Probamos el Renault Clio: un utilitario híbrido de 160 CV que gasta todavía menos que antes y se disfruta al volante

  • Es la sexta generación del Renault Clio

  • Ya está a la venta con tres acabados y tres motorizaciones: gasolina, GLP e híbrido

Álvaro Ruiz

Casi 17 millones de unidades vendidas en todo el mundo y 35 años a sus espaldas. Esa es la carta de presentación de uno de los modelos más importantes de la historia reciente de Renault: el Renault Clio.

Evidentemente, a lo largo de estas tres décadas y media, este utilitario que ocupó el hueco del Renault 5 en 1990 ha cambiado mucho, pero es ahora cuando se enfrenta a su mayor transformación, con el lanzamiento de su sexta generación.

La reinvención del Renault Clio

Si bien es cierto que la sexta entrega del Renault Clio utiliza la misma plataforma que el modelo anterior, es decir, la arquitectura modular CMF-B de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, tiene una batalla más larga y crece mucho por fuera, lo bastante como para convertirse en uno de los utilitarios más grandes del mercado.

Mientras que el Renault Clio de 2019 medía 4,05 metros de largo, este nuevo Clio se alarga casi 7 cm y llega hasta los 4,12 metros. Para que te hagas una idea, el primer Renault Clio medía 3,71 metros de largo y en ese momento, el compacto que vendía la marca gala era el Renault 19, un modelo que medía 4,15 metros de largo, por lo que este nuevo Clio es casi tan grande ese segmento C.

También crece a lo ancho casi 4 cm gracias a que se han ensanchado las vías, de manera que llega hasta los 1,77 m. La batalla también es ligeramente más larga que la del modelo anterior (algo menos de 1 cm) y ahora mide 2,59 metros. Gracias a estos cambios, Renault ha podido “jugar” con el diseño para cambiarlo radicalmente.

La encargada de esta transformación ha sido la española Paula Fabregat, Directora de Proyectos de Diseño en la marca del rombo. El resultado es un Renault con un lenguaje de diseño completamente nuevo, al menos por fuera, que transmite más deportividad que antes, no solo por su nuevo aspecto, sino también por sus nuevas proporciones.

Además, marca distancias respecto a sus hermanos eléctricos de segmento, los Renault 4 E-Tech y Renault 5 E-Tech, que apuestan por un diseño neoretro, a diferencia de este Clio, que no se inspira en modelos clásicos de la marca y consigue tener su propia personalidad.

Renault Clio: así es por dentro

Por dentro también cambia radicalmente respecto al Clio anterior, pero lo hace de forma menos innovadora que por fuera porque, en este caso, sí es evidente que sigue la línea marcada por los Renault 4 y Renault 5, puesto que comparte algunos elementos con ellos, como el marco que aglutina el cuadro digital y la pantalla central (ambas de 10”).

También utiliza los mismos mandos del climatizador que sus parientes eléctricos, con botones de toda la vida (un acierto), así como el selector del cambio en las versiones con transmisión automática, que está ubicado detrás del volante, en una posición muy cómoda, aunque es fácil (y habitual) confundir palancas y accionar la de los limpiaparabrisas en lugar de la del cambio porque están demasiado juntas.

Lo que no hay son referencias retro, como en los Renault 4 y Renault 5. En cambio, estrena nuevas soluciones de diseño que dotan de personalidad al interior, como la parte del salpicadero situada enfrente del pasajero que está cubierta de textil (imita el Alcantara) e integra una fuente de luz ambiental.

En el acabado esprit Alpine también es llamativa la moldura del salpicadero que imita el titanio quemado de los escapes de los coches de competición, con colores degradados que cambian en función de cómo incida la luz sobre esta pieza.

Es llamativo y da un toque deportivo al habitáculo, aunque, en general, el interior del nuevo Clio tiene tintes bastante deportivos, con un salpicadero muy alto, asientos bastante envolventes (especialmente los del esprit Alpine) y una posición de conducción muy baja.

En un momento en el que los SUV están en todas partes, se agradece que haya coches nuevos en los que te puedas sentar bien abajo, con el volante en una posición elevada y las piernas relativamente estiradas. 

La posición de conducción me ha gustado mucho y más con los asientos de la versión esprit Alpine que he probado en la toma de contacto porque envuelven muy bien el cuerpo, pero también son cómodos, de hecho, me parecen más propios de un coche más grande que de un utilitario.

Más allá de la posición, el Clio tiene una muy buena ergonomía, con todo a mano y una buena posición de las pantallas. Además, el multimedia con Google integrado es sencillamente sobresaliente, por conectividad, por facilidad de uso y por fluidez. 

En este sentido, da un enorme paso de gigante respecto al Clio anterior y pone al Clio a la altura del resto de modelos de Renault, que ya contaban con un multimedia openR link con sistema operativo Android Automotive y Google integrado. Pronto, además, contará con inteligencia artificial de la mano de Gemini.

Otra cosa destacable del interior es el botón My Safety Switch. Es solo un botón, pero considero que es uno de los elementos más útiles del coche porque facilita mucho la vida. Al pulsarlo se activa una configuración personal de las ayudas a la conducción que previamente se ha guardado, por ejemplo, con el sistema de mantenimiento de carril desconectado y la molesta alerta por superar los límites de velocidad apagada. 

De esta forma, no hay que estar desconectando ciertas ayudas y ADAS cada vez que se arranca el coche, simplemente basta con pulsar el botón. Me parece comodísimo y muy acertado, especialmente ahora que todos los coches activan la molesta alerta por superar los límites de velocidad cada vez que se arranca el coche, como estipula la normativa europea. Todo un acierto.

En cambio, si hablamos de calidad no he visto que el Clio haya mejorado. Los ajustes siguen siendo buenos y sólidos, como en el Clio anterior, pero continúa utilizando plásticos muy duros que transmiten más calidad a la vista que al tacto.

Tampoco mejora en términos de espacio, a pesar de ser un coche más grande por fuera. Delante no hay problema, pero la habitabilidad en las plazas traseras es solo correcta y en caso de que el conductor sea alto y conduzca con su asiento muy atrás, la persona que se siente en la parte posterior va a tener muy poco espacio para sus piernas. 

Hay otros coches del segmento con unas plazas traseras más amplias y también con un maletero más grande porque, lejos de ganar espacio de carga respecto al Clio anterior, lo pierde.

En el mejor de los casos, el volumen del maletero es de 309 litros  en la versión gasolina, cuando el anterior Clio de gasolina ofrecía 340 litros. El híbrido se conforma con 261 litros y esta variante sí gana un poco de capacidad frente al anterior Clio híbrido (tenía 254 litros), mientras que la alternativa a gas, es decir, el Eco-G, apenas tiene 215 litros de capacidad por culpa del depósito de GLP (en la generación anterior tenía 340 litros).

Si lo que se busca es espacio de carga y más amplitud, Renault ofrece el Captur en el mismo segmento, pero llama la atención que el nuevo Clio sea más grande por fuera y, sin embargo, no sea más amplio por dentro. Es todavía más llamativo si tenemos en cuenta que, por todo lo demás, el Clio parece un coche más grande, empezando por la gama de motores.

Los 48 CV de la versión base del primer Clio han quedado muy atrás y ahora el Clio más sencillo tiene 115 CV. Se trata de la variante TCe, que utiliza un motor gasolina 1.2 turbo de tres cilindros y puede asociarse a una caja de cambios manual de seis marchas o a una automática EDC de doble embrague con seis relaciones, siempre con tracción delantera, como todas las versiones del Clio.

Por encima está el Eco-G de 120 CV. Es el mismo bloque que el TCe de 115 CV, pero ligeramente más potente y con capacidad para funcionar indistintamente con gasolina y con gas (GLP), por lo que tiene la etiqueta ECO de la DGT.

Además del distintivo, lo bueno de esta versión es que el GLP es más barato que la gasolina, aunque hay algo más destacable: sus 1.450 km de autonomía (según dice Renault), que se consiguen combinando la capacidad del depósito de gasolina y del tanque de GLP, que pasa de los 32 litros del modelo anterior a 50 litros, por eso esta versión pierde capacidad de maletero, aunque, a cambio, tiene autonomía de berlina diésel de las de antes. El ECO-G 120 va ligado únicamente al cambio automático EDC.

En la toma de contacto no pude conducir ninguno de esos dos motores, pero sí probé la versión híbrida (HEV) full hybrid E-Tech 160. El anterior Clio ya tenía una variante híbrida, pero de 145 CV; esta nueva generación adopta el mismo conjunto híbrido que el Captur y el Symbioz, formado por un bloque de gasolina 1.8 atmosférico de cuatro cilindros (el Clio anterior utilizaba un 1.6), dos motores eléctricos, una caja de cambios multimodo sin embrague y una batería de 1,4 kWh de capacidad (el Clio anterior tenía una de 1,2 kWh).

Así va el Renault Clio

Es una receta similar a la del anterior Clio, pero con más potencia, y se nota. Renault dice que acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y lo cierto es que desde el primer momento da la sensación de que, efectivamente, es un coche rápido.

Tiene potencia de sobra para moverse muy bien en cualquier escenario y la puesta a punto acompaña porque se siente ágil e incluso divertido. Este último adjetivo es importante porque, hasta ahora, no podía utilizarse con ningún utilitario híbrido (tampoco con el Clio híbrido anterior). De alguna manera, Renault está intentando demostrar que hibridación no es sinónimo de aburrimiento.

Aunque utiliza la misma plataforma que su predecesor y es “solo” 15 CV más potente, este Clio se siente bastante más ágil que el Clio de quinta generación y tiene mucha más personalidad si hablamos de tacto de conducción. 

Gracias a ello, logra diferenciarse de sus rivales directos, el Toyota Yaris híbrido y el MG 3 Hybrid+ porque ambos son utilitarios híbridos muy enfocados a la eficiencia, mientras que el Clio se puede disfrutar en una carretera de curvas. Sí, el MG 3 Hybrid+ es más potente (194 CV) y más rápido (0-100 km/h en 8 segundos), pero tiene un enfoque más neutro y no se disfruta al volante. 

El nuevo Clio esprit Alpine híbrido no es un pequeño deportivo, como lo fueron en su día los Clio Sport, pero tiene "alma" y está muy lejos de ser "una lavadora". Digamos que no es deportivo, pero lo pretende.  

Además de ser potente, tiene una dirección rápida y directa, la citada posición de conducción, que es bastante deportiva, y una suspensión firme, de hecho, en algunos momentos resulta demasiado dura para un coche que no es deportivo, como cuando toca pasar por una carretera muy rota o por encima de los típicos resaltos que hay en cualquier población española.

Ojo, no llega a ser incómodo, pero sí es bastante más duro que un Yaris o que el Clio anterior, al menos la variante probada. Y es que Renault asegura que el híbrido tiene una suspensión específica porque pesa más que el gasolina y el Eco-G, por lo que, muy probablemente (insisto, solo he probado el híbrido), esas dos variantes resulten menos duras y, por lo tanto, más confortables (también influye que el esprit Alpine lleve llantas de 18” y el evolution tenga unas de 16”). El Clio menos pesado detiene la báscula en 1.155 kg y el híbrido se va hasta los 1.316 kg.

En cualquier caso, esta suspensión dura y, en general, la puesta a punto del híbrido, hacen que este nuevo Clio tenga personalidad propia y se convierta en una de las referencias a nivel dinámico del segmento porque es el primer utilitario que combina eficiencia con una buena dosis de dinamismo.

La parte de la eficiencia viene dada por la buena capacidad que tiene el conjunto híbrido para funcionar frecuentemente en modo eléctrico y, sobre todo, por unos consumos bajísimos: homologa un consumo combinado de 3,9 l/100 km y en la práctica es posible ver registros muy cercanos a esa cifra cuando se conduce de forma tranquila (e incluso más bajos). 

Sin preocuparse lo más mínimo por el gasto, es francamente difícil que la media suba de 5 l/100 km. Es un auténtico mechero.

Para exprimir su faceta eficiente se puede jugar con los modos de conducción y utilizar el programa ECO, además, se puede utilizar el modo B (brake) del cambio para que la frenada regenerativa se intensifique. No llega a ser tan fuerte como en un eléctrico y no permite conducir con un solo pedal, pero hace más fácil la conducción porque hay que tocar mucho menos el freno, carga la batería más rápido y el sistema híbrido funciona en modo eléctrico más tiempo.

Con esta combinación de modo ECO y modo B, no solo gasta menos, sino que también es más cómodo porque el motor suena menos, mientras que en el modo Sport se aprovecha su faceta dinámica, pero el motor hace mucho más ruido.

Es algo que se nota enseguida porque la insonorización del habitáculo es mejorable y no está a la altura del resto del coche. Por prestaciones, comportamiento, equipamiento y tecnología, el Clio parece un coche más grande, pero no por el aislamiento del interior. En ciudad se puede pasar por alto, en parte, porque buena parte del tiempo se circula en modo eléctrico, pero en autovía no, y menos si hace mucho aire. 

Además de la cuestión acústica, es mejorable el nivel de vibraciones que se filtran al habitáculo, también en el modo Sport y cuando se le exige mucho al motor; en el modo ECO y circulando con tranquilidad no hay problema, pero se echa en falta que filtre un poco más cuando se pisa el acelerador a fondo porque el confort de marcha se ve empañado en estas circunstancias.

Precio del Renault

El nuevo Renault Clio ya está a la venta con tres acabados: evolution, techno y esprit Alpine. Su precio de partida es de 18.900 euros con el nivel de equipamiento evolution y el motor TCe de 115 CV con cambio manual. 

A modo de curiosidad, el color ‘verde absoluto’ de lanzamiento es el único gratuito en esta alternativa de acceso (y en el techno), pero no está disponible con el acabado esprit Alpine. La versión techno con este motor arranca en 21.735 euros.

El Renault Clio full hybrid E-Tech más barato parte desde los 23.269 euros con la terminación evolution y desde los 25.827 euros en la variante techno. El esprit Apine solo puede ligarse al híbrido y esta variante tope de gama está a la venta desde 27.687 euros. El Clio Eco-G estará disponible más adelante.

Imágenes | Renault y Motorpasión

Los gastos asociados para acudir a esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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