, el diseño es llamativo, a pesar del color negro del coche, y tiene detalles curiosos, como las llantas de 21 pulgadas que equipan aletas móviles para optimizar la aerodinámica a altas velocidades y la refrigeración de los frenos por debajo de 10 km/h.


A nivel mecánico, el Scénic Vision rompe también con lo habitual en estos casos. Sí, es un coche eléctrico, pero con pila de combustible de hidrógeno. El sistema de propulsión del Scénic Vision se compone del motor eléctrico de 220 CV (es el del Mégane E-Tech) asociado a una batería de 40 kWh y a una pila de combustible de hidrógeno de 15 kW para cargar la batería en movimiento.

Renault calcula que, a partir de 2030, la red de puntos de repostaje de hidrógeno será tal que será posible recorrer 800 kilómetros sin detenerse a cargar, y que los conductores sólo tendrán que parar cinco minutos para rellenar el depósito de hidrógeno.

Gilles Vidal, jefe de diseño de Renault, ha confirmado que las líneas del concept car son una aproximación muy cercana a las del vehículo de producción que se espera para dentro de dos años. Sin embargo, para no desvelar demasiado pronto todas sus bazas, el Scénic guarda algunos secretos y mantiene algunos sobre su interior.

Un interior sin salpicadero, pero con 10 pantallas

Por ello, el interior del concepto es vanguardista y futurista, y por tanto poco realista. De hecho, las puertas traseras que se abren en direcciones opuestas y la estructura sin pilar central no llegarán a la fase de producción. El Scénic de 2024 tendrá un pilar B y puertas de apertura clásica.

En el interior, el salpicadero, como tal, no existe. Bueno, sí, en realidad es una pantalla que ocupa todo el ancho en la base del parabrisas. En ella se proyectan todas las informaciones necesarios (velocidad, estado de carga, navegación, etc).

Este equipamiento, que se extiende de un pilar a otro, pretende "borrar" el capó y la parte delantera del vehículo. El objetivo de Renault aquí es proporcionar al conductor una mejora del 24% en la visibilidad y un aumento de 6,7 grados en el ángulo de visión. Es algo que debería repercutir de forma positiva conduciendo en ciudad.

La pantalla que hace oficio de salpicadero no es la única. De hecho, el Scénic Vision tiene más pantallas que un BMW i7: hay diez pantallas repartidas por todo el habitáculo. El objetivo es ofrecer un acceso directo a una función sin tener que recurrir a una plétora de menús y submenús en la pantalla principal.

Es decir, se han sustituido botones físicos que tenían una función por pantallas que tiene una o dos funciones. ¿Es necesario? No. ¿Aporta algo en términos de ergonomía? No. ¿Supone un economía para el fabricante? No, de hecho, sería más caro que usar botones. En realidad, es un arsenal digital únicamente presente para el espectáculo como lo demuestra el servicio conectado entre pasajeros.

Algunas de esas pantallas sirven para que los cuatro pasajeros estén conectados. Pero no con el mundo o con un app, sino entre ellos. Pueden hablar entre ellos a través de los micrófonos de los reposacabezas y ya no tiene que darse la vuelta o acercarse: los pasajeros de la parte delantera tienen a los de la trasera en una pantalla dedicada.

Por suerte, la versión de serie del Scénic debería tener muchas menos pantallas. Sin embargo, esto abre el campo de posibilidades y sugiere futuros diseños de interiores para la marca de aquí a 2030. En todo caso, el Scénic de serie, debería contar con un salpicadero inspirado en el diseño de los del Renault Mégane E-Tech y Renault Austral.

El volante tiene una forma de joystick que recuerda más a los mandos de un avión que a un clásico volante. El interior está tapizado en tela blanca reciclada y reciclable. Y no es sólo la tapicería, buena parte de los materiales que componen el interior son reciclados. De hecho, los diferentes poliéster que lo componen están diseñados para ser reutilizados infinitamente.

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