Probamos la Citroën ë-Jumpy como se prueba una furgoneta eléctrica de reparto: repartiendo víveres en la ciudad

Nota de Motorpasión

La última milla, el último paso logístico con el que un cliente recibe un producto, es uno de los objetivos de la Citroën ë-Jumpy, la nueva furgoneta eléctrica de Citroën que, de nueva, tiene la motorización y poco más. Con 800.000 unidades vendidas desde 1995, cuando vio la luz por primera vez, la Jumpy es una de las furgonetas más conocidas y reconocidas del mercado.

De hecho, Citroën es una marca con fuerte arraigo en el segmento de los vehículos comerciales, donde lideró 2020 con un 16,8 % de cuota de mercado. Dejando de lado a la mítica Citroën C-15, la marca del doble chevrón ha estado presente en el segmento de los furgones desde 1939, con la Citroën TUB, y a partir de 1948 se forjó una sólida imagen con la Citroën Tipo H.

Y en el segmento de las furgonetas medianas, la Citroën Jumpy irrumpió en 1995 para hacerse un buen hueco en el panorama de los vehículos comerciales.

Citroën Jumpy 1995
Citroën Jumpy 2006

Ahora, en 2021, la Citroën ë-Jumpy anuncia la electrificación completa de la gama de vehículos comerciales de Citroën. La ë-Jumpy ya está en el mercado, para verano tendremos la ë-Jumper y hacia finales de año llegará la ë-Berlingo.

El momento elegido por la marca del doble chevrón tiene que ver, según Citroën, con la mayor necesidad de un transporte sostenible en las ciudades, con el incremento de la movilidad del transporte ligero de mercancías vinculado al auge del e-commerce, y con un par de datos que ofrece Citroën sobre los conductores de furgonetas:

  • El 44 % no conducen más de 300 km al día.
  • El 83 % conducen menos de 200 km al día.

A esto le sumamos el creciente interés de las empresas por la responsabilidad corporativa y una "alta compatibilidad" con el uso de vehículos eléctricos en la mitad de las empresas, siempre según datos de Citroën, y el resultado es el vehículo que estamos a punto de probar.

Tres longitudes, dos alturas, dos baterías... y el mismo volumen de carga que la Jumpy diésel

La adaptación de la Citroën Jumpy como furgoneta eléctrica se ha llevado a cabo con el objetivo de que esto no afecte al volumen de carga disponible. Se ofrece en las mismas tres dimensiones (que Citroën denomina "tallas"), y con dos posibles baterías, de 50 kWh y 75 kWh, que dan unas autonomías respectivas de hasta 230 y 330 km, medidas según ciclo WLTP.

dimensiones

Longitud

batalla

anchura

alturas disponibles

TALLA XS

4609 mm

2925 mm

1920 mm

1881 mm / 1940 mm

TALLA M

4959 mm

3275 mm

1920 mm

1881 mm / 1940 mm

TALLA XL

5309 mm

3275 mm

1920 mm

1881 mm / 1940 mm

masas

tara

carga útil

mma

volumen de carga sin/con moduwork

TALLA XS (50 Kwh)

1901 kg

964 kg

2865 kg

4,6 m³ / 5,1 m³

TALLA M (50 kwh / 75 kwh)

1949 kg / 2088 kg

916 kg / 927 kg

2865 kg / 3015 kg

5,3 m³ / 5,8 m³

TALLA XL (50 KWH / 75 KWH)

1977 kg / 2166 kg

888 kg / 849 kg

2865 kg / 3015 kg

6,1 m³ / 6,6 m³

Moduwork es la ampliación opcional de la zona de carga, recurriendo a un asiento del acompañante plegable longitudinalmente que se transforma en mesa auxiliar, para transportar cargas de objetos especialmente largos.

En cualquier caso, el motor es siempre de 100 kW (136 CV) y 260 Nm, y las baterías van alojadas bajo la zona de carga, aunque en el caso de la Talla XS, por tamaño sólo es posible utilizar la batería de menor capacidad (50 kWh). Y si se utiliza esa batería, todas las versiones permiten ampliación de la carga útil.

En cuanto al ahorro en consumo que calcula Citroën para la empresa o el profesional, la Citroën Jumpy diésel vendría gastando de 7 a 8 euros cada 100 km, mientras que la Citroën ë-Jumpy recorrería esos 100 km con un coste de 1 euro, utilizando un cargador de 11 kW en horario nocturno.

La alternativa a cargar a 11 kW en trifásico está en el cargador monofásico de 7,4 kW, un enchufe doméstico o Green'Up, o bien un supercargador de 100 kW. Según Citroën, estos son los tiempos de recarga, en función de la capacidad de la batería y de la toma empleada:

TIEMPOS DE CARGA

CARGA DOMÉSTICA

GREEN'UP

7,4 kW MONOFÁSICO

11 KW TRIFÁSICO

super 100 kw 0-80 %

50 kwh (0-100 %)

31 h

15 h

7 h 30 min

5 h

30 min

75 KWH (0-100 %)

47 h

22 h 40 min

11 h 20 min

7h 30 min

45 min

La recarga del vehículo se puede programar y controlar, igual que la calefacción de la cabina, por medio de una app específica llamada MY Citroën, que se suma a la función Charge my car de Free2Move como catálogo de aplicaciones móviles con las que gestionar la ë-Jumpy, incluido el control de flotas así como los pagos asociados a la recarga del vehículo.

En cuanto a los niveles de acabados, la Citroën ë-Jumpy se presenta con dos: Control y Club. Control viene bastante bien equipado de serie, mientras que Club añade tecnología como la cámara trasera o los sensores de luces y lluvia, entre otros muchos ingredientes.

Sin contar con los elementos y paquetes opcionales, los equipamientos de serie más destacados, de una larga lista, son los siguientes:

CONTROL

CLUB (añade a control)

  • Panel de separación de carga
  • Rueda de respuesto homogénea
  • Aire acondicionado
  • Freno de mano eléctrico
  • Volante regulable en altura y profundidad
  • Asientos reclinables
  • Elevalunas eléctricos y cierre centralizado
  • Retrovisores calefactables
  • Regulador y limitador de velocidad
  • Ordenador de a bordo
  • Radio DAB con mandos en el volante
  • Citroën Connect Box (llamada de urgencia)
  • Faros antiniebla
  • Ayuda al estacionamiento trasero
  • Indicador de descanso recomendado
  • Asientos con reglaje en altura, lumbar y apoyabrazos
  • Sensor de luces y lluvia
  • Mayor insonorización en lunas y habitáculo

Además, la Citroën ë-Jumpy cuenta con una versión Control Doble Cabina, con tres plazas adicionales en la segunda fila de asientos.

Todo esto, teniendo en cuenta que el precio promocional de la ë-Jumpy parte ahora mismo de una cuota mensual de 189 euros más IVA a 60 meses, incluyendo Plan Moves II y teniendo en cuenta una entrada de 8.285,78 euros más IVA y una última cuota de 4.325,09 euros más IVA. Para todo lo demás, y como ocurre siempre con las gamas de vehículos comerciales, que suelen ser muy extensas, conviene consultar con la marca.

Al volante de la Citroën ë-Jumpy por la ciudad

¿Cómo se prueba una furgoneta de reparto? Repartiendo. Si puede ser, por una ciudad como Madrid. Si puede ser, por el centro de la ciudad. Y si puede ser, a media tarde, cuando la calle hierve de pura violencia vial aderezada con una buena dosis de nerviosismo irracional. ¿No querías última milla? Toma última milla.

Nos dirigimos desde el punto de partida, situado en la céntrica calle San Lorenzo, que está próxima a la plaza Alonso Martínez, hacia el sur con destino el hipermercado Makro del Paseo Imperial, que queda a pocos minutos de la Glorieta de las Pirámides.

En el Makro ("hola, buenas, vengo de Citroën") cargaremos en la furgoneta leche, sal, azúcar, galletas, magdalenas... No será mucho lo que llevemos a bordo, pero somos unos cuantos los periodistas que estamos haciendo la ruta estos días. "Tacita a tacita...", que decían en aquel anuncio de café.

Y nos volveremos al corazón de Madrid Central, pero bordeando la ciudad por el Oeste, pasando por lo que fue el templo del Atlético de Madrid —y que ahora es una jungla de pintura amarilla y barreras de obra que da miedito de ver entre gente que se cruza por aquí y por allá—, para tomar la M-30 y la Cuesta de San Vicente hacia la Plaza de España, para doblar por Alberto Aguilera y por Fuencarral.

La ruta planteada no es precisamente larga, pero entre las 16 y las 17 horas de un martes cualquiera... es una experiencia mística.

Nuestro destino es la calle Hortaleza, más concretamente la Iglesia de San Antón, allí donde tiene su sede la ONG Mensajeros de la Paz, la del conocido Padre Ángel, donde cada día ofrecen servicios de comida, asistencia médica, apoyo psicológico y lavandería a cientos de personas en situación de vulnerabilidad.

Y a eso hemos venido. Ya que probamos una furgoneta, aprovechamos un poquito más el viaje. No será esta, desde luego, una prueba a fondo de la Citroën ë-Jumpy, sino simplemente una breve toma de contacto para conocer un poco mejor esta alternativa a la furgoneta diésel de toda la vida, y para hacerlo en su salsa.

Así que abrimos las puertas laterales y con eso ya comprobamos una novedad de la ë-Jumpy: la apertura eléctrica que, en función de la versión, puede ser manos libres para no tener que soltar las cosas que llevamos a cuestas.

Cargamos y nos vamos.

Vamos al volante de una Citroën ë-Jumpy de talla M en acabado Club. De entrada, tanto la posición de conducción como la disposición de mandos es buena, con reglajes suficientes para que no sufra ni la zona lumbar ni la zona dorsal de la espalda, aunque atendiendo bien a estas cotas quizá cuesta un poco más ajustar el reposacabezas de manera que no quede excesivamente alejado.

Se nota un gran cuidado por parte de Citroën en conseguir que los portaobjetos sean abundantes y queden bien ubicados. Son 100 litros de huecos distribuidos por toda la cabina, que permiten tener las cosas guardadas, pero a mano.

De igual manera, los diferentes controles y botones quedan suficientemente accesibles, sin dificultar los movimientos ni forzarnos a apartar demasiado la mirada. En todos los sentidos, se trata de una disposición de elementos muy clásica y confiable.

El diámetro de giro es de 12,4 metros, y aunque esto nos lleva a maniobrar algo de más para darle la vuelta a la furgoneta entre las columnas del parking del Makro, en cuanto salimos a la calle la Citroën ë-Jumpy se muestra muy manejable.

La visibilidad que ofrece la furgoneta a través de las lunas y por medio de sus retrovisores es excelente, gracias a la amplitud de las superficies acristaladas y a la posición relativamente elevada del puesto de conducción.

Esto se agradece, especialmente cuando el tráfico es denso y las prisas de los conductores cargan el ambiente. También, cuando las bicicletas y los patinetes abandonan repentinamente la senda de los carriles protegidos y cruzan la selva por los escondrijos más insospechados.

Una novedad de la Citroën ë-Jumpy es el Head Up Display, que muestra información sobre la velocidad, el uso del control de crucero o limitador de velocidad, las indicaciones del navegador y la alerta de riesgo de colisión. Puesto a prueba, este Head Up Display ofrece muy buena visibilidad, con un gran contraste de la imagen, sin necesidad de desviar la atención de la carretera.

Foto de archivo: Citroën

En aceleración y deceleración, la furgoneta eléctrica se muestra muy noble, por lo general, aunque en este sentido, hay que tener en cuenta que la ë-Jumpy cuentra con tres modos de conducción: Eco, Normal y Power, y que el comportamiento del vehículo varía en función del nivel de carga que llevemos a bordo, como es obvio.

MODO

POTENCIA / PAR

PROPÓSITO

IMPRESIONES sobre la dinámica

ECO

60 kW / 190 Nm

Ganar autonomía

Con la furgoneta prácticamente vacía, no se resiente, si bien tiende a ser algo remolona.

NORMAL

80 kW / 210 Nm

Uso diario

En aceleración y deceleración se muestra muy noble, al nivel de una motorización diésel al uso.

POWER

100 kW / 260 Nm

Transporte de cargas pesadas

Con la furgoneta prácticamente vacía, tiende a una conducción algo nerviosa e incómoda.

Además, usando el modo B (brake) se consigue una gran retención, que prácticamente permite conducir simplemente con el acelerador y sin apenas tocar el pedal del freno. Llegados a este punto, desde la redacción de Motorpasión queremos enviar un cálido saludo al conductor que se nos cruzó en algún punto de ese campo de batalla que es actualmente el antiguo Calderón, y que nos permite hoy certificar el buen funcionamiento de los frenos de la Citroën ë-Jumpy.

Esta furgoneta cuenta con un sistema de suspensión basado en MacPherson con barra estabilizadora delante y tren de triángulo oblicuo detrás, con muelles de rigidez variable y amortiguación variable en función de la carga. Aunque, obviamente, en esta toma de contacto no podemos comprobar el funcionamiento de la variabilidad en este sistema.

Foto de archivo: Citroën.

El control del consumo de energía es muy visual, tanto al instante como en las estadísticas de consumo acumulado. Teniendo en cuenta la escasa duración de esta toma de contacto, sería ocioso sacar conclusiones sobre el consumo de esta furgoneta eléctrica, pero podemos avanzar que, en función de las circunstancias del tráfico y de la orografía, lo mismo nos asustamos vemos cifras de 50 kWh que nos pasamos un buen rato recuperando energía al circular a retención.

A nivel dinámico, y pese a que conducimos cuidadosamente para evitar dañar la carga, una de las bondades de la Citroën ë-Jumpy frente a su homóloga térmica se encuentra en el menor riesgo de sufrir efecto vela, ya que la masa de las baterías, que se alojan bajo el compartimento de carga, rebaja el centro de gravedad del vehículo y le dan un mayor aplomo.

Un punto crítico de la Citroën ë-Jumpy es su navegador, que es lento como una procesión de caracoles. En situaciones de tráfico urbano y algo caótico donde las indicaciones se necesitan a la voz de ya, puede llegar a desesperar su excesiva latencia. Sin duda, es el punto más mejorable del buen equipamiento que monta esta furgoneta eléctrica.

Este equipamiento comprende acceso y arranque con manos libres, ayuda a la salida en pendiente, alerta de cambio involuntario de carril y control de ángulo muerto, alerta anticolisión, alerta de atención del conductor y reconocimiento de señales, entre otras funciones.

De estas ayudas, podemos certificar claramente que la salida en pendiente, las alertas laterales y la alerta anticolisión funcionan perfectísimamente. Gracias por toda la colaboración prestada a los conductores de Madrid que tuvieron a bien implicarse en la causa un martes por la tarde.

Y es así como llegamos hasta nuestro destino, luego de batallar entre la jungla del asfalto para conseguir que llegue la comida hasta la sede de la ONG. Meterse por calles que cada día ven con peores ojos los coches, a sabiendas de que conducimos un vehículo 100 % eléctrico, nos da un puntito de tranquilidad que, sumado al silencio que preside nuestra conducción, transforma una actividad estresante como es el reparto de mercancías en algo mucho más cómodo.

Y sí, atrás quedan los años en los que quien esto escribe cargaba y descargaba furgonetas y camiones de reparto para llevar las mercancías a sus clientes como si no hubiera un mañana. Como vemos en las imágenes, aquí son los chicos de Citroën quienes hacen los honores y trasladan la mercancía hasta el lugar donde unas 300 personas podrán abastecerse.

¿Una gota en el océano? Seguramente. Pero mira, ya que estamos, pues echamos una mano a la gente que lo pueda necesitar.

Los gastos asociados a esta toma de contacto han sido asumidos por la marca. Para más información, consulta nuestra guía de relaciones con empresas.

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